Primarias en EEUU y los superdelegados: los partidos se defienden a sí mismos

Los “superdelegados”, como se conoce a aquellos delegados a las internas partidarias estadounidenses que no surgen de elecciones en cada Estado sino del “aparato” pueden jugar un rol decisivo este año, en particular en el Partido Demócrata.

Personas de peso en el partido -diputados, senadores, gobernadores, ex presidentes- tienen voz y voto en la convención que se realizará en julio y su papel será definitorio en la nominación presidencial. Bernie Sanders, quien despierta gran interés en la juventud y otros sectores de la sociedad estadounidense con sus propuestas anti-establishment, viene pisándole los talones a Hillary Clinton -actual secretaria de Estado del gobierno de Obama-. Pero el voto de estos delegados autoproclamados por el partido, que abrumadoramente se vuelcan por Hillary, podrían ser el factor decisivo para terminar de torcer el resultado a favor de ella.

A la fecha, Sanders tiene 1151 delegados y Clinton 1428. Aún hay 1646 en juego y con alcanzar los 2383 la nominación está garantizada (la mitad más uno). Pero la diferencia se agranda al observar que la mayoría de los 712 “superdelegados” -que están habilitados a expresar públicamente su posición y hacer campaña por cualquiera de los candidatos- ya se ha expresado de forma contundente: 502 acompañan a Hillary y sólo 38 hacen lo propio con el ex senador por Vermont, de acuerdo al New York Times.

El número apenas supera la suma de delegados que distribuyeron las primarias en los principales Estados que ya fueron a las urnas: Florida repartió 214; Nueva York, 245; Texas, 222. Y supera también al total de delegados que otorga California, el Estado más importante (546). Es decir, la cantidad de superdelegados tiene un peso relativo en la elección interna demócrata que puede torcer una decisión en favor de los intereses de la estructura del partido: representa el 15% del total de la convención.

“Los superdelegados del Partido Demócrata existen para preservar el poder y la influencia de la élite del Partido Demócrata”, afirma la columnista de CNN y activista demócrata, Sally Kohn. Efectivamente, su vuelco mayoritario hacia la candidatura de Hillary así lo demuestra.

¿Y los republicanos?

Curiosamente, a pesar de ser un partido más conservador, el peso de los superdelegados en la Convención Republicana es menor. Sólo son considerados tales los miembros del Comité Nacional (órgano de dirección del partido): son 168 de 2472, es decir, el 6,79%. Además, el triunfo de Donald Trump en la interna republicana parece a esta altura irreversible.

Recta final

Aunque habrá internas hasta junio, ya se puede afirmar que la primera parte de la carrera a la presidencia de EEUU está llegando a su fin. Cada paso en el camino es una pequeña batalla.

Si bien los escenarios están más o menos configurados, la única incógnita está centrada en el partido demócrata. Aunque pareciera poco posible por el rol que jueguen los “superdelegados”, y la cantidad de delegados que ya posee Clinton, ¿tiene chances Bernie Sanders de hacerse con la nominación?

Lo improbable no es lo imposible. Si hace muy buenas elecciones en algunos Estados clave como Pensilvania (189 delegados, el 26 de abril) o, principalmente, California (475 delegados, el 7 de junio) podría achicar la distancia e impedir que Hillary se alce con la nominación antes del congreso partidario. Ello llevaría al partido a definir su candidatura en una convención abierta (“brokerd convention”) en la que los delegados son libres de votar a quien sea.

Es decir, se habilitaría un proceso crudo de lo que en Argentina se conoce como “rosca”: promesas, acuerdos, compromisos y negociaciones de todo tipo y color, “ao vivo”. La fiesta de la democracia, en su versión estadounidense.

Julia de Titto – @julitadt

Foto: Scott Olson