Batalla de Ideas

5 julio, 2016

Se fue Martino, queda la resaca de la era Grondona en la AFA

Por Federico Coguzza. Gerardo Martino ha dejado de ser el entrenador de la Selección Nacional de Fútbol. Erróneo sería asimilar su salida con la herida sin cicatrizar por la derrota, hace menos de 10 días y por penales. La AFA, en el centro del análisis.

Por Federico Coguzza. Gerardo Martino ha dejado de ser el entrenador de la Selección Nacional de Fútbol. Después de casi dos años en el cargo y luego de llegar a las finales de las Copa América disputadas en Chile y en Estados Unidos, el entrenador presentó la renuncia al cargo “debido a indefinición en la designación de las nuevas autoridades de la Asociación del Futbol Argentino y a los graves inconvenientes para conseguir conformar el plantel que represente al país en los próximos Juego Olímpicos”, según el comunicado oficial de la institución con dirección en Viamonte 1366.

Los argumentos parecen suficientes. Es más, indican un rasgo de cordura. Pero si la idea es analizar lo que sucedió, habrá que parar la pelota y pensar en qué otros elementos precipitaron lo que hoy se presenta como “sorpresa en el fútbol”. Erróneo sería asimilar la salida del entrenador rosarino con la herida sin cicatrizar por la derrota, hace menos de 10 días y por penales, frente a Chile. O al menos, el análisis estaría sesgado.

¿Acaso la imagen de Martino sentado con el “Chiqui” Tapia, en una sala en el predio de AFA, no se presenta como reveladora? El entrenador de la Selección sentado con el ¿vicepresidente? de una institución sin institución y, menos aún, conducción. Nadie conduce porque cuando tuvieron que votar 75 asambleístas, votaron 76. Fatal sería insinuar esa máxima de que “si estaba Don Julio esto no pasaba”. Sobradas son las muestras de que este es su lastre. El peor de los residuos.

Residuo incapaz de construir una AFA distinta a la que conocemos de Grondona a esta parte. Jirón incapaz de organizar un campeonato con 20 equipos todos contra todos. No, mejor uno de 30 equipos, con 10 ascensos y dos zonas de 15. Desperdicio incapaz de elegir un conductor. Despojo que construye dirigentes con ansias de Balcarce, intermediarios millonarios, clubes pobres, jugadores y entrenadores sin cobrar por tiempo indeterminado.

Desecho investigado e imputado por el manejo indiscriminado del dinero del Fútbol Para Todos. Escoria incapaz de apostar por una idea en relación a los seleccionados juveniles. Sedimento incapaz de generar recursos y proyectos. Vestigio de improvisación incapaz de poder planificar un campeonato de fútbol que empieza en un mes. Trozo, pedazo incapaz de conformar una Selección que dispute los Juegos Olímpicos.

Escoria incapaz, siempre blindada por los periodistas que no pierden nunca, hacen lobby y traban amistad con tal de tener la última novedad, de preservar y alimentar el deseo de jugar del mejor jugador del fútbol del mundo en nuestra Selección. Sobrante patológico que provoca la renuncia de un entrenador serio, pedagógico, con defectos y virtudes, pero que escapa a la escolástica futbolera que sirven a la mesa los operadores de turno, otro escombro incapaz de analizar, juez y parte de lo inmediato que pregunta quién debe reemplazar al cadáver todavía tibio sin preguntarse quién es el que lo puede elegir. ¿Es posible?

Martino deja su lugar casi dos años después de haber asumido aquel ya lejano 12 de Agosto de 2014. Fueron 29 los partidos en los que se sentó del otro lado de la línea de cal. El equipo ganó 19, empató 7 y perdió tan solo 3. Disputó dos competencias en las cuales condujo al equipo a la final. En ambas cayó desde los doce pasos. En las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018, el equipo está ubicado en la tercera posición.

Martino ya no es el entrenador de la Selección Nacional de Fútbol. Queda la resaca, el sarro, la piltrafa. El fútbol argentino agoniza. No vaya a ser que la incapacidad, la miseria y el oportunismo lo inviten al crematorio para transformarlo en cenizas.

@Ellanzallama

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