23 junio, 2016
Juan Grabois: «Francisco me pidió que levante la voz de los compañeros»
Desde Notas dialogamos en exclusiva con Juan Grabois, referente de la CTEP recientemente designado por el Papa Francisco como asesor del Pontificio Consejo de la Justicia y la Paz del Vaticano. El dirigente social denuncia un «claro hostigamiento» de los dueños de los medios de comunicación y periodistas de izquierda y derecha contra Francisco.

Desde Notas dialogamos en exclusiva con Juan Grabois, referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) recientemente designado por el Papa Francisco como asesor del Pontificio Consejo de la Justicia y la Paz del Vaticano. En la entrevista denuncia un «claro hostigamiento» de los dueños de los medios de comunicación contra Francisco, además de una coincidencia del periodismo de derecha y de izquierda (Longobardi, Roa, Blanck, Verbitsky) en la crítica al Sumo Pontífice. Además, denuncia una cada vez más crítica situación de los trabajadores de la economía popular que en estos meses han visto sus ingresos «reducidos a la mitad».
– ¿Podés contarnos qué implicó tu designación como asesor del Pontificio Consejo de la Justicia y la Paz del Vaticano?
– La designación es una formalización de un trabajo que yo vengo realizando de vinculación entre la iglesia de Francisco y los movimientos populares y es un reconocimiento para todas las organizaciones de base que luchan por tierra, techo y trabajo, que se reunieron en Roma en 2014 y en Santa Cruz de la Sierra en 2015.
Es una designación ad honorem, que no va a cambiar en nada mi actividad cotidiana ni mi independencia como militante, cuya única organicidad está con los sectores populares. Es eso. Es un espacio para levantar un poco más la voz de los compañeros. Que es lo que Francisco me pidió que haga.
– ¿Tenés la sensación de que hay una campaña mediática en curso contra el Papa Francisco?
– Sí, hay un claro hostigamiento… No de los medios de comunicación en particular sino de los sectores económicos concentrados, que son los dueños de los medios de comunicación. Tanto a través de los medios como de otras herramientas intentan desacreditar y desprestigiar el trabajo del Papa porque atenta directamente contra sus intereses políticos y económicos, que tienen que ver con una profundización de las desigualdades propias del capitalismo, que en esta etapa de Argentina, de América y del mundo, se agudizan como consecuencia de lo que Francisco llama “el paradigma tecnocrático”.
Este paradigma implica la alianza entre los sectores más concentrados de las finanzas y de las de las nuevas tecnologías, que han logrado un verdadero imperio del dinero que hoy domina el mundo entero, con muy poca oposición. Y Francisco es una de las voces -para mi la más clara y la más fuerte- contra este paradigma que genera la exclusión de por lo menos la mitad de la humanidad.
– ¿No te da la sensación de que precisamente por toda esta situación que estás describiendo, en la que se enmarca el discurso del Papa, se ha dado una inversión en cuanto a la gente que en principio lo bancaba y que ahora lo está criticando, y viceversa, con sectores más de izquierda, progresistas, que primero tenían reparos y que ahora lo están sosteniendo?
– Sí, pero en primer lugar, yo creo que los sectores populares, los pobres no tienen esas brechas pseudoideológicas. Es un problema de sectores de la burguesía ilustrada. Si hacés una encuesta en una villa de Capital, en Zavaleta o la 1-11-14, no ha cambiado la percepción que tenían del cardenal Bergoglio respecto de la que ahora tienen del Papa. Siempre tuvieron la misma.
Pero esa inversión que vos decís no solamente responde a la incoherencia de los sectores que vos llamás de derecha respecto de los valores cristianos que dicen practicar sino también a una cierta incapacidad de pensamiento propio que tiene la izquierda, lo que es algo a remarcar para la militancia. Eso tiene que ver con una dificultad para ir a las fuentes y buscar el pensamiento del Papa Francisco o de Bergoglio en su momento.
En general es más sencillo reproducir lo que dicen los think tanks del progresismo internacional, que en Argentina están encabezados por Verbitsky (recordemos que el CELS está financiado por el National Endownment Democracy, el British Council y la Fundación Ford). Entonces el progresismo argentino tiene esta tendencia a reproducir discursos sin tener pensamiento riguroso y propio, sin ir a las fuentes.
Y es una buena lección esto que pasó con Francisco para sacudirse los prejuicios, sobre todo para nuestra generación militante, los que tenemos menos de 40 años, y tratar de desarrollar un pensamiento propio que no le haga seguidismo a ninguna de las líneas planteadas por los grandes centros comunicacionales que, como estamos viendo hoy que pasa con el caso Francisco -pero también con muchas otras cosas- tienden a coincidir en lo esencial.
Entonces es como que hay una ideología a la carta en lo accesorio pero un consenso muy fuerte en lo esencial. Por eso ahora vemos que en la esencia Marcelo Longobardi, Ricardo Roa, Julio Blanck, Alfredo Leuco y Horacio Verbitsky están planteando exactamente lo mismo sobre el Papa Francisco, sin demasiados contrapuntos. Después tienen alguna diferencia acerca de si López es más o menos corrupto, pero no pueden tolerar el planteo antisistémico que desarrolla el Papa Francisco. Porque es un planteo contra este sistema, no contra alguna de sus variantes, sino contra el sistema estructuralmente.
– Finalmente, teniendo en cuenta tu rol en la CTEP, quería pedirte tu percepción del impacto de estos últimos meses del nuevo gobierno sobre los trabajadores del sector.
– Sobre la situación nacional y la CTEP nosotros el dato que podemos recalcar es que muchos de nuestros compañeros están en un momento de una crisis interna en el que por una parte no quieren dejar de pelear por el trabajo digno pero también están empezando a plantear en las asambleas que tenemos que volver a abrir los comedores.
Por un lado no quieren ir para atrás y volver a la pelea por los bolsones de comida, ya que la CTEP nace para superar esa pelea por planes y comida para plantear la dignidad del trabajo en la economía popular, pero ahora la necesidad de las familias nos está impulsando a volver a reclamar leche, alimentos, etcétera. Porque vuelve el hambre a algunos sectores de la Argentina, del conurbano bonaerense, de la Patagonia, del norte argentino.
Por cada trabajo que se pierde en el mercado laboral formal hay dos o tres compañeros de la economía popular que ven sus ingresos reducidos a la mitad. Cuando los asalariados que tienen buenos ingresos o la clase media se va quedando sin laburo las consecuencias las siente directamente el compañero que recicla residuos, el compañero que es vendedor ambulante, el compañero que tiene un pedacito de tierra para producir verduras y ya no tiene más mercado, etc. Es decir, los compañeros que se inventaron su propio trabajo fundamentalmente viven de ese pequeño derrame de los sectores medios y cuando se cierra la canilla de los sectores medios y de los asalariados de buenos ingresos la sequía va para abajo.
Entonces, en ese sentido, nosotros estamos planteando de nuevo la necesidad de reagrupación de los sectores del campo popular, no como un deseo sino como una necesidad de susbsistencia para los compañeros. Y estamos trabajando en ese sentido.
Pedro Perucca – @PedroP71
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