Cultura

22 abril, 2016

Juan Pablo Gomez: «Lopérfido es un licenciado en maniobras, no un gestor cultural»

Entrevistamos en exclusiva al dramaturgo Juan Pablo Gómez, referente del colectivo de artistas que impulsa las manifestaciones de repudio contra el ministro de Cultura porteño Darío Lopérfido luego de sus dichos negacionistas sobre el número de desaparecidos. «Lopérfido está completamente desatado. Le han sacado el bozal».

Desde Notas, dialogamos en exclusiva con Juan Pablo Gómez, dramaturgo y director teatral que integra e impulsa el colectivo de artistas que comenzaron a reclamar la renuncia del ministro porteño de Cultura Darío Lopérfido luego de sus provocadoras declaraciones cuestionando el número de 30 mil desaparecidos.

– Sabemos que vienen impulsando diversas iniciativas planteando la renuncia de Lopérfido. ¿Podés contarnos cómo vienen organizándose con este objetivo?

– En primer lugar, aclaro que más que un grupo es un sector de la cultura, que es el que firmó aquella primera carta de denuncia, que se redactó entre varias personas. No es un grupo organizado. Y algunos estamos de voceros porque articulamos mejor y tratamos de difundir el tema.

Lo que se hizo en cuanto a difusión fue básicamente pasar el audio de Lopérfido hablando de la cifra de desaparecidos. Más que dar una opinión nuestra, nos parecía que con difundir ese audio era suficiente.

– ¿Y cómo fue la respuesta de los teatreros?

– En los teatros hay algunos que pasan el audio, otros que reparten unos volantes que se subieron a una página para que se impriman, otros hablan después del audio, otros pasan sólo el audio… Es un formato bastante flexible que surgió más de la necesidad de decir algo que de una campaña hecha y derecha.

– Hace algunas semanas le presentaron al Gobierno de la ciudad las firmas por la renuncia de Lopérfido recolectada en distintas iniciativas…

– Nosotros decidimos agotar la instancia institucional. Hicimos una carta con un montón de nombres reconocidos de la cultura así como de gente de a pie, muchos artistas de todas las disciplinas. Unas dos mil firmas. Simultáneamente, se lanzaron dos campañas en Change.org que juntaron 20 mil firmas.

En la reunión en que le entregamos las firmas, junto a organismos de derechos humanos, Horacio Rodríguez Larreta dió unas explicaciones muy débiles, no a la altura del malestar existente, de lo importante que es el tema y de los argumentos que se les planteaban.

Por ejemplo, en esa reunión estuvo Alfredo Arias, que es un director argentino que vive en Francia hace muchos años, muy reconocido, que vino con la comitiva del presidente François Holande. Él se enteró de este tema, contactó a la gente que la estaba organizando, habló con Estela de Carlotto y quiso venir a la reunión para plantear su punto de vista. Y le dijo a Larreta directamente que no era coherente la respuesta que estaba dando, teniendo en cuenta todo lo que había dicho adelante del presidente francés en el Parque de la Memoria.

– Pero en ese momento Larreta consideró que las explicaciones que había dado Lopérfido eran suficientes…

– Nosotros le planteamos que él tenía que hacer un acto político porque si no toda su supuesto no apoyo a los dichos de Lopérfido era una impostura. Larreta planteó que era suficiente para mantener a Lopérfido que le hubiera mandado una carta personal con disculpas a algunas madres y abuelas. Pero fue una excusa, no una disculpa, porque allí él no se retracta de lo que dice. Esa carta más que parte de la solución es parte del problema por la liviandad y la banalización con la que toma el tema.

– ¿Qué opinión te parece que hay en el sector cultural de Lopérfido?

– Lo suyo es toda una línea de conducta. Nosotros lo pusimos en la primera carta que se le mandó a Larreta, que no es una persona de la cultura sino un operador político, que ha trabajado con un montón de gobiernos, siempre operando, siempre con agendas ocultas. Aparte, es un tipo que es desagradable porque es uno de los redactores del decreto de Estado de sitio de 2001, con el resultado de muertes que ya conocemos.

 – Aún luego del escándalo de sus dichos negacionistas, aparentemente Lopérfido consideraba que el Bafici no le iba a ser hostil.

– Es verdad que se sentía más protegido en el Bafici. Pero eso forma parte de la ignorancia de él y del Ejecutivo de Larreta de no conocer más en profundidad a la comunidad con la que se supone que tienen que trabajar. Porque si vos agarrás la lista de firmas que presentamos y la cantidad de cineastas, guionistas y actores que hay ahí y que formaban parte del Bafici es enorme. No sólo es un exceso de confianza sino que ellos no conocen cómo está conformada la comunidad cultural y qué es lo que piensa.

En la comunidad cinematográfica había habido ya toda una discusión en la que Mariano Llinás que le responde con mucha propiedad a Quintín -que es un bravucón de la cultura- y a todos los que adhieren a ese pensamiento binario que Lopérfido también manifiesta y con el que provoca. Para ellos todo se reduce a K o antiK. Así es que Quintín insulta y acusa -como si fuera una acusación- de militantes K a los directores de La larga noche de Francisco Sanctis por la declaración contra Lopérfido en una función en la que Quintín estaba presente. Acusa de militantes K a dos pibes que tienen una militancia de izquierda conocidísima dentro de la comunidad cinematográfica. No saben nada de cómo está conformada la comunidad cultural profunda. Y eso ya de por sí es preocupante.

– Pero el cuestionamiento a Lopérfido va más allá de sus dichos recientes.

– Ahora ellos quieren cerrar el debate en el número de desaparecidos, como si nosotros estuviéramos discutiendo una cuestión numérica. Pero lo que se discute acá es una forma de operar y de insertarse en la política. Básicamente no hay política cultural y lo que se hacen son maniobras.

Lopérfido es un licenciado en maniobras, no un gestor cultural. Todo el tiempo está haciendo rosca, contactos, a ver quién conoce de qué programa para lustrar su propio prestigio, pero no hay una política cultural profunda. Nosotros todo el tiempo queremos volver a poner en su sitio a Lopérfido y a la discusión. Acá los violentos son ellos. Lopérfido es una persona violenta, provocadora y negacionista. No la comunidad cultural que simplemente reacciona porque quedarse callada frente sus dichos sería convalidar con el silencio.

Lo que los funcionarios tienen que reconocer, incluso los macristas que no quieren quedar manchados, es que Lopérfido está completamente desatado. Le han sacado el bozal. El mismo, su propia intolerancia, o los grupos que lo sostienen. Y va a empezar a salpicar a todo el mundo, incluso a los que supuestamente lo apoyan. Porque Javier Porta Fouz puede tener la opinión que quiera, pero no creo que le haya causado gracia tener que comerse callado sus exabruptos en la apertura del Bafici.

– Es improbable que aparezca nuevamente en los días que quedan de festival, pero ¿cuál te parece que ha sido el impacto de estas manifestaciones de repudio?

– Yo creo que ellos no quieren dar el brazo a torcer. Desde el sector cultural que fomentamos este repudio lo hacemos por tres razones. Por un lado porque son inaceptables sus declaraciones y no es el perfil de funcionario que nosotros queremos. Y eso no tiene que ver con una cuestión estrictamente política sino que también apuntamos a desarticular ese falso slogan sobre la libertad de expresión.

Por otro lado buscamos organizar a la comunidad cultural como comunidad partidaria, como sector de la cultura que tiene opiniones. Yo me muevo más en el ambiente teatral y la gente que hay en teatro, el nivel de los actores, de los directores, de los artistas que hay, el nivel intelectual y cultural altísimo y muy reconocido en el mundo. Nosotros lo que decimos es que tiene que haber un ministro de Cultura que esté a la altura de esta gente. Lopérfido no puede querer debatir alegremente con Rafael Spregelburd, que es uno de los directores vivos más importantes que tenemos en la Argentina, y tratar de convertirlo en una especie de pelea, en una mojada de oreja en la vereda. Básicamente no le da el pinet para discutir con Spregelburd. Lo que tiene que hacer no es una pelea de chicos sino reconocer a las personas que hacen un aporte fundamental a la cultura, como Spregelburd y tantos otros de los que firmaron las cartas pidiendo su renuncia.

Finalmente, queremos marcarle a Larreta que el sector cultural está movilizado y que no va a aceptar cualquier ministro. Lopérfido tiene que renunciar. Cuando sea. Ahora, en un año o en cuatro años. Y nosotros vamos a seguir exigiendo su renuncia de mil maneras distintas. Y sobre todo fomentando que la gente se informe, como pasó en el Bafici. Nosotros vamos a hacerlo el tiempo que sea necesario porque lo consideramos un servicio a la comunidad.

– ¿Creés que el repudio a Lopérfido continuará creciendo, extendiéndose a otros sectores?

– Ahora se abre un compás interesante con la Feria del Libro, porque también hay muchos escritores que firmaron la carta. Y estaría buenísimo que la comunidad literaria también manifieste su repudio. Como lo venimos haciendo nosotros, con respecto, con elegancia y con lo que es específico del sector cultural, con argumentos. A nosotros también la respuesta de la comunidad cultural nos sorprende día a día, así que también esperamos que haya novedades en la Feria del Libro.

Pedro Perucca – @PedroP71

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