22 junio, 2016
Hernán Casciari: “El segundo gol fue una venganza lírica de Maradona”
El escritor, autor del texto “10.6 segundos”, que recuerda lo que ocurrió en la vida de los protagonistas secundarios del partido entre Argentina e Inglaterra de México ’86, aseguró que aquel fue un momento en el que “todos sentimos que se hacía justicia”.

Kenny Sansom, borracho de vino blanco y adicto al juego. Terry Butcher, tomando whisky, recuerda una y mil veces a ese petiso argentino que lo gambeteó en dos oportunidades en la misma jugada. A los hijos de Peter Raid y Peter Bardsley, en una rave londinense, un grupo de escoceces los obliga a irse tras recordarles la jugada que marcó la carrera de sus padres. Terry Fenwick estuvo preso.
En “10.6 segundos”, Hernán Casciari recuerda el desgraciado presente de los protagonistas secundarios de la jugada más famosa de la historia del fútbol: el Gol del Siglo, que Maradona le anotó a Inglaterra un 22 de junio de 1986. En diálogo con «La Zurda Mágica» (Radio Sur 88.3), el escritor recordó sus sensaciones ante el gol y la inspiración que lo llevó a escribir el texto.
– ¿Qué significó para vos el segundo gol de Maradona, aquel día?
– Todos entendimos que se hacía justicia con ese gol, por dos cosas: por el campeonato del ’78, ensuciado por la dictadura militar, que mucha gente pensaba que no nos merecíamos o que estaba arreglado, y una justicia más simbólica que tiene que ver con lo que pasó en el ’82 en Malvinas. Fue una especie de venganza lírica de Maradona.
– En “10.6 segundos”, contás la historia de muchos integrantes de la selección inglesa. ¿Cuál te llamó más la atención?
– Me impactó la historia de Terry Butcher, que termina muy mal su carrera, dándose al alcoholismo y hablando barbaridades de Maradona como un linyera loco. Pero la que más me llama la atención es la de Peter Shilton, que posiblemente sea uno de los arqueros más emblemáticos de Inglaterra y que, sin embargo, cuando lo buscamos en Wikipedia lo primero que dice es que recibió el mismo día los dos goles más importantes de la historia del fútbol.
– ¿Cómo surgió la idea de escribir el cuento?
– La idea se le ocurrió al escritor Pedro Mairal, de sospechar de Valdano que en la resignación de no recibir el pase de gol de Maradona se convirtió en escritor. A partir de ahí comenzamos a fantasear con el hecho de que a todos los que estuvieron presentes en el Estadio Azteca les cambió la vida de alguna manera.
– Tus textos, como los de muchos autores relativamente recientes, relacionan dos temas que solían estar separados por un abismo: el fútbol y la literatura. ¿Cómo se explica este fenomeno?
– El fútbol, al igual que el chusmerío de la farándula, tiene la ventaja de que casi todos entienden de lo que se está hablando. Si el deporte nacional argentino fuera el hockey sobre hielo, usaríamos metáforas sobre el hockey sobre hielo. Pero eso debe ocurrir en Canadá. Cualquier actividad humana que nos represente de manera global siempre es más amistosa con las ganas de escribir.
– ¿Qué te genera, al margen de la Selección Argentina, esta Copa América, que se juega en Estados Unidos?
– A mí siempre me gusta más, cuando lo veo por la tele, el ambiente en los países que tienen raigambre futbolística. Los japoneses a veces gritan en un córner, los yanquis están mirando para otro lado, no me gusta cuando hacen la ola, me parece que se están aburriendo…me parece una pelotudez muy grande. En cambio, en Italia, en Brasil, en Argentina, la gente que está en la tribuna mira el partido y nada más.
No me gustan los escenarios de países que no son netamente futboleros, y a eso le adudico también el aburrimiento que me está generando esta Copa América, del mismo modo que me divierte mucho más un Mundial que se juegue en Brasil que uno que se juegue en Qatar”.
– En “El contador de hazañas”, describís a tu papá como el hombre que te recordaba los éxitos pasados de la historia de Racing. ¿Creés que ahora, con los éxitos recientes de la Academia, vos mismo vas a poder ser un “contador de hazañas”?
– Ojalá que pueda. Pero tengo una suerte ya, porque así como mi viejo tenía historias para contarme del equipo de José, y mi abuelo de Corbatta, yo ya tengo a Diego Milito, y lo voy a tener para siempre. No es normal lo que pasó con Milito. Que un tipo surgido del club participe del primer título después de 35 años, se vaya, gane la Champions League, y vuelva para retirarse en su equipo de la infancia y lo saque campeón. Esto se lo voy a poder contar a mis hijos.
Foto: El Observador (Uruguay)
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