Nacionales

14 abril, 2016

El regreso

13 de abril. No es un día cualquiera. La lluvia no destiñe los colores de las banderas ni borronea el horizonte. Es el regreso de una líder que maneja los tiempos con un pulso sorpresivo, imprevisible, fundante. Crónica de un día en que salió el sol.

13 A. No es un día cualquiera. La lluvia no destiñe los colores de las banderas ni borronea el horizonte. Es el regreso de una líder que maneja los tiempos con un pulso sorpresivo, imprevisible, fundante.

-¡Con lluvia mejor!, ¡es más épico! –acota un militante.

-En el aeropuerto llegué hasta donde estaba el auto, me tiré encima, logré tocarla, pero me hice moco, me quedaron moretones, pero no quiero que se me vaya el dolor porque me recuerda que estuve ahí- le cuenta una mujer a un joven.

La entrada por Antártida Argentina para desembocar frente al juzgado donde el juez Bonadío espera a la ex presidenta es, sí, proféticamente épica: columnas de abanderados, encapuchados, con hilos de agua en los rostros y la mirada atenta para esquivar charcos, sortear vías y engancharse en el furgón de cola de un cántico que viene de otra columna:

-…esta lluvia de mierda no quiere parar, es Bonadío, que no para de lloraaar-.

Los embudos de gente son una constante. Pero no hay obstáculos a la hora de cerrar un largo compás de espera de cuatro meses que empezó el 9D. Si la marcha es laboriosa y la visión, forzada, el cortejo de bombos y repiques aceita la maquinaria humana hacia el escenario que se empieza a palpitar por el sonido de la voz de la locutora Cynthia García, enardecida. No es el preámbulo de la Constitución, pero preanuncia esa conversación que busca actualizarse entre una líder histórica y sus multitudes:

Bonadío, la c… de tu maaadre, Cristina es del pueeeblo y no la toca naaadie…

-… si la tocan a Cristina, qué quilombo se va armar.

La gestión anterior puso en ridículo a la corporación judicial. Expuso sus mezquindades, sus situaciones de privilegio y volcó todo en la mesa del debate popular. Terminado el mandato y luego de varios intentos fallidos de acorralar judicialmente a la ex mandataria con mamarrachos jurídicos y embestidas grotescas, algunos alfiles de esa corporación continúan en carrera hacia la destrucción de aquello que los supo confrontar.

Si un pueblo, a través de su representante mayor que es el titular del poder ejecutivo, se atrevió a cuestionar a Su Majestad, nada más disciplinador que una venganza desmedida para horadar dicha conducta: judicializar medidas económicas de un gobierno en la grave figura delictual de una asociación ilícita. Pero el tiro puede salir por la culata. Y en las calles de los tribunales, como hecho inusitado, el escarmiento que suene, sea el de los platillos, cánticos y sed de justicia desbordados de una pasión de decenas de miles de personas que saben dilucidar con precisión la huella de los verdaderos delitos:

Hay que saltar hay que saltar, el que no salta tiene cuenta en Panamá- sentencia la turba.

El diálogo

Apretujados, mojados, a orillas del escenario, y con una lluvia que no cede. Pero sale Cristina, poco más de las 11 y es un soplo de sol, que al finalizar se va a materializar en un corrimiento de nubes real.

Gritos, euforia, más canto:

¡Cristina, Cristina, Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación!

El diálogo se borda con propuestas de “la jefa” (“volvió la jefa la p… que lo parió”) para con los tiempos que corren y reacciones individuales y grupales:

-…formar un frente ciudadano.

-¡Viniste a vengarnos!- grita una mujer a pocos metros del escenario.

hay un gorila suelto en la rosada / que piensa que este pueblo no va a hacer nada /

nosotros militamos / con el alma y el corazón / che gorila esa casa es de Perón.- aúlla el gentío.

Y así transcurre una mañana de actualización, confirmación de rumbos e intercambio de tristezas por la actual administración:

-En la ciudad de Buenos Aires hubo dos muertos por Dengue- subraya Cristina.

-Murió una docente en Mar del Plata (a propósito del infarto que le sobrevino luego de que se enterara del obsceno descuento que le hicieron a su sueldo como disciplinamiento por un día de paro)- completa otra mujer desde el público.

-Hay una matriz comunicacional, política y judicial que se extendió en toda la región y que encuentra en la corrupción una forma de perseguir las conquistas populares- conceptualiza la oradora, haciendo alusión a la desquiciada troika (poder judicial + poder mediático + alianza cambiemos) que tan coordinadamente viene operando.

Las ventanas del edificio que imparte justicia muestran gente curiosa y otro tanto que asoma para acompañar con el despliegue de alguna bandera, aplausos, movimiento de brazos. Y dos drones, con su ojo de gran hermano, sonorizan en titubeo robótico su sobrevuelo, mientras la masa devuelve a esas cámaras volátiles un gesto en V.

Si el 9D fue una postal romántica de gratitud y fervor popular, el 13A es el frotamiento de lámpara de la militancia por el que los deseos empiezan a materializarse en la conformación de un nuevo frente, como iniciativa de una líder que regresa, en un marco de adversidad judicial, pero sostenida por una bacanal intergeneracional que se siente unida en cuerpo y corazón a quien fuera la ejecutora de medidas tan visiblemente opuestas a las del actual presidente.

Ese amparo, ese ala viva, reedita pactos entre pueblo y líder como pocas veces se vivió en la historia de nuestro país.

Y no es realismo mágico. Pero el regreso finalizó con la salida del sol.

Germán Cavallero

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