31 marzo, 2016
Macri y su aplicada lectura del federalismo
Por Facundo Matos Peychaux. El Gobierno acertó en negociar con los gobernadores, y no con los legisladores, a la hora de buscar votos en el Senado. Y entendió que, a cambio, debía escucharlos.

Por Facundo Matos Peychaux*. El Gobierno acertó en negociar con los gobernadores, y no con los legisladores, a la hora de buscar votos en el Senado. Y entendió que, a cambio, debía escucharlos.
Se dijo desde el vamos: Cambiemos iba a tener en Diputados su batalla más sencilla y en el Senado, la más difícil. Solo un tercio de las provincias eligió senadores en 2015 (y en esas solo en tres ganó Mauricio Macri en la primera vuelta, cuando se eligieron legisladores), mientras que el resto de los integrantes de la cámara conservan su banca obtenida en el ultrakirchnerista 2011 o en 2013, que también dio al FpV primero a nivel nacional, aunque sin los números de dos años antes. Además, el PRO no es una fuerza con anclaje en todo el país sino que tiene grandes problemas de inserción en el interior, lugar que históricamente le dio al peronismo su supremacía en la Cámara Alta. De ahí que se diera el resultado obvio: Cambiemos -contando macristas, radicales y aliados- tiene apenas 18 senadores.
No obstante, el Senado le aprobó al Gobierno la pieza fundamental de su plan económico: el acuerdo con los fondos buitre, la derogación de las leyes necesarias para hacerlo y un endeudamiento de 12 mil millones de dólares. Y lo hizo, rondando los dos tercios, ni más ni menos. ¿Qué pasó en el medio?
Pasó Rogelio Frigerio, pasó que Macri visitó prácticamente todas las provincias en sus primeros tres meses y les giró 150 millones de dólares, un 48% más que lo que le había girado Cristina Fernández en el mismo trimestre del año anterior (Dic. 2014-Feb. 2015). Pasó que le devolvió a tres provincias -fallo de la Corte Suprema mediante- el 15% que cedían para financiar la Anses desde 1992 y prometió hacer lo mismo, escalonadamente, con las 21 restantes. Pasó que el ministro escuchó los reclamos de cada gobernador y sus respectivos ministros de Economía. Pasó, ante todo, que el Gobierno hizo una lectura aplicada de la teoría: los diputados responden al pueblo y los senadores, a las provincias. Y supo interpretar y aprovechar el contexto que atraviesan.
¿Víctimas o victimarios?
«Aclamar o denunciar a Estados Unidos de manera sistemática es relativamente fácil (…) Entender a Estados Unidos es una tarea mucho más compleja», escribió Federico Merke en el suplemento Ideas de La Nación el último fin de semana. Vale para Estados Unidos, aunque también frente a los gobernadores que apoyaron el acuerdo con los fondos buitre. ¿En qué contexto encontraron Macri y Frigerio a los gobernadores?
En un sentido general, la mayoría de los gobernadores asumen provincias con déficit fiscal alto, gasto público y presión tributaria elevados, actividad económica estancada, dificultades para acceder al crédito externo a tasas bajas y escasa generación de puestos de trabajo en el sector privado, entre otros puntos a resolver. En otras palabras, tienen cuentas en rojo que financiar, pero no pueden hacerlo subiendo los impuestos, ni tomando deuda.
Desde el lado político, en tanto, muchos son gobernadores debutantes (con menos espalda para negociar con Nación y también para gobernar sus provincias) y casi todos ellos -con la solitaria excepción de Gildo Insfrán y Alicia Kirchner- se ven favorecidos de acercarse a un presidente que viene de ganar las elecciones recientemente y que, según las encuestas, tiene una imagen positiva elevada. En ese sentido, una curiosidad que arrojan los sondeos de opinión es que en la mayoría de las provincias, Macri y el gobernador respectivo (sea peronista, radical, socialista o lo que fuere) conviven con altos niveles de imagen positiva.
¿Quién aparece entonces? El Estado Nacional, del que las provincias en buena parte ya dependen. Según NOAnomics, solo CABA alcanza con sus recursos propios recaudados a costear el total de sus Gastos en Personal, es decir, el sueldo de sus empleados del sector público (que creció, según la misma consultora, de 1,4 millones a 2,12 millones de personas entre 2003 y 2015, un 53%). El resto, debe echar mano a recursos nacionales para afrontar ese gasto, que es fundamental para todo gobernador por cuanto no pagar sueldos o dar aumentos pobres en paritarias, genera malestar y problemas políticos que todo mandatario busca evitar.
Por otra parte, la devolución del 15% de Anses aportaría a las provincias, según NOAnomics, un crecimiento de hasta 10% en sus recursos para algunos casos. Un pozo nada desdeñable cuya llave está, otra vez, en el despacho de Frigerio en la Rosada.
Por otra parte, las provincias tienen deudas contraídas con Nación (aunque cada vez menos, al menos hasta este año) y varios reclamos irresueltos. Aquellos que impactan a todas, como la pérdida de participación en la distribución primaria de fondos, que entre 1991 y 2015 fue de 32,5% a 27,6%. Aquellos que afectan a algunas, como la situación de las once que no transfirieron sus cajas previsionales a Nación en los noventa. O reclamos más puntuales, como los de la provincia de Buenos Aires por el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano o su escasa participación en la coparticipación en comparación a lo que aporta, o los de las provincias perjudicadas en el reparto de fondos discrecionales durante los gobiernos kirchneristas.
La lógica teoría que un gobierno provincial se financia por tres caminos: con fondos propios, nacionales o con deuda. Con dificultades para seguir el primer camino, quedan dos. Para obtener fondos federales, los ayudaría tener una buena relación con el Gobierno, por lo que votar el acuerdo con los fondos buitre podría ser una decisión lógica para cualquier gobernador. Para tomar deuda, los beneficiaría poder acceder a tasas más bajas, para lo que necesitan -de nuevo- poner fin al litigio con los holdouts en Nueva York. ¿Hay otra salida?
@fmatosp
* Periodista, redactor de El Estadista
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.