1 abril, 2016
Apuntes de cara a la Copa América Centenario y los Juegos Olímpicos
La doble fecha de Eliminatorias dejó al seleccionado dirigido por Gerardo Martino en zona de clasificación al mundial después de un flojo arranque. El entrenador deberá planificar lo que queda del año pensando en conquistar un título en mayores luego de 23 años y diagramar el plantel sub 23 para los Juegos Olímpicos.

La doble fecha de Eliminatorias dejó al seleccionado dirigido por Gerardo Martino en zona de clasificación al mundial después de un flojo arranque. El entrenador deberá planificar lo que queda del año pensando en conquistar el añorado título en mayores después de 23 años y diagramar el plantel sub 23 para los Juegos Olímpicos, donde pueden surgir opciones de cara a Rusia 2018.
“Para mi termina el Mundial y Alejandro (Sabella) partirá a otro proyecto. Esto es muy duro y el puesto te desgasta mucho», anticipó Eugenio López, el representante del por entonces entrenador del seleccionado, horas antes de la final con Alemania. Marcelo Bielsa y José Pekerman, los últimos junto con «Pachorra» que se alejaron del seleccionado por decisión propia seguro pueden dar fe de ese desgaste del que hablaba López.
¿Qué desgasta a un entrenador que no convive día a día con los futbolistas? Justamente eso, la distancia entre fechas, la planificación a corto y largo plazo y por sobre todas las cosas el armado de las listas para las competencias oficiales, donde siempre quedan jugadores afuera que formaron parte del proceso clasificatorio. El actual entrenador Gerardo Martino en este 2016 deberá armar dos listas: una para la Copa América Centenario a disputar en EEUU en el mes de junio, otra para los Juegos Olímpicos Río 2016, en agosto.
“Si le ganamos a Bolivia, podemos ir a jugar la Copa América tranquilos”, dijo Martino antes del partido donde la selección se impuso por 2 a 0. La cuestión fue jugar en Córdoba pensando en Estados Unidos y tomar decisiones con otro ojo en Río, porque ante la lesión de Ángel Di María ingresó Ángel Correa, de presente irregular en Atlético de Madrid, antes de Erik Lamela, jugador clave en el gran Tottenham Hotspur dirigido por el argentino Mauricio Pochettino.
Seguramente los jugadores que vayan a la Copa América del Centenario, no concurran a los Juegos Olímpicos. Martino soñará con que le den a Matías Kranevitter (Atlético Madrid) y Paulo Dybala (Juventus) para las dos competencias, pero en el sueño ya debe estar cotejando las variantes si eso no sucede.
El andar de la selección por las Eliminatorias tiene algunos números que grafican de manera perfecta los aciertos y virtudes del equipo. Argentina metió seis goles en seis partidos, ninguno hecho por sus centrodelanteros. Ya pasaron por el puesto: Sergio Agüero, Carlos Tevez, Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala, al que contra Colombia le anularon mal uno.
Le anotaron cuatro goles al conjunto albiceleste, tiene la valla menos vencida junto a Uruguay. De hecho si tomamos a los jugadores que jugaron la mitad al menos de los partidos de Eliminatorias (Messi solo jugó dos) estamos en condiciones de decir que Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi y Rogelio Funes Mori son los jugadores más parejos del equipo, los tres defensores fueron decisiones fuertes del entrenador rosarino, ya que esos puestos eran ocupados poco tiempo atrás por Pablo Zabaleta, Martín Demichelis y Ezequiel Garay.
Pero hay algo que comparte la selección de Martino con respecto a la de Sabella post partido con Nigeria en el mundial, la falta de gol. De los octavos de final del mundial con Suiza al triunfo del martes con Bolivia, Argentina jugó 16 partidos oficiales: marcó 18 goles, seis de ellos fueron en las semifinales de la Copa América contra Paraguay. Sacando ese encuentro la albiceleste metió 12 tantos en 15 partidos.
Hablar de falta de gol y como aprovechar o no, al mejor del mundo es hablar de lo mismo. El debate futbolístico del mundial con respecto a Messi era su falta de compañía por el cambio de esquema de Sabella, en la Copa América era que lo buscaban poco, hoy encontramos uno nuevo y el más fácil de resolver: devolverle la pelota. Di María contra Chile e Higuaín contra Bolivia dieron dos ejemplos claros de esto. El entrenador deberá tomar nota como aspecto a solucionar de cara a la Copa América Centenario.
El otro ítem sin resolver es el de los volantes internos, Argentina aguantó el resultado contra Chile con Biglia y Banega jugando en esas posiciones y salió a buscar el triunfo con Bolivia con los mismos nombres. No es lo mismo Chile como visitante que Bolivia como local y tampoco un medio con Augusto Fernández (está jugando de doble cinco en Atlético de Madrid y allí se destacó en el último tiempo en Celta)-Mascherano y Lamela, que uno con Biglia-Mascherano-Banega, por más que esté último juegue casi de enganche en Sevilla.
El 4-3-3 es el esquema favorito de Martino pero los nombres de los tres del medio y de los dos laterales le van dar sentido a ese esquema, si los laterales son más de marca que de proyección y dos de los del medio pisan poco el área o no tienen gol, dependerá de niveles estelares de los delanteros. Si ellos fallan las que tienen, Argentina convertirá pocos goles, como viene pasando.
Pensando en los Juegos Olímpicos el tema del 4-3-3 es más discutible todavía. ¿Vale la pena jugar así cuando ninguno de los jugadores ofensivos juega con ese esquema en su club? Martino responderá que sirve para formar jugadores para Rusia 2018 y no estaría mal, será una buena prueba ver si el enganche de Rosario Central, Giovanni Lo Celso, puede desempeñarse como volante interior.
Pero si el sub 23 que vaya por la medalla de oro juega con un solo 9, por un solo puesto competirán: Paulo Dybala, Mauro Icardi, Luciano Vietto, Jonatan Calleri y Lucas Alario. Mientras que como extremos apenas aparecen: Lucas Ocampos, Ángel Correa, Cristian Espinoza y quizás Manuel Lanzini. Juan Manuel Iturbe decidió jugar para la selección de Paraguay.
Junio y agosto confluyen en la cabeza de Martino, la revancha de tantos años sin títulos y la búsqueda de la renovación de cara al futuro. El seleccionado argentino debutará en la Copa América Centenario contra Chile, el rival con el que perdió por penales la última final que dejó una herida abierta y al que venció con lo justo la semana pasada.
Argentina viene de enfrentar al Chile de Pizzi pensando en el de Sampaoli, de jugar en Córdoba pensando en Estados Unidos. Jugará en Río pensando en Rusia y competirá en Estados Unidos pensando en Ecuador, para repetir la imagen de 1993, la de Oscar Ruggeri levantando la Copa América.
Para la selección argentina pensar tanto en “el instante previo es como un desgaste” pero ganar algo en mayores “es una necesidad, más que un deseo”. Después de 23 años sin títulos, en Estados Unidos es el momento ideal para bajarle la persiana americana a la sequía.
Lucas Jiménez – @lucasjimenes88
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