América Latina

17 junio, 2016

“Justicia verdadera implica castigo a los responsables intelectuales”

El 15 de junio se llevó adelante una jornada mundial exigiendo justicia por el asesinato de Berta Cáceres, lideresa del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Luego de la actividad realizada en Buenos Aires, Notas dialogó con su hijo, Salvador Zúñiga.

El 15 de junio se llevó adelante una jornada mundial exigiendo justicia por el asesinato de Berta Cáceres, referenta del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Luego de la actividad realizada en Buenos Aires, Notas dialogó con su hijo, Salvador Zúñiga.

La luchadora social hondureña y referente del movimiento popular continental, fue asesinada en su vivienda la noche del 2 de marzo de este año. Hasta el momento, cuatro personas han sido detenidas acusadas de ser autores materiales del crimen, pero no hay avances respecto a los autores intelectuales, al tiempo que se niega toda participación a la familia.

La actividad se realizó en fecha simultánea en 17 países. Entre ellos El Salvador, Nicaragua, Guatemala, México, EEUU,  Alemania, Italia y el Estado español. Desde Honduras, Berta Zúñiga, una de las hijas de Berta Cáceres, explicó que la jornada de protesta se convocó con dos planteos concretos: la creación de una comisión investigadora independiente y la cancelación definitiva e inmediata del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca. Este proyecto es construido por la empresa Desarrollos Energéticos S.A. (DESA) y resistido por el COPINH, por el grave daño que provocaría al ecosistema, afectando a la población indígena lenca. Precisamente, los detenidos están relacionados a la empresa, que venía amenazando a Berta Cáceres y a otros dirigentes de la organización.

En Argentina, la actividad central se realizó desde las 5 de la tarde frente al Obelisco. Allí, referentes de diversas organizaciones populares expresaron palabras de reconocimiento para Berta y plantearon la necesidad de construir unidad y solidaridad ante los ataques de las trasnacionales y sus mecanismos represivos. También lo hicieron las Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas y Mirta Baravalle. Varios artistas, entre ellos Bruno Arias, sumaron su arte al pedido de justicia. Además se leyeron poesías y reflexiones surgidas del dolor, del afecto y también de la indignación, ante un crimen anunciado y amparado por la impunidad con que se mueven las trasnacionales y el gobierno hondureño.

Salvador Zúñiga, hijo de Berta Cáceres, agradeció a los presentes e inscribió el asesinato en el marco de “un sistema de opresión racista y machista”. “Es un femicidio porque a mi mamá la mataron por ser mujer, por oponerse a un sistema”, expresó el joven, quien también destacó la importancia de continuar en la batalla, recuperando en forma viva la memoria de su madre. “No llevamos muertos ni muertas encima. Llevamos personas que nos dejan su fortaleza en este camino de lucha”.

En el cierre de la jornada, una movilización con antorchas recorrió la calle Carlos Pellegrini coreando “¡Berta no se murió, se multiplicó!”, hasta llegar la avenida Santa Fe para escrachar la Embajada de Honduras, que estaba rodeada por un fuerte operativo de seguridad.

“Reafirmamos nuestra defensa de la vida”

Tras la conclusión de la actividad, Notas dialogó con Salvador Zúñiga. El hijo de Berta Cáceres vive en Buenos Aires desde 2012. Tuvo que migrar ante la permanente persecución política y social que existe en Honduras, invisibilizada por la mayoría de los medios privados, quienes de esta manera completan la legitimación del proceso del golpe de Estado que desalojó del gobierno a Manuel Zelaya.

“Fue una jornada muy importante, hicimos llegar nuestra exigencia por una justicia verdadera. Además hemos sentido con mucha fuerza la solidaridad de los pueblos, que nos cobija. Hemos sentido también con una tremenda fuerza el espíritu de mi mamá, aquí presente”, fueron sus primeras reflexiones.

Zúñiga agregó: “El gobierno de Honduras es responsable desde que se inicia el golpe de Estado en 2009, con la entrega masiva de nuestros territorios, de nuestros ríos, de nuestros bosques, para mineras, por proyectos hidroeléctricos, para complejos turísticos». Asimismo subrayó: «El Estado es responsable de las causas del asesinato de mi mamá». «Todas esas concesiones han estado acompañadas de violación de los derechos humanos, de represión, de persecución, de asesinatos. La empresa DESA tiene relación con el gobierno de Honduras, también los grandes bancos y las trasnacionales que están detrás de todos estos proyectos”, sostuvo.

Consultado sobre la investigación judicial, Zúñiga es concluyente: “El Estado de Honduras no tiene la menor voluntad de buscar la justicia”. El joven recuerda que hasta ahora el gobierno no ha aceptado una comisión independiente: “¿En qué marco se da la investigación del Estado? Nosotros somos excluidos de esa investigación. La detención de estas cuatro personas, vinculadas a DESA, es producto de la fuerte presión internacional”.

Además, sostiene que lo relevante es avanzar en las responsabilidades intelectuales y políticas: “En Honduras existe un nivel de violencia tan naturalizado y una propuesta desde el Estado que es la violencia, la persecución, la falta de acceso a la educación, el miedo a pensar diferente, entonces los responsables materiales vienen a ser personas pagadas, sicarios, al servicio de alguien”.

“Justicia verdadera implica que se castigue a los responsables intelectuales: a los empresarios, a la familia Tala, al Estado de Honduras y también a esas grandes trasnacionales que saben que estos megaproyectos hidroeléctricos son llevados adelante mediante las amenazas y mediante la persecución y aun así, siguen aportando. Entonces también ellos son responsables», afirmó. «No tenemos ninguna esperanza en que el Estado de Honduras coopere con esta búsqueda de justicia”, explica con calma y con firmeza.

Finalmente agregó: “Para nosotros es importante tener presente la espiritualidad de nuestros pueblos originarios». “Ese camino que nos dejan señalado nuestros ancestros y nuestras ancestras ha sido fundamental. Entender que mi mamá y los demás asesinados tienen su espíritu impregnado en nosotros y nosotras. Llegaron hasta las últimas consecuencias en defensa de la vida, entonces nosotros reafirmamos nuestra resistencia en torno a la defensa de la vida. Y también para llevar esta lucha más allá de las fronteras. La solidaridad que sentimos ha contribuido enormemente a nuestra esperanza, a nuestro aprender y a nuestro caminar”, concluyó.

Fernando Vicente Prieto – @FVicentePrieto

Foto: Pañuelos en Rebeldía

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas