Deportes

30 junio, 2016

Georgina Klug, la guerrera de arena

De cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro a disputarse en el mes de agosto, Notas entrevistará a distintas deportistas argentinas que representarán al país en la competencia. Georgina Klug integra el equipo de Beach Vóley y por primera vez estará en una competencia olímpica.

De cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro a disputarse en el mes de agosto, Notas entrevistará a distintas deportistas argentinas que representarán al país en la competencia. Georgina Klug integra el equipo de Beach Vóley y por primera vez estará en una competencia olímpica.

Las mujeres olímpicas

El viernes 5 de agosto comienza una nueva edición de los Juegos olímpicos, que tendrá como sede la ciudad de Río de Janeiro. Argentina, fundadora del Comité Olímpico Internacional, participó como delegación por primera vez en el año 1924, aunque desde la segunda edición en 1900, participaron deportistas que a nivel individual representaron al país. Si bien en ese mismo año se permitió la participación de mujeres, no fue hasta 1936 que una atleta argentina formó parte de la delegación nacional: la nadadora Jeannette Campbell consiguió una medalla de plata, en Berlín.

Las estadísticas muestran que hasta 1984, el número de mujeres argentinas en las delegaciones olímpicas no superó el 7%, con la particularidad de que en 1960 –de nuevo– no viajó ninguna a competir en los juegos de Roma. Este año, de los 202 deportistas confirmados que serán parte de la delegación, 72 son mujeres (un 35%). Esta cifra es inferior a la de Beijing 2008 (40,5%) pero superior a la de Londres 2012 (30%).

Las disciplinas donde competirán las mujeres argentinas serán: judo, lucha, esgrima, yachting, natación, nado sincronizado, remo, kayak, vela, atletismo, ciclismo, lanzamiento de disco y de martillo, tiro, gimnasia artística, pentatlón moderno, handball, hockey, vóley y vóley de playa.

Las guerreras de la arena

El vóley de playa no fue deporte olímpico hasta Atlanta 1996 y recién en Londres 2012 una dupla femenina representó al país en esta disciplina. El equipo de aquel momento estaba integrado por Ana Gallay y Virginia Zonta. Este año Gallay volverá a formar parte de la delegación nacional pero acompañada por la santafecina Georgina Klug.

Cuando el partido termina, Georgina que lleva el número 2 en la espalda, se sube arriba de Gallay. La imagen se repite una y otra vez, sólo cambian los colores de los tops que llevan puestos y las rivales. Varían los torneos, pero ellas siguen festejando. El 10 de junio, en un video que dura segundos, difundido por Twitter, también la escena tiene la impronta de la celebración pero el escenario ya no es una cancha de arena, sino la habitación de un hotel. Georgina encima de la cama, canta y salta al ritmo de una canción de cumbia y agita: “Nos vamos a Río”. Minutos antes, la dupla, apodada “Las guerreras”, acababa de ganarle a Estados Unidos en el Major de Hamburgo y con ese triunfo lograban la clasificación a los Juegos Olímpicos.

Georgina Klug 3Georgina Klug nació en 1984 en Santa Fe. Jugó en varios clubes nacionales y extranjeros. Se recibió de kinesióloga, fue capitana de la selección nacional de vóley, se enamoró del beach vóley durante unas vacaciones y ahora disputará sus primeros Juegos Olímpicos.

– ¿Qué queda en tu presente profesional de aquellas tardes en donde jugabas al vóley en la quinta de tus abuelos, para divertirte?

– Vivo el vóley de una manera bastante infantil, o de alguna manera inconsciente, disfruto mucho de jugar, saca lo mejor de mí, quizás tenga que ver con conectarme con el juego propiamente dicho. Queda un montón de esa infancia. En ese momento me enojaba más por competir y ganar, terminaba peleada con todos, creo que cambié para mejor.

– Fuiste capitana de Las Panteras durante tres años, ¿qué implica ser líder de un equipo?

– Los liderazgos dentro de un equipo exceden la cinta de capitán; el liderazgo en el equipo tiene que ver, sobre todo, con ser un ejemplo para el resto. Siempre lo viví así, me gustó trasmitir no sólo el sentido de responsabilidad hacia el equipo sino el dejar todo en la cancha. Me gusta mucho la unión del equipo y algo de lo que más que extraño del vóley indoor era eso de juntarnos a celebrar las seis en el medio. Tengo fotos donde me veo saltando mucho más alto para festejar que para atacar, o subida a upa de una central para festejar un punto. Mi liderazgo siempre fue de la mano de eso. Soy bastante efusiva y me gusta de trasmitir mis energías positivas al resto del equipo.

– Durante esta semana la palabra “fracaso” circuló mucho en los medios tras la derrota de la Selección de fútbol frente a Chile en la final de la Copa Centenario. ¿Qué significa para vos el fracaso?

– Soy bastante poco exitista aunque soy una fanática de ganar, pero creo que la clave en el deporte está en los procesos y no el resultado; pienso que el resultado llega con los procesos, van de la mano. Eso sí, cuando una logra un resultado hay una respuesta muy linda de parte de la gente; algo de eso nos pasó en los Panamericanos, porque siempre estamos solas y nadie se entera, y lo que tiene ese feedback es sentirte reconocida, que lo vivieron al lado tuyo.

No dimensiono lo que debe ser a nivel del fútbol, de lo que pasó el otro día con la selección, un ‘fracaso’ como dicen, no tengo idea de qué es sentir ese feedback tan duro. Creo que el fracaso de un deportista tiene que ver con no dar el máximo y quedarte con el sabor amargo de que podrías haber hecho algo diferente.

A mí me pasó en un momento de la selección donde pasaron cosas grupales pero a nivel interno del equipo, no externo. Eso fue más duro para mí. Estaba en un buen nivel deportivo pero no pude liderar como a me hubiera gustado. Por eso, el éxito no tiene que ver solamente con rendir de una manera o conseguir un título.

***

En las vacaciones del 2011, Klug se acercó por primera vez al beach vóley y comenzó a jugarlo sólo por diversión. A finales de 2012, su marido, el voleibolista Ignacio Forastiero, fue contratado por Buenos Aires Unido, de Mar del Plata. Así que juntos hicieron las valijas para mudarse a la ciudad balnearia. Klug rechazó, en ese momento, una oferta de Francia y decidió jugar en las ligas de Indonesia que son más cortas, para no pasar tanto tiempo lejos de su pareja. Sin embargo, meses más tarde ya había abandonado el vóley indoor y competía en el circuito mundial junto a Ana Gallay.

georgina-klug-beach-volley– ¿Qué te atrae del beach vóley?

– Yo odiaba la arena, antes de jugar; no me gustaba ni sentarme sino estaba con pareo, pero me terminé enamorando. Lo que me atrajo del beach vóley fue el desafío que me generó empezar con algo nuevo.

Me acuerdo que un día mi vieja me agarró en Santa Fe y riéndose me dijo: “¿Qué querés inventar con este deporte nuevo?”. Esa locura de ir a la cancha y volver a sentir que estaba en categorías inferiores de vóley aprendiendo, preguntándole al entrenador, eso me gustó. Es un deporte donde estoy en contacto con la pelota todo el tiempo, tengo mucha participación y responsabilidad. Me atrae el desafío personal constante.

– ¿Qué significa participar en los Juegos Olímpicos por primera vez?

– Todavía no tengo mucha consciencia. Soy una deportista medio antideporte -no miro, no los sigo- y soy poco consumista de los Juegos como espectadora. Pero siento un orgullo terrible y una alegría enorme por haber clasificado a través del circuito mundial y de haber puesto al beach vóley femenino como uno de los mejores 15 del mundo, sobre Rusia y China, que son potencias.
Amo representar a Argentina como siempre que juego y me imagino pararme en medio de ese estadio gigante y ver a las veinte amigas y familiares que me van a acompañar. No puedo creer llegar a esto a los 32 años, desde los 14 doy vueltas por el mundo con la selección.

– ¿Cómo analizás el presente del vóley argentino?

– Veo un crecimiento grande. Por un lado, Las Panteras lograron finalmente clasificar a los Juegos Olímpicos y ese es un parámetro de trabajo muy bueno, porque el país creció mucho en relación al nivel sudamericano. El beach vóley también creció pero está en pañales, todavía necesita independizarse del vóley. Hacen falta canchas, entrenadores y jugadores que quieran jugar. De todas formas, el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD, creado en 2010) fue fundamental.

Yo empecé a jugarlo en una época privilegiada, pero Ana Gally y Virginia Zonta jugaron mucho tiempo sin ningún apoyo. El ENARD nos permitió participar en competencias internacionales, que es de donde obtenemos más apoyo para seguir creciendo. Sin eso, el beach vóley no sobreviviría.

– ¿Cómo se viven las desigualdades de género dentro del ámbito del vóley?

– En la federación de vóley, el masculino es lo más importante y siempre lo fue. He vivido esas diferencias cuando era más chica, pero creo que las nuevas autoridades tienen la idea de equilibrar la balanza. Eso sería muy importante.

Analía Fernández Fuks – @Anuka_Fuks

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