Géneros

4 junio, 2016

#NiUnaMenos: más de 150 mil personas en la calle para decir basta a la violencia machista

Un nuevo Ni Una Menos llenó de mujeres y varones las calles porteñas, exigiendo ni mujer muerta más, aborto legal seguro y gratuito, y políticas públicas que garanticen los derechos de las mujeres. De Congreso a Plaza de Mayo miles de personas gritaron “vivas nos queremos”.

Un nuevo Ni Una Menos llenó de mujeres y varones las calles porteñas, exigiendo ni una mujer muerta más, aborto legal seguro y gratuito, y políticas públicas que garanticen los derechos de las mujeres. De Congreso a Plaza de Mayo miles de personas gritaron, como en otras 200 ciudades del país, “vivas nos queremos”.

Encabezada por los familiares de las víctimas, las madres, padres, hijas e hijos de las mujeres muertas por la violencia machista entraron a la Plaza de Mayo a las 19 horas. Seguidas por los movimientos feministas que se desplegaban por toda la Avenida de Mayo. “Nuestras víctimas, todas las víctimas, presentes, ahora y siempre”. No quedaron de lado las exigencias al Estado bajo el canto de “Justicia ausente, vivas nos queremos”.

Atrás llegó la columna de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que agitaba firme su gran bandera verde. A metros de la esquina de Bolívar frenaron. Decenas de mujeres se agacharon y después de unos segundos de incertidumbre comenzaron con los gritos de la lucha feminista. Mientras las gargantas se recalentaban, se encendieron cinco bengalas chispeantes. Avenida de Mayo se tiñó de humo verde y esas mujeres agachadas se levantaron corriendo para entrar en la Plaza. Atrás dejaron la piel erizada y el fuego encendido. La consigna era “Seguimos gritando porque nos siguen matando”.

Si la ciudad de Buenos Aires tuviera una voz las calles de Avenida de Mayo que van desde el Congreso a Casa Rosada podría reconstruir buena parte su historia política y social. Por esas calles se camina cada 24 de marzo desde hace 35 años para pedir aparición con vida y castigo a los culpables. Por esas calles se caminó a partir del 19 y 20 de diciembre del 2001 para golpear sobre cinco presidencias hasta verlas caer, por estas mismas calles se caminó hace unas semanas defendiendo la universidad pública y hace más de 30 años los trabajadores caminaron a esta plaza para enfrentar a la dictadura militar.

Esas mismas calles estuvieron este viernes regadas de nombres que son, en cada caso, una historia de violencia contra una mujer. “Marita Verón presente”, decía un cartel. “Mariela Tosat – Desaparecida desde el 2002”, decía otro. Carolina Ato, Berta Cáceres, Noé Ruiz, Belén, Milagro Sala, los nombres se multiplicaban por cientos y miles. Porque en este país hay un femicidio cada 30 horas, hay 317 hijos que perdieron a su madre en manos de la violencia machista y 35 varones murieron intentando defender mujeres.

Los carteles, escritos a mano, con stencils o impresos; acompañaban el reclamo “Ni tuyo, ni de la iglesia, ni del Estado: mi cuerpo es mío”, “Si nos tocan a una nos organizamos todas”, “No quiero salir a la calle con miedo”.

El frío de junio se combatió con el calor feminista, miles de mujeres y hombres salieron a la calle para pedir justicia por las 286 muertes del 2015, y por las 66 de los primeros cien días de este 2016, pero que las seguimos contando. Como las de Micaela, Guadalupe y Milagros. Por todas ellas se gritó masivamente, y por Lohana Berkins y Diana Sacayán, porque sin travas no hay “Ni una menos”.

“Decir Ni Una Menos fue y es tejer una trama de resistencia y solidaridad -decía el documento de convocatoria- contra los guiones patriarcales que prescriben rivalidad entre mujeres y rechazo a las personas trans”. En esa trama se encontraron los pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, los pañuelos blancos de las Madres de Plaza de Mayo, los estandartes violetas del feminismo, las banderas celestes y blancas reunidas con las rojas. Tal vez no haya mejor síntesis de lo que se vivió en las calles: un telar de posiciones y subjetividades políticas golpeando juntas.

Los sindicatos, los estudiantes, las organizaciones sociales, los partidos políticos y los organismos de derechos humanos salieron a la calle para gritar ni una sola mujer muerta por violencia de género, basta de abusos, violaciones, agresiones físicas, psicológicas y discriminación. Miles de personas salieron a la calle a discutir con el patriarcado.

Entre las banderas y las columnas se acomodaban familias autoconvocadas. Julieta tiene 19 años y llegó con su mamá: “Vine porque hay que defender la igualdad de género, y porque estoy a favor del aborto. Nosotras tenemos que poder elegir”, dijo convencida. Atrás de ella, sobre el asfalto, una pintada en aerosol reforzaba sus palabras “No tengo miedo de dejarte, no tengo miedo de que me dejes. Soy dueña de mis deseos y en mi cuerpo mando yo”, perpetúan Las Arpías en Avenida de Mayo.

A Santiago, de 27 años le parece “importante estar acá porque la igualdad se construye entre todos: mujeres y hombres. Soy de una generación que piensa diferente y quiere construir una sociedad con más derechos”.

Graciela y Héctor, de 66 y 65 años, fueron juntos. Ella manifestó: “Las mujeres somos las primeras que tenemos que erradicar el machismo, sobretodo desde la educación en la familia, con los hijos”. Él dijo que hay que estar presentes “para defender los derechos de todas las mujeres, y que existan leyes que las protejan”.

Y también estuvieron las palabras de las organizaciones que con sus intervenciones subvierten el campo popular con consignas que no solo son una batalla hacia afuera, sino muchas veces también hacia adentro: “Las villas gritamos desde abajo, el patriarcado al carajo”, decía La garganta poderosa. “El tiempo de la revolución es ahora”, demandaba la bandera de la Colectiva Lohana Berkins. Y Mala Junta llegó cantando con sus mariposas violetas: “Por el aborto legal, seguro y en el hospital; yo me planto y construyo feminismo popular”.

En los días previos se habían escuchado rumores que ponían en duda el poder de convocatoria de #NiUnaMenos. Pero este viernes, dos horas después de que los familiares llegaran a la Plaza, todavía llegaban columnas. Esos rumores se disiparon rápidamente, entre pañuelos verdes, banderas multicolores y un abrazo colectivo que demuestra que las mujeres se organizaron, que salen a la calle, que no se van a quedar calladas y que el movimiento feminista no da un paso atrás.

Rocío Varela – @rociovarelac y Juan Mattio – @juanmattio

Foto: Emergente

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