3 mayo, 2016
«Fue la movilización sindical más importante del siglo XXI»
El periodista especializado en temas gremiales, Jorge Duarte, dialogó con Radio Sur y analizó el acto de las centrales sindicales del pasado 29 de abril. Qué expresó el movimiento obrero de cara a la sociedad y el gobierno; cuáles son los pasos a seguir.

El periodista especializado en temas gremiales, Jorge Duarte, dialogó con Radio Sur y analizó el acto de las centrales sindicales del pasado 29 de abril. Qué expresó el movimiento obrero de cara a la sociedad y el gobierno; cuáles son los pasos a seguir.
– ¿Por qué Luis Barrionuevo que se bajó primero del acto del 29, después también desistió de almorzar con Mauricio Macri el 1 de mayo diciendo que estaba engripado?
– Creo que era demasiado fuerte la foto a poco más de 24 horas del acto multitudinario del viernes, pero el gesto ya estaba hecho. Lo más importante fue haberse bajado él y su central de la movilización para abrir un canal de negociación incluso antes de dar un primer golpe. Más allá de que si la comparamos con el resto, la CGT Celeste y Blanca es la más chica de las cinco centrales.
Barrionuevo es un personaje del sindicalismo y la política que termina siendo menor porque no tiene gran capacidad de movilización ni de daño, ni tampoco de articular un entramado sindical que trascienda su figura.
– ¿Y por qué sigue siendo entonces una figura que se mueve al lado de otros dirigentes con mayor representatividad?
– Tiene un pequeño sector alineado tras su figura pero no gremios trascendentes que puedan marcar el pulso de un paro o una movilización callejera. Salvo quizás el de estaciones de servicio porque detiene el abastecimiento de combustible.
El resto es bastante menor, incluso su propio gremio [gastronómicos] tiene poca capacidad de paralizar la actividad. Uno ve en todas las medidas de fuerza que por lo general no paran. Los hoteles y los restaurantes siempre siguen abiertos porque la verdad es que no sólo es un gremio muy disperso, sino que sufre desde hace muchos años precarización laboral, trabajo informal.
Es un dato que Barrionuevo no haya estado, pero no es significativo. Si hablásemos de otro de los dirigentes quizás hubiera sido una señal un poco más importante.
– ¿Cómo hace el presidente Macri para gobernar, en apenas cinco meses de gobierno, sin tener de su lado a ninguna de las cuatro centrales sindicales más importantes? Solo pudo mostrarse con la central minoritaria y encima ni siquiera fue el secretario general.
– No sólo eso, sino que aprovechó el acto del 1 de mayo para castigar y sobrar a quienes hicieron la movilización, sin duda, más importante del siglo XXI en materia sindical.
Me parece que si esa es la lectura del gobierno de lo que pasó el viernes va a tener problemas en breve no sólo con el arco sindical sino con la gobernabilidad en general. La verdad es que uno ve la movilización, la contundencia que tuvo la marcha y no entiende como el gobierno no salió a buscar un canal de diálogo. En cambio buscó la confrontación.
– Acabas de señalar que fue el acto más importante del sindicalismo en el siglo XXI pero no fue un paro.
– No fue un paro. Es que hay que hacer una lectura sobre la medida que es bastante compleja.
Por un lado es una demostración de fuerza, movilización y capacidad de daño prácticamente sin ningún otro parangón en el país. No creo que haya otro sector que pueda conglomerar tanta gente, hacer un espacio tan heterogéneo e incluso encolumnar a todo el arco político detrás. Porque detrás de los gremios marcharon casi todas las expresiones políticas opositoras. Desde el PJ hasta varios sectores de la izquierda.
Ahora bien, todo eso es cierto, el poder de daño estuvo y el golpe se sintió, pero también hubo gestos para encontrar un canal de diálogo a partir de la movilización. El primer gran gesto fue no hacer un paro. Hacer una movilización y ni siquiera hacerla en Plaza de Mayo o Congreso.
Esas son señales de amistad para el gobierno nacional. Escondieron el acto en Independencia y Paseo Colón. Un lugar que es muy extraño para hacer una movilización.
Ahora, desde la premisa vandorista del sindicalismo peronista los gremios golpearon, dieron sus señales y se abre una instancia de negociación. Todos desde sus discursos, fundamentalmente los de la CGT, dijeron que ahora quieren sentarse a hablar: que el gobierno los llame, los consulte.
Veremos si esto es tomado por el gobierno como una señal de diálogo o hace lo que hizo Macri el domingo que fue profundizar el camino del disenso y la confrontación.
– Después del acto del 29 y la respuesta de Macri el 1 de mayo ¿cómo continúa ahora el movimiento obrero organizado? ¿Cuáles son los pasos a seguir?
– Creo que ahora se abre un compás de espera a ver cuál es la respuesta efectiva en términos de políticas del gobierno nacional. Si no se abre ningún canal para poder empezar a zanjar las diferencias, sin dudas se va a hacia un camino de confrontación.
El acto del viernes sirvió como una especie de dique de contención para el malestar generalizado que hay no sólo en los gremios sino en la sociedad en general con la política económica del gobierno.
Las centrales sindicales decidieron el camino de confrontación más liviano. En caso de que el gobierno no tome nota y cambie un poco la política económica liberal, de despidos, achique del mercado interno, el sindicalismo va a quedar obligado a ir a una confrontación. Las propias bases expresaban consignas más fuertes que los dirigentes en sus discursos.
Entonces si el gobierno no toma nota y da respuestas efectivas, las propias centrales sindicales van a tener que profundizar con un plan de lucha porque las propias bases se lo van a marcar. Y si no lo hacen van a correr riesgo sus propias conducciones.
– Además de Barrionuevo hubo otros sindicatos, quizás que no están del todo encuadrados en ninguna central, que tampoco participaron. Fue el caso del Personal Civil de las Fuerzas Armadas o incluso el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA).
– Tenemos los casos de los sindicalistas más vinculados al PRO como Barrionuevo o Gerónimo “Momo” Venegas que tienen una razón más eminentemente política. Ahora lo del SMATA está más vinculado al proceso de reorganización de la CGT y el nucleamiento en el que está inmerso.
El SMATA quedó en un grupo cada vez más pequeño de gremios que es el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA). El MASA hizo su propio acto del 1 de mayo el jueves por la tarde donde expresó no sólo críticas al acto del viernes sino también a las conducciones de las centrales.
Por ejemplo el adjunto de SMATA claramente dijo: “No podemos ir a un acto contra el macrismo con los que le hicieron campaña hasta hace cuatro meses”, en alusión a Hugo Moyano.
Y lo que está planteando el SMATA es que no sólo no participó del viernes sino que no va a participar del proceso de unidad de la CGT por lo que está tratando de buscar algún camino alternativo que lo ponga en un lugar de confrontación con el gobierno nacional y muy vinculado al Bloque Justicialista de Oscar Romero y Diego Bossio.
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