27 junio, 2016
Después del Brexit: el Reino, menos Unido que nunca
La salida de la Unión Europea abre la posibilidad para la independencia de Escocia y la reunificación de Irlanda. Además, podría debilitar la Commonwealth y fortalecer la posición argentina sobre las Islas Malvinas.

La decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea, tras el referéndum del pasado 24 de junio, puede tener consecuencias más allá de un pequeño terremoto económico. Por un lado, el primer ministro David Cameron anunció su renuncia, que será efectiva en octubre. Los dos partidos políticos principales del país, el Conservador y el Laborista, están discutiendo cambios en sus liderazgos. Pero poniendo la vista en el mediano plazo, la posibilidad de una desintegración del Reino, tal y como está conformado actualmente, se vuelve tangible.
Hoy en día, el país está formado por cuatro naciones constitutivas: Inglaterra, Gales y Escocia, todas ellas en la isla de Gran Bretaña, e Irlanda del Norte, que ocupa el tercio meridional de la isla vecina. Dos de ellas podrían estar planteándose la independencia y el retorno a la Unión Europea.
Dividir una isla, unir otra
La votación en Escocia respecto al Brexit fue monolítica: el “Remain” (“Quedarse”) ganó en los 32 concejos en los que está dividida territorialmente está nación. Un 62% de los escoceses, más de un millón y medio de personas, votaron a favor de permanecer en la UE.
Apenas conocidos los resultados del referéndum, la ministra principal, Nicola Sturgeon, del Partido Nacional Escocés, afirmó que una nueva votación para decidir la independencia del país respecto de Londres era “altamente probable”. El 18 de septiembre de 2014, se celebró una consulta popular en la que la opción a favor de continuar integrando el Reino Unido triunfó con el 55% de los votos.
En 2015, durante un debate previo a las elecciones locales, Sturgeon había dicho que “algo trascendente debería cambiar en términos de las circunstancias o la opinión pública” antes de pensar en la posibilidad de convocar un nuevo referéndum. La salida de la UE a pesar de la postura clara de los escoceses, parece una modificación bastante trascendente.
Cruzando el mar, en Irlanda del Norte, las circunstancias son distintas, aunque con puntos de contacto. El “Remain” también triunfó ampliamente allí, con el 56% de los sufragios. El Sinn Fein, principal partido independendista y segunda fuerza del Parlamento norirlandés, se pronunció rápidamente a favor de un referéndum en el cual se trate la posibilidad de reunificarse con los vecinos del sur, la República de Irlanda.
La isla fue escenario de un conflicto armado de baja intensidad que se sostuvo durante 30 años, hasta la firma de los Acuerdos del Viernes Santo, en 1998. Desde entonces, la frontera entre el norte y el sur ha permanecido abierta. Ahora, con la salida del Reino Unido de la UE, los puestos de control deberán retornar a la región.
El 8 de marzo de 1973, cinco años después del inicio de la violencia armada, se celebró una votación en Irlanda del Norte sobre la posibilidad de reunificar la isla. Sin embargo, este proceso fue boicoteado por los nacionalistas irlandeses. La participación estuvo por debajo del 60% y la opción de permanecer en el Reino Unido obtuvo el 99% de los sufragios.
Los súbditos
Cincuenta y tres países de cinco continentes integran la Commonwealth, la organización supranacional creada por el Reino Unido para mantener su influencia luego de la desintegración del Imperio Británico. Dieciséis de ellos, incluyendo naciones de gran desarrollo económico como Canadá y Australia, aún reconocen a la reina Isabel II como su Jefa de Estado.
La salida del Reino Unido de la UE implica que la Commonwealth deja de tener relación directa con la comunidad de naciones europeas, lo que redunda en una pérdida de beneficios económicos para los países integrantes.
A pesar de ello, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se apuró a asegurar que su país espera “continuar construyendo relaciones con las dos partes (el Reino Unido y la Unión Europea), mientras construyen una nueva asociación entre ellas”. Su ministro de Economía, Bill Morneau, afirmó por su parte que “si bien se espera alguna inestabilidad de los mercados, la economía canadiense está bien ubicada y sus instituciones financieras son sólidas”.
Distinta es la situación de Australia, decimotercera economía del mundo según datos del Fondo Monetario Internacional. Allí el movimiento republicano, que se pronuncia a favor de quitarle la jefatura de Estado a la Reina Isabel, lleva años tomando fuerza, y el Brexit podría significar el impulso definitivo para llevar el tema a un debate público.
El líder del Movimiento Republicano Australiano, Peter FitzSimons, aseguró con ironía: “Es una cosa para los monárquicos decir ‘deberíamos seguir alineados con la Gran Bretaña’…pero, ¿cómo nos sentiremos al seguir alineados con la pequeña Bretaña?”.
¿Y las Malvinas?
La cuenta “oficial” del gobierno británico en las Islas Malvinas se despachó instantes después de conocidos los resultados del referéndum con un confuso tuit: “Las Islas Malvinas tomarán el control de la Argentina después del Brexit”. Debates al margen respecto al sentido del humor del community manager kelper, lo cierto es que la posición británica respecto a la soberanía en el Atlántico Sur se verá afectada por su salida de la UE.
El Anexo IV del Tratado de Roma, que constituyó la Comunidad Económica Europea (predecesora de la UE), reconoce a las Islas Malvinas como uno de los territorios de Ultramar integrantes de la entidad. Es decir que, al menos en los papeles, las reivindicaciones británicas sobre el Atlántico Sur eran apoyadas colectivamente por los miembros de la UE. Ahora, esa situación podría modificarse.
Además, gran parte de las exportaciones de las Malvinas tienen como destino países de la UE. Una modificación del régimen aduanero en el futuro cercano implicaría un duro golpe para la economía isleña, y un acercamiento al Mercosur para reubicar esos productos podría fortalecer la posición argentina.
La salida de la quinta economía mundial de la Unión Europea generó un terremoto en todos los aspectos de la vida del Reino Unido, así como en buena parte de la comunidad internacional. Las consecuencias geopolíticas del Brexit se verán en los próximos años.
Nicolás Zyssholtz – @likasisol
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