Mundo Gremial

14 abril, 2016

Jornaleros de una imprenta de Clarín eligieron delegados

Como en el siglo XIX, en una de las imprentas del diario Clarín, en plena Ciudad de Buenos Aires, hay personas que trabajan como jornaleros. Esperando cada día que los llamen a trabajar. El pasado 31 de marzo eligieron por primera vez delegados. Notas dialogó con Francisco Rabini, delegado de la comisión interna del diario.

Como en el siglo XIX, en una de las imprentas del diario Clarín, en plena Ciudad de Buenos Aires, hay personas que trabajan como jornaleros. Esperando cada día que los llamen a trabajar. El pasado 31 de marzo eligieron por primera vez delegados. Notas dialogó con Francisco Rabini, delegado de la comisión interna del diario.

La imprenta se llama Zepita y está ubicada al sur de la ciudad. Es el famoso establecimiento donde Clarín construyó un muro para cerrar una calle que conecta con la villa 21-24 de Barracas.

«En Zepita se mantiene un sistema muy antiguo, propio del siglo XIX. En Zepita hay jornaleros. Jornaleros en la era de smartphones y drones. Jornaleros en la empresa más grande de medios del país. Jornaleros en un grupo económico que cotiza en la bolsa de Londres», señaló el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) en su página web.

Desde el gremio informaron que el proceso fue y sigue siendo arduo. Clarín se ha caracterizado siempre por una fuerte política antisindical y esta no fue la excepción. Sin ir más lejos a Alejandro Ontivero, delegado electo de Zepita, lo dejaron de llamar a trabajar.

«Al igual que sus compañeros hace 11 años que espera ser efectivizado. Firmando contratos por día que nunca le dejan leer ni mucho menos conservar. 11 años sin tomarse vacaciones, porque si no trabaja, no cobra», cuentan desde el sindicato y añaden: «Alejandro tiene 9 hijos. ¿Qué hizo la empresa? Desde que se enteró que iba a ser candidato a delegado lo dejó de llamar a trabajar». Por eso exigen «la inmediata reincorporación de Alejandro y el respeto a sus fueros gremiales».

Para profundizar y conocer mejor esta historia, Notas entrevistó a Francisco Rabini, delegado de la Comisión Interna de Clarín por el Sipreba.

– ¿Qué es lo que se produce en Zepita?

– Zepita es una planta de impresión, se llama así por la calle donde está. AGEA es la empresa que además es la dueña del diario Clarín, Olé, La Razón, Muy, la Revista Genios y tiene dos establecimientos. Uno en la calle Tacuarí, donde están todas las redacciones, y lo otro es la planta Zepita que es donde se imprimen todos los diarios.

– ¿Es donde cerraron una calle?

– Exactamente. Es donde cerraron una calle que daba a la villa 21-24.

– ¿Cuánta gente trabaja en Zepita?

– Históricamente trabajaban unos 500 de los cuales 300 eran gráficos y 200 prensa. Hoy en día deben ser con suerte 300 en total.

– En la nota que difundieron desde el Sipreba cuentan que ahí hay trabajadores que son jornaleros. Históricamente el jornalero esperaba en la puerta esperando a ver si lo contrataban por el día o no ¿cómo funciona esto en el siglo XXI?

– Es lo mismo pero vía celular. Ellos se despiertan a la mañana, ponen el celular y esperan a que los llamen. Ahí tienen que estar atentos y atender, porque si no lo hacen llaman a otro. A veces los llaman a las 6 y les dicen 6:30 tenés que estar acá.

– Este tipo de empleo además limita la posibilidad de proyectar algo estable y constante. Los trabajadores dependen de los tiempos de la empresa.

– Todos tienen la esperanza de ser efectivos un día. Los efectivos ganan bien. Soportan toda esta situación por esa esperanza. Pero algunos llevan 12 años. Alejandro, el que fue electo delegado, lleva 11. Pensá que en todos esos años no tuvieron vacaciones. Porque si se toman vacaciones no cobran. Sino laburás no cobrás. Este tipo de trabajo no pasaría ninguna inspección por parte del Estado.

– ¿Cómo fue el proceso de elaboración y puesta a punto para llegar a la elección de delegados?

– Esto viene de largo. Viene de una derrota. Como en Zepita no tenían delegados nosotros le hacíamos de comisión interna tratando de ayudarlos en lo que podíamos. En 2014 hicimos elecciones acá en Tacuarí, en la redacción y dijimos “hagamos también en Zepita”.

La empresa, al enterarse que estábamos en eso, armó una elección de un día para el otro junto con el sindicato de entonces, la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). Nosotros fuimos con un petitorio contra ese proceso, protestamos y Recursos Humanos prometió que se iba a realizar una elección más limpia donde pudieran participar todos. Una semana después la UTPBA convalidó la elección y la empresa recibió a los nuevos delegados que eran los capataces.

Después, en 2015, en el sector más armado que nosotros teníamos, lo que hizo la empresa fue tercerizarlos. De un día para el otro los pasaron a otra razón social, les dijeron que tenían que firmar el nuevo contrato o eran despedidos. Ellos se quedaron sin delegados, sin posibilidad de defensa.

En vez de laburar cinco días a la semana pasaron a laburar seis, cobrar menos, tener menos días de vacaciones. Esto fue en el sector más combativo y más armado.

Finalmente logramos hacer esta elección, pero se mezclan mucho las derrotas. Es un lugar muy duro para avanzar.

– ¿En algún momento pensaron en llevar la denuncia por estas prácticas antisindicales y que atentan contra los derechos laborales a alguna instancia internacional?

– Estamos presentando un amparo en estos días y vamos a presentar un escrito en la Organización Internacional del Trabajo. Esto al ser un diario tiene que cuidar un poco la imagen supongo, así que vamos a tratar de entrarle por ahí.

Pedimos que permitan la representatividad y la democracia sindical. Como no lo estamos logrando lo tenemos que llevar a otro plano.

Foto: Sipreba

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