El miércoles se queda corto (edición especial): Cinco

En Notas – Periodismo Popular entendemos que, en los tiempos que corren, no siempre se dispone de dos horas para ver una buena obra cinematográfica. La realidad es que no hace falta tanto tiempo para ver qué historias tienen para contar realizadores de todo el mundo y por eso te acercamos, semana a semana, los mejores cortometrajes al alcance de un click. Hoy: Cinco.

Se sabe: el sexo es, acaso sonando redundantes, materia prima para la más absoluta de las variedades narrativas. Ya sea por un costado, de manera axial o simplemente enmarcando una historia, el acto casi inevitable para la creación de la vida se aborda de manera cada vez más flexible en la pantalla grande. Sin embargo, cinco de nuestros directores/as vernáculos/as encontraron sus personales formas de llevar a cabo relatos en esta película ómnibus que circuló por festivales hace un par de años.

Desde el intimismo indie de «Máquinas», la primera historia, hasta el erotismo de «Ojo de Pez» y «Los días negros», las dos historias más explícitas, este largometraje se divide en cinco cortometrajes dirigidos por cinco directores distintos cuyo rasgo distintivo es el eje alrededor del sexo en un día del verano porteño. Es así como nos cruzamos con historias costumbristas en una abarrotada casa del conurbano, una relación vertiginosa entre una mujer y una ex pareja travesti, dos chicos que hacen el amor verbalmente o un oficinista insomne confundiendo la realidad con sueños eróticos.

Con el apoyo de la Universidad del Cine y Rei Cine, esta película junta a los directores y las directoras Cinthia Varela, Marco Berger, Cecilia del Valle, Andrew Sala (que también es productor) y Francisco Forbes, quienes a su vez son los autores y las autoras de las historias. El largometraje se estrenó en la edición 2010 del BAFICI.

El enfoque alrededor de una temática tan totalizante como el sexo, si bien es variado en cada realizador, se puede jactar de ser desprejuiciado. Ninguna de las historias cae en estigmatizaciones ni lugares comunes en cuanto a cuestiones de género o estereotipos sociales. Las historias son despojadas y varían en su tono, pasando por la insinuación desde los diálogos o por el sexo explícito. Este dispositivo se completa, como en la más primitiva de las relaciones, de a dos: entre la película y el público.

Ivan Soler – @vansoler