Cultura

16 junio, 2016

Orange is the new black: claves para esperar la cuarta temporada

Este viernes se estrena mundialmente la cuarta temporada de la serie de Netflix Orange is the new black. Repasamos las preguntas que quedaron abiertas y algunos de los motivos que la hacen una de las mejores series de la actualidad.

Este viernes se estrena mundialmente la cuarta temporada de la serie de Netflix Orange is the new black. Repasamos las preguntas que quedaron abiertas y algunos de los motivos que la hacen una de las mejores series de la actualidad.

Sin pretender originalidad, hay que decir que Orange is the new black (OITNB) es una serie sobre mujeres. Pero no es una serie más sobre mujeres. Aquí cada una tiene una historia de vida, errores, aciertos, reflexiones, placer, deseo, mandatos, prejuicios. Lejos de personajes idílicos, buenos o malos, la complejidad y mutabilidad es una definición.

Otro factor que define a estas mujeres es la búsqueda de poder. O por lo menos la pregunta al respecto. En recursos económicos, en comida de calidad, sobre sus propios cuerpos, sobre su comunidad. El poder está siempre allí. Como relación social dinámica.

La tercera temporada terminó con Piper Chapman dando un paso significativo en convertirse en una capitalista dentro de la prisión de Litchfield. Entregando a quien la había traicionado y pidiendo que se corra el rumor de que con ella “no se jode”. Su negocio clandestino de tráfico de ropa interior da sus frutos y tiene una decena de empleadas, siempre atentas a medirla a ver hasta cuánto se puede tensionar la relación con ella por mayores beneficios económicos. Cómo adoptará el rol la rubia de clase media alta en los capítulos a por estrenarse, es una de las principales incógnitas planteadas.

Si fuera sólo una serie de pálidas, seguramente OITNB no hubiera tenido el éxito que tiene. La serie logra construir del dolor, el amor y el sexo, humor. Acidez estilo Woody Allen por momentos, chistes simples y hasta dignos de show de stand up por otros. Los capítulos están llenos de violencias y angustias pero siempre hacen reír, o sonreír al menos. Buena parte de esto se debe al fantástico guión de Piper Kerman y Jenji Kohan y la dirección de Michael Trim y Andrew McCarthy. Pero no funcionaría sin las brillantes interpretaciones de cada actriz.

La ternura, olvidada del mundo de las series y desplazada por amores románticos o platónicos, por sexo desenfrenado y grandes declaraciones y gestos, encuentra en OITNB un lugar especial. Vital. Lorna Morello casándose y haciendo lagrimear al personal de la prisión; “Ojos Locos” y su vínculo con Maureen, construido a partir de la creación pornoliteraria de la primera; la compleja maternidad de Sayanara y los intentos infructuosos de su madre por vincularse con ella; las miradas y el amor que-no-puede-ser entre Red y el “consejero” Sam Healy.

Uno de los puntos fuertes es sin duda el personaje de Sophia Burset, la mujer trans que termina en aislamiento tras haber sufrido un ataque transfóbico (de odio, mejor dicho). La peluquera de la prisión no está dispuesta al maltrato y exige una sanción a sus agresoras, mientras que Caputo y sobre todo la gestión privada de Litchfield deciden sólo actuar en su contra sin pensar soluciones de largo plazo.

La temporada termina con ella recluida y algunas de las otras presas – la “hermana” Jane y Gloria Mendoza- preguntándose qué pueden hacer para liberarla. El personaje de Sophia es uno de los más ricos de la serie de Netflix, mostrando la complejidad de la vida de las personas trans, la discriminación, maternidad, los vínculos y, a fin de cuentas, la dificultad de vivir en un mundo pensado desde el binarismo hombre/mujer.

También está abierta la historia de la violación de Penssatucky por parte de uno de los guardias, su intento de venganza gracias a la amistad con Boo y el final alejamiento. Otra reclusa toma su lugar en la camioneta.

Por otro lado, uno de los personajes principales, Alex Vause (spoiler alert) termina la tercera temporada amenazada por uno de los narcotraficantes a quienes traicionó, que logró infiltrarse en la prisión. Al llegar al final, la incógnita sobre su muerte queda planteada, pero ya varios medios filtraron que sobrevivirá.

En su cuarto año al aire, la prisión de Litchfield sufrirá un cambio que ya se anticipaba y que desnuda una realidad estadounidense de la que pocos hablan. La gestión privada de las prisiones se reduce a una búsqueda de maximización de ganancias. Superpoblación, peores condiciones de vida, mayor severidad en los castigos, sumado a una situación laboral de los guardias que se sindicalizan. Nada menor para una serie producida por una empresa estadounidense, mostrar la sindicalización como herramienta posible y necesaria de los trabajadores.

Todo artículo sobre OITNB se queda corto. Cada personaje o cada problemática abordada merecería varias páginas. Por lo que se puede saber hasta el momento, esta temporada traerá mayor protagonismo de la comunidad latina –probablemente debido al éxito que tiene en la región y población estadounidense de ese origen la serie. No son inocentes en Netflix- y conoceremos más historias individuales.

“El dolor siempre está ahí, pero sufrir es una opción”, reflexiona Penssatucky en uno de los trailers liberados.

 Al gran público argentino, salud

No existen estadísticas públicas de cuántos usuarios ven la serie. Pero la empresa productora y distribuidora on demand evidentemente sabe que en América Latina y especialmente en Argentina la audiencia está expectante. Como con los choripanes en Plaza de Mayo al estreno de House of Cards, un flyer y spot con Moria Casán como protagonista revolucionaron las redes sociales durante la semana.

Pero no sólo eso. Cuatro de las más representativas dentro de las latinas de OITNB se animaron a un desafío de Hecatombe producciones que las conecta aún más con nuestro país. Probaron Fernet, bailaron cuarteto y hasta se le animaron a algunas palabras en “cordobés”.

Julia de Titto – @julitadt

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