17 mayo, 2016
La discusión sobre la legalización del cannabis medicinal llega al Congreso
Este lunes se llevó a cabo en el anexo del Congreso una audiencia pública para presentar un proyecto de ley de legalización del cannabis medicinal, a tratarse este martes en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.

Este lunes se llevó a cabo en el anexo del Congreso una audiencia pública para presentar un proyecto de ley de legalización del cannabis medicinal, a tratarse este martes en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. En una convocatoria del bloque del FIT -con la presencia de Nilda Garré del FPV y de legisladores del Frente Renovador de La Plata- la diputada y miembro de la Comisión de Salud Soledad Sosa, presentó el proyecto de ley que, entre otras cosas, propone que «el Estado asumirá el control y la regulación de las actividades de importación de semillas, exportación, plantación, cultivo, cosecha, produccion, adquisición a cualquier título, almacenamiento, comercialización, distribución, uso y consumo de cannabis para fines medicinales y/o de investigación científica».
El proyecto de ley surge producto del debate, lucha, experiencia e investigación de muchas organizaciones cannábicas, activistas y profesionales de la salud a escala internacional que quieren transformar la política de drogas en el sentido de partir de la salud pública y de una perspectiva de derechos humanos, en contraposición con la prohibición.
En este sentido, Marcelo Morante, profesor adjunto de la Cátedra de Medicina interna de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), señaló: «Nuestras primeras respuestas suelen venir de preconceptos. Hay evidencia científica y hay dolor. Hay que revisar el paradigma de formación y ver cuán comprometidos estamos con el dolor. La ciencia nos pide algo que con la legislación actual es imposible. El ausente no es la evidencia, es la ley».
Aún sufriendo allanamientos por sus cultivos y respuestas insuficientes y desalentadoras del sistema de salud, madres y cultivadores se organizan para atender el dolor de pacientes medicinales (niños y adultos con esclerosis múltiple, epilepsia refractaria) y garantizar el acceso a un producto de calidad por fuera de las redes del narcotráfico y de medicamentos tradicionales que, a entender de las familias, están lejos de garantizar calidad de vida.
Muchos referentes de diversas organizaciones impulsoras de la despenalización y legalización insistieron fuertemente en la necesidad de avanzar rápido y con fuerza, llamando a comprometerse más que nunca por algo por lo que marcharon el 7 de mayo: el dolor no espera. Desde Cannabis Medicinal Argentina (Cameda), dijeron: «El vacío en Argentina nos obliga a impulsar un bloque académico-científico-político-jurídico para promover el cannabis como alternativa medicinal al dolor. El centro del debate no es el cannabis, es el dolor». «¿Qué hacemos hasta que salga la ley? En Uruguay van tres años y si queremos pedir ayuda a los cultivadores los allanan», agregaban. Facundo Rivanadeira de Cogollos del Oeste, expresaba: «Necesitamos que los cultivadores se comprometan. No damos abasto con las llamadas».
Como fundamentos de la ley se esgrime la amplia aceptación y el avance de la investigación en el ámbito internacional. Se indica que «el uso medicinal de la Cannabis Sativa y Cannabis Indica hace 30 años que es reconocido en distintos países del mundo. Diversos medicamentos basados en el uso de esta sustancia son autorizados en Alemania, Canadá, Bélgica, Chile, Dinamarca, Finlandia, Francia, Uruguay, Holanda, Gran Bretaña, Italia y en 23 Estados de los EE. UU. (…) se usa en enfermos de epilepsias refractarias al tratamiento convencional, Esclerosis múltiple, Cáncer, HIV y en general en tratamientos contra el dolor, etc». «El Cannabidol (CBD), en particular, tiene efectos anticovulsionantes y ha sido usado con éxito para disminuir las convulsiones de 40 diarias a 2 mensuales en niños, facilitando así un desarrollo normal de los mismos», apunta también
De cara a profundizar y extender la lucha por este derecho a la salud , se anunciaron seminarios a realizarse en las ciudades de Santiago del Estero y Santa Fe, declarados de interés público por sendas municipalidades. Este año, ya se realizaron dos: en General Lamadrid (Provincia de Buenos Aires) y en la Universidad nacional de Comahue, donde también se expuso acerca de cáñamo industrial.
El proyecto de ley apunta a recoger el trabajo que vienen llevando a cabo muchas organizaciones, cuyo eje ordenador es el cambio de la prohibición por la salud pública y los derechos humanos. Será discutido en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y ahí se verá la posición de los legisladores, porque si bien hoy estaban representados tres bloques, no es seguro que haya consenso general ni unidad hacia su interior.
Entretanto, aún en época de cosecha, las compañeras de Mamá Cultiva siembran en la cabeza sus definiciones de militancia: «Somos madres que no dormimos, no tenemos niñeras y somos enfermeras. Muchos médicos pusieron su matrícula por delante, sus drogas legales. La prohibición a los usuarios es violación a los derechos humanos». Y concluyen: «No esperamos que un laboratorio quiera invertir o que el Estado tome las riendas, tomamos las riendas nosotras. Vamos a cultivar en gran cantidad por nuestros hijos y por los de todas las madres que sufren por una injusticia. Promovemos el cultivo colectivo y el autocultivo porque garantiza el acceso democrático al cannabis medicinal».
Santiago Villarruel – @aunolmoseco
Foto: Diego Bernárdez
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