Batalla de Ideas

22 junio, 2016

Las personas más honestas de la historia universal (según 500 argentinos)

Se acaba de publicar la encuesta anual de Giacobbe y Asociados «Las personas más honestas según los argentinos». Las Margaritas suben (Barrientos es la más honesta de la historia y Stolbizer entró al top ten) mientras que Francisco parece a punto de desbarrancarse.

En ese instante gigantesco, he visto millones de actos deleitables o atroces; ninguno me asombró como el hecho de que todos ocuparan el mismo punto, sin superposición y sin transparencia. Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré sucesivo, porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo, recogeré.

Jorge Luis Borges, El Aleph

Todos los años, aproximadamente a fines del otoño, se produce uno de los hechos más esperados por el pueblo argentino: la publicación de los resultados de la encuesta de Giacobbe y Asociados “Las personas más honestas según los argentinos”.

Este saludabilísimo aporte estadístico anual comenzó a producirse por la consultora en el año 2012. Su presidente, Jorge Giacobbe, según lo informa la misma web de la consultora, miembro del Consejo Asesor de Poder Ciudadano y el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC, una ONG que, como muchas otras, se ha transformado en un semillero del PRO), explica que “la medición sólo pretende que reflexionemos sobre quiénes son honestos y quiénes no, aportando a un debate que rescate a éste tema del freezer en el que se encuentra desde hace muchísimo tiempo”.

El universo de la encuesta es de apenas 500 casos durante sus primeras tres ediciones, pasando a 2000 en 2015 y a 3500 en 2016, incorporándose la innovación de que las preguntas son enviadas al celular de los encuestados. El ítem principal consiste en una consulta abierta por diez personas honestas. Argentinos o extranjeros, vivos o muertos, políticos, profesionales, deportistas, periodistas, santos, revolucionarios. Quien se te ocurra que es “honesto/a”.

Así la encuesta resulta en una enumeración casi surrealista de honestos y honestas. Así y todo, con todo lo inútil y ridícula que pueda ser esta investigación, lo cierto es que coincide casi punto por punto con el zeitgeist que los medios masivos de comunicación pretenden presentar como la realidad.

En cualquier caso ¿qué sería ser honesto/a? ¿Y por qué considerar honesto a Jesús, por ejemplo, que fue crucificado por sedicioso y que, según el punto de vista romano, además era un evasor? ¿O al piquetero Ghandi, a Prat Gay, a Manu Ginóbili, a Luis Majul, a Susana Giménz, a Martin Luther King, a Nicolás Wiñazki, a Barack Obama?

La delirante enumeración va acumulando sorpresa tras sorpresa y leerla de corrido puede ser un ejercicio de asombro permanente. En algunos momentos las contigüidades, las contaminaciones por proximidad y los contrastes parecen a propósito y recuerdan a las maravillosas enumeraciones de Borges. Véase lo que ve en El Aleph o esta hermosa falsificación china incluida en El idioma analítico de John Wilkins: “En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (1) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas”.

Las intenciones de la consulta se adelantan en la encuesta original: “Hace tiempo sostenemos que la corrupción es un ‘tema pendiente’ de la agenda pública. Casi nadie con responsabilidades públicas quiere abordar este tema. Se ha construido una negación. Sería un buen síntoma que esta primera lista diera que hablar”.

La encuesta de este año encaja perfectamente en un escenario nacional en el que el tema “corrupción” se manifiesta de manera excluyente en los medios. Lamentablemente, los datos fueron recogidos entre el 5 y el 13 de junio, es decir que justo se cerró la recolección de horas antes de que José López intentara escalar los muros del convento. De haber estado programada una semana más adelante, los resultados probablemente hubieran sido bastante distintos y el Papa Francisco no hubiera entrado ni en el top 20.

¿Cómo hemos pasado en apenas cuatro años de elegir como los diez más honestos/as a Manuel Belgrano, la Madre Teresa, René Favaloro, San Martín, Illia, Ghandi, Alfonsín, Juan Carr, El Che Guevara y Mandela a un top ten integrado por Margarita Barrientos, Carrió, Favaloro, Illia, Alfonsín, Belgrano, San Martín, Stolbizer, Francisco y Lanata? Está claro que cambiamos.

Los primeros años de la encuesta el decil superior se mantuvo más o menos inmutable. Salía un Che, entraba un Illia; caía un Alfonsín, se sumaba un Mandela. Favaloro, Ghandi, San Martín, Teresa y Belgrano estuvieron siempre. Margarita Stolbizer logró entrar este año, desplazando a Carr. Desde que Bergoglio (que en 2012 ranqueó 36) pasó a ser Francisco empezó a ocupar el primer lugar y parecía que ya nada podría moverlo de allí. Pero en 2015 bajó al cuarto puesto y este año al noveno. El diez, el Messi, de este equipazo de honestos es ni más ni menos que Jorge Lanata, que en los últimos tres años viene ocupando sólidamente esa posición.

Cristina Fernández por su parte no lo ha hecho mal este año. En una clara recuperación de honestidad (que en 2015 había alcanzado el puesto 63) en los primeros meses de revolución de la alegría (pero antes de López) volvió a su lugar histórico de tercera docena (este año 32, uno arriba de Leuco padre, chiva). Néstor el año pasado había desaparecido directamente, pero este año volvió al puesto 79, apenas uno por encima de Jesucristo, que consiguió su peor ubicación, desplomándose desde el honroso puesto 20 de 2012. En un claro signo de esquizofrenia, ingresaron al ranking tanto Juan José Aranguren (85) como Guillermo Moreno (81). Campagnoli, Sanz, Vidal, Legrand, Michetti y Soledad Pastorutti parecen haber llegado para quedarse. Entraron por primera vez Marcos Peña, Rogelio Frigerio y Prat Gay, todos incuestionables representantes de la proclamada transparencia PRO.

Borges también estuvo siempre, lo mismo que el Pepe Mujica, Martha Pelloni, Hermes Binner, Pérez Esquivel y Federico Leloir. El Che Guevara también, aunque en baja. Agustín Tosco se fue y volvió. Llegaron el juez Claudio Bonadío, Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. La troupe periodística siempre estuvo representada por Castro, Longobardi, Leuco y Ruiz Guiñazú. Este año su notable contribución a la construcción de tan particular idea de honestidad se vio reconocida con el ingreso de Jonatan Viale, Leuco chico, Alconada Mon, Santiago del Moro, Majul, Pagni y Winazki.

Y Margarita Barrientos logró el primer puesto, con una arremetida notable de 0, 29, 22 y 9. Si bien su protector, Mauricio Macri, no logró entrar nunca al top ten, es cierto que este año llegó al puesto 11, acercándose peligrosamente al podio, sin que los Panamá Papers hagan mella en su imagen de honestidad inmaculada (la progresión de puestos es: fuera del top 100, 97, 43, 22). Increíble.

¡Qué país!

Pedro Perucca – @PedroP71

 

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