Batalla de Ideas

6 junio, 2016

Día del Medio Ambiente: ¿qué es tomar conciencia?

Por Emilia Jones. Este 5 de junio se celebró en todo el mundo el Día del Medio Ambiente. Se podría aprovechar la fecha para ir más allá de reflexiones «generalistas», que distribuyen equitativamente la responsabilidad entre todos los habitantes del planeta, para identificar a los mayores responsables de las políticas contaminadoras y a quienes se le oponen.

Por Emilia Jones. La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró al 5 de Junio como el Día Mundial del Medio Ambiente. Esta fecha se celebra así desde 1972, cuando se realizó en Estocolmo la primera conferencia internacional sobre medio ambiente,  lo que dio inicio a una larga trama de políticas internacionales que apuntan a atender la problemática.

Desde los medios de comunicación y desde el gobierno, se plantea como un día para tomar conciencia sobre la importancia del cuidado del ambiente. Pero el planteamiento superficial de la problemática ambiental en ámbitos masivos es una fuerte estrategia que tiende a ocultar las verdaderas causas de la crisis ambiental. Por eso también es notoria una ausencia de análisis profundos sobre las reales causas que ocasionan el deterioro ambiental. En la generalidad se esconden las verdaderas responsabilidades que impone la lógica productiva capitalista.

El planteamiento del tema intenta hacer responsable del deterioro del medio ambiente a todas las personas por igual, como se puede ver en la declaración del actual Ministro de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman, que finaliza afirmando que “al Ambiente lo cuidamos juntos”. En el mismo sentido, es muy común escuchar a técnicos de distintas instituciones plantear que todos somos culpables de la contaminación, por el solo hecho de existir.

Estos discursos nos ponen en pie de igualdad ante los principales responsables del daño ambiental. Como si dejar la canilla abierta cuando uno se lava los dientes fuera igual de perjudicial para el planeta que contaminar con  mas de 1 millón de litros de cianuro un río de Jáchal. O como si no cuidar el árbol de una vereda tuviera el mismo impacto que la expansión de un empresario del agronegocio a través del desmonte de cientos de hectáreas de bosques nativos en la Región Chaqueña. O como si la responsabilidad e una persona que tira un papel en la calle fuera equivalente a la del CEAMSE que crea depósitos de basura sin las condiciones reglamentarias para impedir la infiltración de aguas toxicas a las napas, con la complicidad de los gobiernos.

La necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera es urgente. Usar la bicicleta en vez del auto particular el día 5 de junio puede ayudar. Reflexionar sobre nuestros niveles de consumo e intentar reducir la basura puede ayudar. No se plantea lo contrario. Pero es necesario que las soluciones propuestas sean de la misma dimensión que las problemáticas a abordar. Será difícil lograr justicia ambiental si –como plantea Martiza Isla Vargas, especialista en Economía Ecológica y Economía Ambiental de la UNAM- nos vemos como sujetos atomizados. Debemos tomar conciencia de que la batalla que tenemos que dar, es contra un sistema económico, productivo internacional.

Desde altos estamentos de gobierno se muestra la preocupación de estos temas mediante la firma de acuerdos internacionales que son de difícil cumplimiento, mientras se sostiene la continuidad de una lógica extractivista y de consumo.

La crisis ambiental es una problemática que sin lugar a dudas se irá agravando. Entender sus verdaderas causas es un punto de inflexión en la elaboración de propuestas alternativas. Mirar a quienes protagonizan las batallas puede ser una muy buena forma para desarticular las verdades impuestas por los mismos que provocan el problema.

Mirar y, ¿porque no?, acompañar a las organizaciones que están en contra de la minería a cielo abierto, como el pueblo de Esquel que hoy hace mas de 10 años sigue diciéndole No a la Mina. A la red de Médicos de Pueblos Fumigados que ponen su conocimiento al servicio de quienes mas lo necesitan. A las (olvidadas por los medios) asambleas de Gualaguaychu que hicieron las masivas marchas en contra de las papeleras. A las organizaciones campesinas que defienden su territorio contra el avance del agronegocio. A los pueblos originarios que nos siguen recordando que somos parte de la tierra. Conocer a las maestras de escuelas rurales fumigadas. Y a los cientos de grupos autoconvocados que se disponen a poner un freno al despojo de un ambiente sano en numerosos pueblos y ciudades a lo largo y ancho del país.

La problemática derivada de la crisis ambiental no disminuirá en las próximas décadas. Al contrario, será un tema cada vez más en agenda tanto para los gobiernos, como para los empresarios y los movimientos sociales. Las respuestas que cada sector intente dar serán una muestra del proyecto político que cada uno impulsa. Y el avance o retroceso de cada esos proyectos políticos determinará las posibilidades de las próximas generaciones para acceder a un ambiente sano.

@emiliajones

Foto: prensanetnoticias.com.ar

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