Derechos Humanos

28 junio, 2016

Ocho de cada diez niños y niñas sufrió acoso, bullying o discriminación en Internet

El dato se desprende del informe de Unicef “Chic@s conectados”, publicado este martes basado en una encuesta a 1100  niños, niñas y adolescentes de la Argentina.

“En Argentina hay más de 13 millones de niños, niñas y adolescentes de los cuales, seis de cada diez se comunican usando celular y ocho de cada diez usan internet. La tecnología atraviesa su existencia, impacta en sus modos de conocer, aprender, expresarse, divertirse y comunicarse”, destacó María José Ravalli, especialista en Comunicación de Unicef. “Para los chicos y chicas, los medios digitales son un modo habitual de comunicación y de interacción con el mundo”, continuó y explicó que “actividades como chatear, jugar en línea, buscar y compartir información y contenidos, son acciones cotidianas en sus vidas y, en definitiva, del ejercicio de su ciudadanía digital”.

Según Unicef, el promedio del primer ingreso a la web es a los 11 años, una edad que está en descenso y varía según el nivel socioeconómico de las familias. Si bien más de la mitad de los entrevistados de entre 13 y 15 años accedió a Internet entre los siete y los once años, entre aquellos de nivel socioeconómico alto el ingreso es a partir de los siete, mientras que entre los de nivel socioeconómico bajo es mayoritariamente a los 11.

El teléfono móvil es el dispositivo más utilizado para navegar por la web, frente a la computadora de escritorio y la notebook que los adolescentes usan cada vez menos y para objetivos puntuales como resolver una tarea escolar. En cuanto a los lugares donde se conectan, los chicos y las chicas entrevistadas señalaron que usan internet en sus casas, preferentemente en sus habitaciones donde tienen privacidad. La conexión en movimiento es más frecuente entre los adolescentes de mayor nivel socioeconómico (que tienen mayor acceso a celulares con paquetes de datos). Los chicos con menos recursos son los que más usan los cibercafés, una conexión más cara que la domiciliaria. También en las escuelas, a mayor nivel socioeconómica, mayor conectividad.

En cuanto al uso de redes sociales, Facebook es la más extendida: el 95% de los encuestados abrió al menos un perfil y aunque dice usarla poco, no piensa abandonarla. Su crecimiento intergeneracional es un problema para los jóvenes, que prefieren canales de contacto con sus pares que excluyan a familiares mayores. En segundo y tercer lugar los encuestados mencionaron Twitter e Instagram y, como principal vía de comunicación, WhatsApp. Las redes sociales no sólo se utilizan para contactarse con amigos: el 51% de adolescentes se informa en Facebook y Twitter.

Otro de los capítulos del estudio “Chic@s Conectados” indaga sobre experiencias negativas en Internet. En total, ocho de cada diez entrevistados vivió al menos una situación perturbadora como la exposición a imágenes obscenas/pornográficas (37%), de violencia (24%) bullying o maltrato (20%) y discriminación por distintos motivos (13%).

Al mismo tiempo, uno de cada tres entrevistados recibió mensajes desagradables e hirientes a través de internet en los últimos 12 meses. ¿Qué hacen los chicos cuando se enfrentan a este tipo de situaciones? Bloquean a la persona que los perturba (65%), eliminan sus mensajes (58%), ignoran el problema (54%), tratan que la otra persona los deje en paz (51%). Sólo el 10% quiso vengarse.

En la parte del estudio de abordaje cualitativo, sin embargo, el ciberbullying es la experiencia negativa más mencionada, aunque no en primera persona. En menor medida, surgen también referencias a formas específicas de discriminación. En sus relatos, tanto el acoso como el robo de identidad constituyen las dos mayores preocupaciones de niños y niñas.

Muchos adolescentes manifestaron conocer gente a través de las redes sociales, aunque no todos acceden a un encuentro presencial con una persona conocida exclusivamente por esa vía. Sí lo hizo el 38% de los entrevistados, que se encontró en los últimos 12 meses cara a cara con alguien que conoció primero por internet. En esos casos, hay cierto consenso entre los jóvenes en que se deben tomar recaudos como pautar el encuentro en lugares públicos, en horarios diurnos, acompañados por un amigo o incluso por los padres.

Otro de los datos relevados en el informe afirma que el 56% de los adolescentes que ve o experimenta algo en internet que le molesta, lo habla con un amigo. El 30% lo hace con alguno de sus padres, el 25% con algún hermano, el 24% con un adulto en quien confía y el 9% con un profesor. Casi el 70% de los chicos y las chicas cree que sus padres saben entre más o menos y nada acerca de sus actividades en Internet y consideran que pueden aportar poco porque saben menos que ellos. Sin embrago, ante situaciones de gravedad acuden a la familia.

“Si bien los padres no son los primeros referentes a la hora de hablar sobre problemas en internet, ante situaciones de gravedad son los principales consejeros, afirmó Ravalli. “Estos datos ponen de relieve las posibilidades de participación de la familia, tanto los adultos de referencia como los hermanos u otros miembros, en acciones de información y prevención de riesgos, como en favorecer usos enriquecedores de internet”, agregó.

El documento realiza también una serie de recomendaciones entre las que se destacan la promoción de una política de ciudadanía digital integral e intersectorial y la necesidad de que se impulse un uso responsable, seguro y efectivo de los medios y las tecnologías de la información y la comunicación.

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