11 abril, 2016
Panorama Africano
El Panorama Africano de Notas – Periodismo Popular es un intento por llenar el vacío informativo que dejan los grandes medios de comunicación y una apuesta a fortalecer la circulación de información Sur-Sur. Hoy información de Yibuti, Guinea-Bissau, Sudán del Sur y Ruanda.

El Panorama Africano de Notas – Periodismo Popular es un intento por llenar el vacío informativo que dejan los grandes medios de comunicación y una apuesta a fortalecer la circulación de información Sur-Sur. Hoy información de Yibuti, Guinea-Bissau, Sudán del Sur y Ruanda.
Reelección presidencial en Yibuti: el pequeño estratégico del cuerno de África
Ismael Omar Guelleh, de 68 años, fue electo por un cuarto período consecutivo como presidente de Yibuti. Al frente de este pequeño país de 875 mil habitantes desde 1999, Guelleh se impuso en los comicios del viernes pasado con el 87% de los votos. En segundo lugar se ubicó Omar Elmi Jaireh, de la coalición Unión por la Salud Nacional (USN) que obtuvo un 7% de los sufragios.
La reelección por amplio margen de Guelleh es de especial interés para distintas potencias que tienen o planean construir bases militares en este pequeño Estado africano. Actualmente residen allí militares estadounidenses, franceses, británicos y japoneses. Asimismo, China anunció que durante este año también construirá una base militar.
De esta forma la potencia asiática busca asegurar las importantes inversiones que viene realizando en infraestructura sobre todo en lo que refiere a transporte aéreo y marítimo. Guelleh se ha mostrado en el último tiempo partidario de una buena relación con Pekín.
El papel estratégico de Yibuti tiene que ver centralmente con su ubicación geográfica en el estrecho de Bab el Mandeb: entrada al Canal de Suez desde el Océano Índico a través del Mar Rojo, es la puerta de una de las rutas de navegación con mayor actividad en el mundo. Además es un puerto vital para su vecina Etiopía, que no tiene salida al mar.
Finalmente su cercanía a lugares históricamente conflictivos del planeta como Somalía, Sudán del Sur o la península arábiga y Medio Oriente en su conjunto lo vuelven tentador para potencias que despliegan sus tropas en defensa de intereses económicos en la región.
Guinea-Bissau no logra salir de su crisis política
La semana pasada el Tribunal Superior de Justicia de Guinea-Bissau ordenó restituir en sus bancas a 15 diputados del oficialista Partido Africano de la Independencia de Guinea y Cabo Verde (Paigc).
Los parlamentarios habían sido expulsados de su partido y despojados de sus cargos por decisión mayoritaria de la Asamblea Nacional luego de abstenerse en la votación sobre el programa de gobierno del primer ministro Carlos Correia en diciembre de 2015.
De esta forma, con los diputados restituidos en sus cargos la Asamblea se debe reunir el próximo 3 de mayo y votar nuevamente el programa de Correia. En caso de no ser aprobado el presidente José Mário Vaz tendrá que formar una nueva administración o convocar a elecciones legislativas anticipadas.
La crisis en este país de África occidental se desató cuando Vaz cesó, el 12 de agosto de 2015, al primer ministro Domingos Simões Pereira, al argumentar «incompatibilidades personales» y «falta de confianza». Esta decisión se dio pesar de pertenecer ambos dirigentes al Paigc.
Más tarde el presidente nombró a Baciro Djá en el cargo, pero el Tribunal Supremo consideró inconstitucional el decreto presidencial y obligó al jefe de Estado a convocar al Paigc (partido mayoritario en la Asamblea Nacional) a que designara a un nuevo jefe de gobierno. Allí fue electo Correia, de 81 años y que ocupó anteriormente ese cargo en tres períodos distintos.
La mitad de la población de Sudán del Sur padece hambruna
Así lo informaron la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Ambos organismos señalaron en un comunicado que «la crisis alimentaria en Sudán del Sur afecta a unos 5,8 millones personas como resultado del conflicto civil y la sequía, con serias mermas para la producción agrícola».
La representante del PMA, Joyce Luna, subrayó: «Sudán del Sur se enfrenta a una combinación letal de conflicto, dificultades económicas y escasez de lluvias» y todo ello «obligará a padecer hambre a más personas y aumentará la malnutrición».
Por su parte el representante de la FAO en el país, Serge Tissot, alertó sobre el hecho de que «tras dos años de guerra civil, los sembrados de Sudán del Sur quedaron por debajo del 4,5% de la tierra disponible que se cultivaba en 2011 cuando el país obtuvo la independencia».
Un dato considerable en este sentido es que el 90% de la superficie del Estado más joven del mundo es cultivable, sin embargo producto del conflicto bélico interno no se ha avanzado en este sentido. El programa de alimentos en Sudán del Sur requiere para 2016 -según estadísticas de la ONU- 375 millones de euros en ayuda humanitaria, pero al día de hoy solo dispone de una décima parte de esa cifra.
La guerra civil comenzó a fines de 2013 tras la acusación del presidente, Salva Kiir, contra su vicepresidente Riek Machar de organizar un golpe de Estado. Desde entonces, el saldo del conflicto es 50 mil personas asesinadas y 2,3 millones de desplazados.
Tras varias negociaciones y acuerdos de paz incumplidos, ahora se espera que el 18 de abril Machar regrese a Juba, la capital, para volver a tomar posesión de su cargo. Así lo dispone el último acuerdo entre las partes que además de incluir el cese al fuego, plantea la creación de un gobierno de transición y unidad nacional que incluya la repartición de los distintos ministerios entre todas las fuerzas en pugna.
Ruanda recordó los 22 años del genocidio
El presidente ruandés, Paul Kagame, dio un discurso el pasado jueves en el Memorial del Genocidio de Gisozi, en Kigali, capital del país. Allí recordó el último gran genocidio del siglo XX.
Desde 1990 una guerra civil entre el Frente Patriótico Ruandés (FPR) y el gobierno de Ruanda enfrentaba a miembros de la etnia tutsi y hutu, respectivamente. No obstante, bajo la presión de organismos internacionales, en 1994 comenzaron las negociaciones de paz.
Sin embargo, el 6 de abril de 1994 dos misiles alcanzaron el avión en el que viajaban el presidente de Burundi, Ciprian Ntayamira, y el de Ruanda, Juvenal Habyarimana. Fue entonces que el gobierno conducido por miembros de la etnia hutu desencadenó una masacre masiva contra los tutsi. De los crímenes participó masivamente la población civil, lo cual era alentado por el gobierno a través de la radio oficial Des Milles Collines.
En menos de un mes, el genocidio terminó con la vida de 800 mil personas y hay estimaciones que hablan de un millón. Además, otras dos millones de personas huyeron del país durante el conflicto.
Veinte años después, en abril de 2014, las Naciones Unidas pidieron perdón públicamente por no haber intervenido en su momento para frenar el genocidio en curso. El diplomático neozelandés Colin Keating, quien cuando estalló el conflicto presidía el Consejo de Seguridad, dijo entonces: “Mi primera responsabilidad hoy es recordar a las víctimas, al casi un millón de personas que murieron, y a los supervivientes. Esta reunión me ofrece también la ocasión de pedir perdón en mi capacidad como ex presidente del Consejo”.
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