11 julio, 2016
Encuentro lúdico: a 80 años del golpe franquista en España, «1936, guerra civil»
A 80 años del inicio de la guerra civil española, presentamos un juego estratégico que, a través de un mazo de cartas, nos permite conocer y recrear distintas facetas del conflicto armado que prologó la Segunda Guerra Mundial. Desde Notas dialogamos en exclusiva con el creador del juego, el español Arturo García.

Para escribir sobre 1936, guerra civil, nos contactamos con su creador, Arturo García. Es madrileño, licenciado en Ciencias Físicas, trabaja en telecomunicaciones y es aficionado a los juegos de mesa desde hace décadas. Su idea surgió en la primavera del año 2000, cuando estaba con ganas de hacer un juego y simultáneamente leyendo trabajos sobre la guerra civil. Y le llevó varios años de desarrollo antes de editarlo, de manera autogestionada, en 2006.
En cuanto a la propuesta de 1936, su autor explica que el objetivo es: «Una aproximación panorámica a la guerra civil española. Presenta toda la ambientación de manera estructurada, escapándole a las generalizaciones de «rojos» y «fascistas» y brindando un gran potencial didáctico. En esa línea pedagógica, el juego aprovecha la fuerza visual de la contienda, utilizando 252 fotografías y carteles de época. Cada una de estas cartas, acumula mucho trabajo de investigación escrita y visual, aunque 1936 no pretende ser una tesis o explicar a fondo las causas, la cronología o las consecuencias del conflicto».
Es un juego de estrategia mediante la gestión de cartas. La única intervención del azar tiene que ver con el orden en el que irán saliendo los naipes escogidos por cada jugador. Continuamente habrá que ir tomando decisiones de qué cartas jugar, cuándo o cómo hacerlo, ya que los recursos son limitados y hay varios frentes abiertos (el militar, el diplomático, la moral, la gestión de la economía o de las cartas, etc). Estos frentes inciden en las distintas formas de obtención de la victoria, que puede lograrse por conquista militar, diplomacia (convenciendo a la comunidad internacional de que tu bando es el que debe ser apoyado) o por la desmoralización del enemigo.
Es un juego equilibrado pero asimétrico. Arturo García nos da un ejemplo de esa asimetría: el líder republicano -el presidente de gobierno- puede ser cambiado cada turno. En cambio, en el bando nacional una vez que se nombra líder no puede ser sustituido voluntariamente. Cada bando, que presenta distintas fortalezas y debilidades, está integrado por diversas facciones. Éstas son caracterizadas de una manera diferente, más enfocadas hacia alguna de las diversas formas de alcanzar la victoria o hacia funciones de gestión. Los republicanos cuentan con facciones revolucionarias: socialistas, comunistas, anarquistas y nacionalistas vascos y catalanes; mientras que los franquistas incluyen a los falangistas, monárquicos, carlistas y a la Iglesia Católica. También hay cartas de ayuda internacional, nazi y fascista para el bando franquista; soviética y brigadas internacionalistas para el republicano.
En cuanto a la dinámica de juego, García explica: «Normalmente, la duración del juego es de 45 a 60 minutos, más la selección de cartas para reclutar la propia tropa. Cada jugador elige uno de los bandos y confecciona su baraja seleccionando 36 cartas entre las más del centenar disponibles. Hay muchísimas variantes posibles, pudiendo orientarse el reclutamiento hacia lo político, militar, defensivo o mixto. Esta característica le da una gran rejugabilidad».
La dinámica de una partida puede verse en los videos tutoriales. Su creador lo recomienda para dos jugadores, aunque ha recibido buenos comentarios de la variante para cuatro personas.
El juego desarrolla un significativo potencial didáctico. Hay un importante trabajo de fuentes secundarias y se nota que el diseñador buscó aprovechar el potencial de imágenes y cartelería que ofrece la Guerra Civil Española. Cada carta presenta una imagen diferente, relacionada con diversos aspectos de la guerra. Asimismo, en cada naipe (salvo unas pocas excepciones), un texto histórico agrega información vinculada al elemento retratado. Para localizar las imágenes, García visitó varios archivos de España, solicitó su reproducción en diferentes formatos (diapositivas, digitales, etc) y suscribió acuerdos de uso para poder utilizarlas. De entre miles de imágenes, solicitó permisos de reproducción de algo más de mil, seleccionando 252 para la edición inicial. Para los textos de las cartas empleó enciclopedias y libros de su colección particular que están mencionados en la bibliografía incorporada al manual del juego.
Años después, García amplió la edición publicada -limitada y numerada, de 1936 ejemplares- con expansiones gratuitas que se descargan desde su web. Las nuevas cartas agregan aspectos que tuvo que quitar inicialmente por falta de espacio como la aviación (el objetivo de Guernica) o las unidades navales y también le han permitido re-desarrollar algunos detalles que enriquecen al conflicto, incorporando además nuevas imágenes de época.
Su creador rememora con emoción que fue bien recibido tanto por jugadores como por aficionados a la historia, a pesar de las dificultades que le llevó el haberlo hecho a pulmón. Actualmente en España, el juego estratégico está virtualmente agotado. De todas formas, en Argentina también podés encarnar a los milicianos republicanos o a los franquistas ya que Arturo García confirma que Conexión Berlín Juegos compró hace un tiempo una edición de 1936.
Julián Fernández – @julianlautaro
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