Batalla de Ideas

26 mayo, 2016

Una fecha patria con la Plaza de Mayo vacía y vallada

Por Mariel Martínez. Por temor a posibles protestas, y luego de que la ministra de seguridad de la Nación asegurara que seis personas encontradas en Belgrano con bombas molotov iban a atacar la Casa Rosada, la Plaza de Mayo se valló por completo este 25 de mayo de 2016, y un operativo de seguridad impidió realizar allí festejos.

Por Mariel Martínez. Por temor a posibles protestas, y luego de que la ministra de seguridad de la Nación asegurara que seis personas encontradas en Belgrano con bombas molotov iban a atacar la Casa Rosada, la Plaza de Mayo se valló por completo este 25 de mayo de 2016, y un operativo de seguridad impidió realizar allí festejos.

Pocos pedazos de tierra simbolizan tanto como la Plaza de Mayo. La historia del país puede graficarse en esa extensión de tierra rodeada por las avenidas Rivadavia e Yrigoyen y las calles Bolívar y Balcarce.

Allá lejos

La fecha más emblemática en que la recordamos antes del siglo XX es la del 25 mayo de 1810, en donde la Plaza fue la cobija de un pueblo que ansiaba a revolución. Que no era testigo, que había pensado y discutido la revolución y que la aseguraba armado; quizás en la omisión histórica de la legión infernal, encabezada por French y Beruti – quienes además de repartir cintas organizaban la fuerza de choque y de defensa- haya habido ya una disputa por el recuerdo de quiénes y cómo hicieron la patria.

Unos años antes, la entonces Plaza Mayor había sido rebautizada como De la Victoria, en recuerdo y homenaje a la gesta heroica en donde criollos y españoles habían vencido a los soldados de la Corona británica acorralándolos por las calles de la ciudad de Buenos Aires.

En 1812 fue escenario de otra revolución: la que depuso al primer Triunvirato, ciego de poder. Vecinos organizados en la Sociedad Patriótica, soldados bajo el mando de San Martín, surcaban la plaza que ya habían aprendido como suya y decisiva.

Más tarde, cuando en 1816 se declaró la independencia en Tucumán, en la Plaza de Mayo se encendieron más de dos mil luces y la fiesta popular duró varios días, sólo interrumpida de a ratos por la lluvia típica de este mes.

En 1890 la Plaza fue testigo del primer acto político de masas, a cargo de la Unión Cívica Radical, que hería de muerte al gobierno de Juárez Celman, concuñado de Julio Argentino Roca.

Veinte años después los festejos del centenario se realizaban, obviamente, en la Plaza. Argentina era el granero del mundo, perlita del progreso. Pero la fiesta patria se realizaba bajo un estado de sitio declarado por miedo a la furia que ante la riqueza estanciera y la pobreza obrera, lograba resumir el anarquismo.

Más para acá

Seguramente los dos sucesos que podemos recordar ya más cercanos en relación a la Plaza de Mayo sean los del 1945 y 1955 respectivamente; las patas en la fuente del pueblo obrero reclamando la presencia de Perón, y luego los bombardeos militares y oligarcas del 55 que dejaban como saldo más de 300 muertos en la Plaza y sus alrededores. Fotos en blanco y negro que subrayaron una verdad incontrastable: la Plaza es también terreno, escenario y trofeo de la disputa de clases.

Luego de pocos años pero de mucha historia, desde 1977 la Plaza de Mayo es la plaza de las Madres. Cuando se empezaron a juntar, fuertes y desesperadas, algún alguien les exigió que circulasen, y ahí se pusieron a dar vueltas alrededor de la pirámide central. A hacer espiral su búsqueda colectiva de justicia, a nuclearla en la Plaza de Mayo.

Los 80 la llenaron pidiendo el fin de la dictadura, luego coreando la nacionalidad y la guerra, luego festejando la ansiada democracia. Dos veces se pobló para saludar a Maradona que sonreía desde el balcón, campeón y subcampeón del mundo.

La larga noche liberal de los 90 nos llevó a una plaza enfurecida, harta. El gobierno de De La Rúa reprimía cobardemente el país dejando un saldo de 39 muertes, cinco de ellas ocurridas en la plaza y su entorno. Desde los sucesos del 19 y 20 de diciembre de 2001, la plaza se valló “protegiendo” la mitad en la que se ubicaba la casa de gobierno. Ese vallado temporal se transformó en permanente, y durante toda esta década permaneció –permanece- allí, casi como recordando el horror pero también el poder y la resistencia.

En la década de gobiernos kichneristas, que mantuvo aquel vallado, la plaza abundó en manifestaciones a favor y en contra del gobierno. Quizás el evento más popular y masivo que albergó fue el de los festejos del bicentenario de la revolución, en mayo del 2010.

La plaza vacía

Este 25 de mayo, como no podía ser de otra forma (o evidentemente sí) los festejos en conmemoración de la gesta de mayo fueron programados para sucederse en la histórica plaza.

La presencia de un acampe -al parecer, amenazador- y las posibilidad de protestas, hicieron que el presidente Macri trasladara los festejos al interior de la quinta de Olivos, a puertas cerradas y sólo para invitados.

Horas más tarde de esa decisión, en la madrugada de este 25, seis personas fueron detenidas en el barrio de Belgrano portando bombas molotov. A pesar de que las hipótesis policiales tuvieron que ver con “quemacoches” o con una protesta de taxistas anti-UBER, la ministra de Seguridad que nos tocó en suerte, Patricia Burlich, aseguró que estas personas se dirigían a hacer estallar dichas bombas en la Casa Rosada.
La Plaza entonces resultó vallada por completo, y un magnánimo operativo de seguridad que incluyó a las policías Federal y Metropolitana, a la Gendarmería Nacional y a la Prefectura Naval Argentina, impidió tanto festejo como protesta.

Casi nadie llegó a la Plaza. Algunos jóvenes “Pro” pasaron por un ratito, para que el coro “En voz alta”, que entonó el Himno Nacional y algunos huaynos, tuviese alguien que lo escuchara.

Un poco más de dos siglos después de aquel cabildo abierto, la plaza se encuentra vacía. Vacía pero no por nada. Vacía de miedo, de temor a lo que mucha gente junta puede llegar hacer.

Es lógico porque es verdad. Mucha gente junta puede hacer revoluciones, derribar gobiernos, inventar nuevas formas de concebirse.

Que vallen nomás la plaza. Un rato. Dejémoslos pensar que así vallan también la historia.

@Mariel_mzc

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