América Latina

21 junio, 2016

Puerto Rico: la colonia y la vergüenza de Washington

Este lunes el Comité Especial de Descolonización de la ONU votó por trigésimo quinta vez a favor de la libre determinación de Puerto Rico e instó a los EEUU a terminar con sus prácticas coloniales. Esta resolución se da en medio de la fuerte crisis económica que atraviesa la isla caribeña.

Este lunes el Comité Especial de Descolonización de la ONU votó por trigésimo quinta vez a favor de la libre determinación de Puerto Rico e instó a los EEUU a terminar con sus prácticas coloniales. Esta resolución se da en medio de la fuerte crisis económica que atraviesa la isla caribeña.

El órgano integrado por 29 países adoptó una resolución que demanda la autodeterminación y la independencia del país, reiterando su carácter latinoamericano y caribeño. Presentada por Cuba, con el respaldo de Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Rusia, Siria y Venezuela, la iniciativa refleja también preocupación por la imposibilidad de la isla de atender sus graves problemas económicos y sociales, como resultado de la falta de soberanía.

«Puerto Rico tiene hambre y sed de justicia, y aquí reclamo como gobernador el derecho a la autodeterminación, y la ayuda de la ONU para que se defina nuevamente que es de igualdad y respeto la relación que tiene que existir entre los dos pueblos», dijo el gobernador puertorriqueño Alejandro García Padilla ante el Comité de Descolonización.

Si bien García Padilla pertenece al centrista Partido Popular Democrático de Puerto Rico (PPD), que desde hace años aboga por mantener la relación de Estado Libre Asociado (ELA) con EEUU, las últimas decisiones de Washington lo han llevado a radicalizar su discurso. Principalmente por el avance en el Congreso estadounidense del proyecto de creación de una Junta de Supervisión Fiscal que controlará la economía boricua retirando estas atribuciones al gobierno local.

La crisis económica y el doble estándar

La deuda actual de Puerto Rico se estima que asciende a 72 mil millones de dólares. Ya el año pasado García Padilla (que gobierna desde 2013) calificó este monto como «impagable». «No es una cuestión política, sino matemática», explicó.

Esta situación, que se agrava con una recesión que ya lleva diez años, tiene un dato particular: a diferencia de otras unidades administrativas (Estados o ciudades) de los EEUU, Puerto Rico no puede declararse en quiebra. Esa potestad -que fue utilizada por ejemplo por la ciudad de Detroit- le permitiría protegerse ante los acreedores y reestructurar su deuda.

Resulta que, como Estado Libre Asociado, la isla no puede acceder al Capítulo 9 del Código de bancarrotas estadounidense.

Frente a este escenario la Cámara de Representantes en Washington (donde la isla tiene un delegado con voz pero sin voto) optó por ajustar aun más la cuerda dando media sanción a la ley HR5278. La nueva legislación -que todavía debe ser aprobada en el Senado- impone a Puerto Rico una junta de supervisión fiscal que tiene la potestad para tomar medidas presupuestarias sin necesidad de consenso de la gobernación. Esto incluye posibles recortes al presupuesto y las pensiones, aumento de impuestos y rebaja de salarios.

Cabe recordar que actualmente Puerto Rico afronta litigios de distintos acreedores (varios de ellos fondos buitre) por el impago de sus vencimientos de deuda.

La colonia del siglo XXI

«Debemos dejar de tratar a Puerto Rico como una colonia». Esas fueron las palabras que utilizó el senador y precandidato demócrata Bernie Sanders para titular una carta pública que difundió en relación a la crisis de la isla.

Según Sanders, la ley aprobada por la Cámara de Representantes «vela por las necesidades de los fondos buitres de Wall Street» y por eso «es inaceptable». «Tenemos una decisión importante que tomar: podemos estar junto a los trabajadores de Puerto Rico o podemos estar con ‘Wall Street’ y el ‘Tea Party'», añadió.

Por su parte el director de Políticas Públicas del Centro para una Nueva Economía de Puerto Rico, Sergio Marxhuach, explicaba hace unos años que la isla «cuenta con la mitad de las herramientas económicas que tiene un país soberano. En los países existe un Banco Central, un ministro de Finanzas, una moneda. En la isla hay un secretario de Hacienda pero el resto lo maneja la Reserva Federal de EEUU».

El combo se completa con un fallo reciente de la Corte Suprema estadounidense que, a partir de una causa por un delito penal, resolvió que la soberanía de la isla de Puerto Rico «reside» en Washington.

Así, ante la negativa de los EEUU de acabar con el estatus colonial de la isla demandado por la comunidad internacional, el pueblo boricua afronta un callejón sin salida. La oferta de Washington implica un duro ajuste para garantizar las ganancias de los acreedores, aun a costa de la población.

Santiago Mayor – @SantiMayor

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