2 junio, 2016
Leonardo Oyola: «Los ocho episodios de Nafta Súper van a estar buenísimos»
Entrevistamos en exclusiva a Leonardo Oyola, autor de Kryptonita, esa Liga de la Justicia conurbanera que el año pasado llegó a la pantalla grande con suceso de público y que en septiembre se transformará en una serie de 8 episodios a ser emitidos por Space.

Nos encontramos con Leonardo Oyola en uno de sus bunkers, «La Vermutería», un bar cercano a su casa que fue testigo de más de una jornada de laburo para la realización de ese exitazo cinematográfico de fines del año pasado que fue Kryptonita. Un póster promocional de la película en la pared de atrás de Leo testimonia su condición de local, lo mismo que su conocimiento de la carta de bebidas, a pesar de que esta vez resignará la birra por un tecito por un problema bronquial que lo tiene a mal traer hace varios días y que, de algún modo, atribuye a la “emoción” de volver a encontrarse con los personajes de la novela en el set de la serie que está en proceso de grabación. “Esta es mi primera salida oficial después de quince días en el departamento”, dice.
Por supuesto, empezamos hablando de su novela Kryptonita, una exitosísima versión conurbanera de la Liga de la Justicia. En marzo Random House tiró una séptima edición. Oyola cuenta que el libro había tenido muy buena recepción apenas salió, pero que las ventas “se dispararon” con el estreno de la película a fines del año pasado, vista por más de 120 mil espectadores.
El autor reconoce que gracias el éxito de su universo superheroico ahora forma parte de “un grupo de escritores privilegiados, ya tengo contratos abiertos con la editorial por mis próximas dos novelas, no importa la temática”. Y agrega: «Además ingresó a escuelas. Antes era por la patriada de algún profesor al que le copaba el libro y lo daba fuera de programa. Pero ahora está en el programa de varias escuelas en distintos lugares del país», cuenta y suma: «Yo eso por ahí lo tenía con mis libros infantiles y juveniles y sabía de esa movida. Pero ir por Kryptonita no. Y estuvo buenísimo. Lo mismo con las convenciones de historieta”.
-¿Cómo son los chicos como lectores de Kryptonita?
-Está bueno. Primero que estamos en una época que es gloriosa para el ñoño. No es el personaje al que se le va a hacer bullying sino que hay una cierta soberbia en el reconocimiento de los guiños. Entonces los pibes se enganchan primero con todo eso, pero después van para otro lado. Pero de acuerdo a la zona en la que estás son distintos los temas con los que se enganchan y cómo los abordan. Es diferente una escuela nocturna de La Matanza que un chico de Capital. Y ni hablar un pibe del interior que no entiende bien cómo es el conurbano.
-Es que la novela abre un gran abanico de lecturas posibles y eso debe estar bueno para generar debates con los pibes. Especialmente con toda la cuestión de género que plantea Lady Di, el gran personaje de Lautaro Delgado.
-Sí, él tuvo una enorme entrega y compromiso con la comunidad LGTB. Karen Benet es como su madrina y lo coucheó un montón, pero él también tuvo un acercamiento a Susy Shock, leyó mucho a Naty Menstrual.
-¿Qué sentís al ver a tus personajes encarnados?
-El rodaje de la película fue muy fuerte. Y fue genial. Fueron las dos semanas más intensas de mi vida. Ahora con el rodaje de la serie ya no te puedo decir que me acostumbré, porque el impacto siempre está. Y además estamos muy contentos de volver a vernos con todo el equipo y todos los actores estaban felices porque se juntaba la banda de nuevo. Cada vez que salían de vestuario era el griterío: “Eh, volvió el Ráfaga, volvió Lady Di”.
-¿Los protagonistas son todos los mismos?
-El único que no pudo, por una cuestión de fechas, fue Nicolás Vázquez. Y entra a hacer el faisán Darío Lopilato. Obviamente es un desafío para él, que además sentía que empezaba jugando de visitante, y está dando una entrega muy grande. La misma energía que tenía Nico, pero con un Faisán diferente.
-¿Cómo fue laburar con Palomino?
-Es un capo. Con Juan teníamos la suerte de conocernos de antes. Y yo sabía de la buena relación que tenían con Nica (Nicanor Loreti) después de Diablo. Su papel en la película era chiquito -recién le pudimos escribir más diálogos ahora- pero el tipo se copó y estuvo ahí. Se podría haber puesto un doble en muchas escenas, porque está buena parte del tiempo en la cama, pero las medias, las patas esas, son de Juan. Más allá de que se armó un grupo muy bueno, él era uno de los que más alentaba. Él sabía que era una película para que se luzcan otros y le parecía perfecto.
-¿Cómo nace el proyecto de Nafta Súper, la serie spin-off de Kryptonita?
-Se nos acercó un par de gente ya después de la proyección de Mar del Plata. Pero los que vinieron con algo en concreto que nos gustó fueron los Turner, y dentro de Turner, Space, que nos dijeron “Los contratamos de una” al otro día del estreno de la película, el 4 de diciembre. Lo único que nos tiraron es que querían hacer unas precuelas, con un capítulo con cada uno de los personajes.
Nosotros queríamos seguir indagando un poco más en el mundo de Kryptonita y aceptamos, pero no queríamos hacer una precuela. Y lo que hicimos fue una historia que transcurriera después del Paroisien y cuente por qué vuelve al barrio Nafta Súper. Nos pareció que estaba bueno ir para adelante y a ellos les recopó eso.
Fue un laburo muy lindo. Desde la escritura es diferente a lo que es hacer una novela porque no sólo estás hipermonitoreado sino que no te sentís tan sólo. Yo ya trabajé pensando específicamente en los actores y pude trabajar con ellos en las giras de la película por los espacios Incaa del interior. Y después hubo cosas que surgieron en el laburo con la directora de arte, una capa, Catalina Oliva, o con vestuario. Por ahí aportaron ellos cosas en cuanto al look desde las que yo escribí para los personajes. Al Ráfaga le dí una característica timbera que no tenía porque tiene un llavero de dados. Y yo pienso al Ráfaga del Diego jugando al truco y me parece un flash.
Este es un gran momento de las series en general a nivel mundial. Entonces esa media te pone una vara muy exigente. Y está bueno laburarlo así. Pero no con el síndrome “nosotros acá podemos hacerlo”. La idea es hacerlo bien, con identidad.
-¿Podría haber otra temporada?
-Eso ya no depende de nosotros. Nosotros hicimos una historia que cerrara. Quedan un par de cosas abiertas y todo. Pero si Dios quiere… El jefe está muy entusiasmado y dijo que iba a haber una segunda en un reportaje que salió el lunes. Pero todavía no nos han dicho nada oficial.
Nos hicimos la promesa de no engolosinarnos. Más o menos como lo pensamos sería con un cierre en tres temporadas. Cerrarla arriba. Más allá de eso, que es como soñar, lo importante es que estos ocho episodios van a estar buenísimos.
En los capítulos todos los personajes van a tener mucha presencia. Pasa que tenemos un acuerdo de confidencialidad por el que mucho no te puedo contar. Pero vos pensá que por episodio es casi el mismo presupuesto que el de la película. Desde la producción nos pidieron tener actores con un cierto nombre y garantizar dos buenas escenas de acción por capítulo. Nosotros pensamos a la película como si fuera el piloto.
-¿Estás metido todos los días en el proceso, acompañando el rodaje?
-Sí, fue una de las condiciones que pusimos. La primera semana de agosto es la última de rodaje de la serie y en septiembre ya se emite. Es que es una locura. Yo me pongo a pensar y salió todo muy rápido. Todo el verano, sacando los momentos en que acompañé a la película con la gira, estuve encerrado escribiendo. Nos juntábamos acá y en otro bar de por acá cerca a laburar.
Para mí es muy imporante el laburo con los actores. Y ahora ya hay una camada de actores nuevos interpretando a nuevos villanos, a nuevos superhéroes y también quiero charlar con ellos. Entonces entiendo los deadlines para lo cinematográfico y lo televisivo, que no se compara ni ahí con lo literario.
Con Nicanor decidimos hacer la serie, pero no no es sólo por la guita, aunque la verdad es que es una plata que la literatura no te la da. Yo podría haber cobrado no haciendo nada, sólo por ser el creador del universo y los personajes. Aunque si después sale la serie y está buenísima me iba a dar una envidia tremenda. No pasa nada, eso lo podés manejar, es una cuestión de ego. Pero si no me gustaba la historia me iba a querer pegar un tiro en las bolas porque iba a decir: «Soy yo el que dije que no, soy yo el que podría haberla escrito». Y en algún punto son mis hijos, son mis nenes. Entonces quiero estar ahí.
En la segunda parte de esta entrevista hablaremos de libros, de películas y de política.
Pedro Perucca – @PedroP71
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