América Latina

12 mayo, 2016

Quién es Michel Temer: el nuevo presidente tras el golpe en Brasil

El ahora presidente en funciones es el mandatario más viejo de la historia de Brasil. Fue constituyente, diputado nacional y vicepresidente. Pertenece al partido más grande del país que pocas veces gobernó, pero nadie gobernó sin él. ¿Quién es el presidente que emergió del golpe de Estado?

«La gran misión, a partir de este momento, es la pacificación del país, la reunificación del país, es, lo repito, lo que he estado predicando como responsable de una parte de la vida pública nacional. Debo decir también que esto implica -pase lo que pase en el futuro- un gobierno de salvación y unidad nacional”. Este fragmento de discurso, con las tradicionales apelaciones de las intentonas golpistas a la “unidad” y la “pacificación”, podría haber sido pronunciado en la noche del 11 de mayo tras la suspensión de Dilma Rousseff. Pero no. Estas palabras de Michel Temer se hicieron públicas el pasado 11 de abril, a través de un audio de Whatsapp que los grandes medios de comunicación brasileños filtraron alegremente.

El ahora presidente en funciones (al menos por 180 días hasta que se decida la suerte de Rousseff) es el mandatario más viejo de la historia de Brasil. Nació en Tieté, en el interior del Estado de San Pablo, en 1940. Comenzó su carrera política muy joven, de la mano del gobernador paulista Adhemar Pereira de Barros, famoso por su slogan de campaña: “Adhemar roba pero hace”.

En 1986, con el regreso de la democracia a Brasil, obtuvo su primer cargo electivo, como asambleísta constituyente. Fue diputado federal por San Pablo desde 1994 hasta 2010, cuando asumió la vicepresidencia del país en el marco de la alianza de su partido, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), con el gobernante Partido de los Trabajadores (PT).

El PMDB no gobierna, pero nadie gobierna sin el PMDB

La formación política que preside Temer es el gran poder en las sombras de la política brasileña. Su último presidente electo -aunque por sufragio indirecto-, fue José Sarney, que gobernó el país entre 1985 y 1990. Sin embargo, tanto Fernando Henrique Cardoso, del Partido Socialista Democrático Brasileño, como Lula da Silva y Dilma Rousseff, del PT, tuvieron como principales aliados y compañeros de fórmula a integrantes del PMDB.

El único mandatario que intentó romper con el partido, en el marco de una grave crisis política y económica, fue Fernando Collor de Mello, que acabó renunciando en 1992 luego de un proceso de impeachment.

De aquella salida de Collor de Mello surgió el segundo, y hasta ahora último gobernante del PMDB: Itamar Franco. Como vicepresidente, orquestó la ruptura con presidente y el posterior juicio político que lo llevó al cargo máximo del Palacio del Planalto. Michel Temer es su viva imagen.

Actualmente, el PMDB es el partido con mayor cantidad de afiliados en Brasil: las estadísticas más recientes, de 2012, indican que tiene casi dos millones y medio de miembros. Además, gobierna siete estados y 1030 ciudades; cuenta con 69 diputados y 18 senadores.

“No se trata de ser gobierno, sino de garantizar la gobernabilidad. A lo largo del tiempo, los distintos planes que fueron útiles para el país solo prosperaron y fueron aprobados debido a que el PMDB aseguró la gobernabilidad. Por lo tanto, producimos un efecto muy beneficioso para el país”. Así describía Temer, en el marco de la campaña de 2014 por la reelección de Dilma, la capacidad de presión de su partido.

Del Lava Jato al impeachment

Es un hecho altamente conocido que, a pesar de discursos políticos y mediáticos que apuntan en otra dirección, no hay ninguna sospecha de participación de la presidenta constitucional Dilma Rousseff en el gigantesco escándalo de sobornos conocido en Brasil como Operación Lava Jato relacionada con el cobro de sobornos por parte de funcionarios y empresarios para conseguir contratos millonarios con la petrolera estatal Petrobras. Distinta es la situación de Temer.

El nombre del presidente en funciones fue mencionado por varios de los delatores que le dieron información a la Procuración General: tanto los lobbistas Julio Camargo y Fernando Baiano, como el ex senador Delcídio de Amaral lo implicaron en distintos ilícitos.

Un pago de 5 millones de reales para Temer, de parte de la constructora OAS, se desprende de un mensaje enviado a Eduardo Cunha, el suspendido presidente de la Cámara de Diputados, por José Adelmario Pinheiro, uno de los condenados por el escándalo también conocido como Petrolao. Además, el nombre del presidente en funciones aparece relacionado con dos pagos de 40 mil dólares en libros contables encontrados en las oficinas del conglomerado Camargo Correa, por obras en las ciudades paulistas de Praia Grande y Araçatuba.

Fue a partir de estas denuncias que diputados del PT realizaron un pedido al presidente de la Cámara de Diputados -el mencionado Cunha-, para que dé inicio a un proceso de impeachment contra Temer. La solicitud ingresó casi al mismo tiempo que la que llevó a la suspensión de Dilma, pero Cunha decidió no darle curso.

El Supremo Tribunal Federal fue el que debió indicarle al suspendido jefe de la Cámara Baja que diera curso a la denuncia contra Temer, para garantizarle a Dilma un trato igualitario. Con Cunha fuera de carrera, Dilma suspendida, y el PMDB en ejercicio del poder en Brasil, esta posibilidad se presenta como una quimera.

Nicolás Zyssholtz – @likasisol

Foto: Marcelo Camargo

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