12 julio, 2016
La revolución de los sentidos
A tono con el Bicentenario, en Teatro Ciego se estrenó «Luces, la revolución». Las luces, que no iluminarán el escenario, nos invitan a viajar en el tiempo para vivir junto a sus protagonistas uno de los momentos más importantes de nuestra historia.

El público es conducido por un lugar en tinieblas, de uno en uno, en fila india, tomados del hombro del que camina adelante. Momentos después, una voz y una mano ubican al espectador en una silla. La oscuridad es total, densa y profunda. La sensación de distancia y perspectiva se pierde totalmente. El silencio acompaña la ausencia de luz, hasta que de pronto irrumpe el sonido en forma de truenos, tambores, pasos, conversaciones y susurros. El cuerpo se mueve, toma contacto con la silla, con el piso y los alrededores. Hay vecinos, se adivinan otras sillas y otros cuerpos, que no se ven pero se sienten. El desplazamiento de los actores, los textos escuchados en distintas direcciones y el sonido ambiente, van diseñando nuevas distancias y perspectivas.
Teatro Ciego es, sobre todo, una experiencia sensorial. Para aquellos que somos videntes, también configura un estado de indefensión y orfandad. El propio cuerpo es distinto puesto que no lo podemos ver. Lo extraño se hace presente. El hecho teatral se potencia puesto que pone al espectador ante un interrogante nunca antes planteado: ¿Qué se ve más allá de la luz?
Luces, la revolución cuenta la historia de amor de un patricio y de una esclava, en momentos de agitación política, a principios del siglo XIX, enmarcada en el relato de las luchas por la libertad en el Río de la Plata. La resistencia a la invasión inglesa, Cisneros, la represión, la tortura y 1810 están presentes en la obra, pero también las contradicciones históricas se hacen presentes con las voces de Alfonsín, del Che y de Galtieri.
Es destacable la excelente puesta en escena, que por no verse no está ausente sino todo lo contrario. Es constante el desplazamiento de los actores por el “escenario”. La actuación no se ve, pero está allí, delante del público.
Martín Bondone, director del Teatro Ciego y autor de la obra ha dicho de ella: “Muestra que a pesar de que hayan pasado 200 años de la declaración de la independencia, seguimos peleando por ella. No nos hemos independizado del todo”.
Teatro Ciego es una experiencia que va ganando público y repertorio. Seguramente la producción irá creciendo y la novedad de la experimentación de los sentidos irá desarrollando nuevas dramaturgias.
La obra está para verse…. perdón, para experimentarse.
Ben Davis Min
Ficha técnico artística
Autoría: Martin Bondone
Actúan: Gerardo Bentatti, Mario Colussi, Pablo Delgado, Julia Pereyra, Sabrina Ponteprimo, Javier Rosón, Marta Traina
Producción general: Teatro Ciego
Dirección: Gerardo Bentatti
Duración: 60 minutos
Clasificaciones: En oscuridad, Teatro, Adultos
CENTRO ARGENTINO DE TEATRO CIEGO
Zelaya 3006 – CABA
Teléfonos: 6379-8596
Web: http://www.teatrociego.com
Entrada: $ 275,00 – Domingo – 19:00 hs
Entrada: $ 275,00 – Viernes – 22:00 hs
Entrada: $ 275,00 – Sábado – 21:00 hs
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