28 marzo, 2016
«Pusieron en la Biblioteca Nacional al mismo funcionario que vació el Teatro Colón»
A partir de los 240 despidos anunciados la semana pasada en la Biblioteca Nacional, Notas dialogó con Emiliano Ruíz Díaz uno de los trabajadores para conocer el estado de situación actual, no sólo en cuanto a las condiciones laborales, sino respecto al funcionamiento general de la institución.

A partir de los 240 despidos anunciados la semana pasada en la Biblioteca Nacional, Notas dialogó con Emiliano Ruíz Díaz uno de los trabajadores para conocer el estado de situación actual, no sólo en cuanto a las condiciones laborales, sino respecto al funcionamiento general de la institución.
– ¿Cuál es la situación institucional de la Biblioteca Nacional en el marco del gobierno que asumió el 10 de diciembre?
– La situación es que por lo pronto Alberto Manguel -director que aparentemente designará el gobierno de Macri- asumiría recién el 1 de julio según sus propias declaraciones. Ya vino un par de veces a la Biblioteca pero sólo se entrevistó con jefes y con los sindicatos. Además anunció que va a estar ahora en abril en la inauguración de la Feria del Libro.
Pero por lo pronto no se sabe cuál es su grado de injerencia en las decisiones que se toman en la Biblioteca.
– ¿Es un director que ni siquiera está en la Argentina?
– Ni siquiera está en la Argentina y, hasta donde tengo entendido, ni siquiera está designado. Solo de palabra.
– ¿La Biblioteca está acéfala?
– Desde que renunció Horacio Gónzalez asumió la dirección la subdirectora Elsa Barber y hace poco fue nombrada oficialmente como directora en el Boletín Oficial. Pero la información es que esto es temporal hasta que tome el cargo Manguel.
Por otro lado también el macrismo mandó un nuevo director de administración que se llama Marcos Padilla que ya hizo el trabajo de llevar adelante despidos, políticas de ajuste y vaciamiento en el Teatro Colón. Así que un poco el plantel de gestión institucional es ese: Manguel en una especie de limbo en el exterior, Barber como directora actual y Padilla como un hombre de administración que está llevando adelante todo el papeleo de los despidos.
La Biblioteca, al no tener una figura fuerte en la dirección como sucedió históricamente, está siendo muy dirigida desde el Ministerio de Cultura a pesar de ser autárquica.
– ¿En qué hechos se verifica esta intromisión del Ministerio de Cultura en la Biblioteca Nacional?
– Esto se ve en el sentido de que el ministro Pablo Avelluto es quien ha dialogado varias veces con los sindicatos; cuando asumió vino a la Biblioteca y la recorrió oficina por oficina. Ahora está un poco llamado a silencio, pero en las primeras semanas habló mucho de la Biblioteca Nacional y varias de las decisiones que después se tomaron fueron en concatenación con sus dichos públicos.
– ¿Cuál es la situación de las condiciones de trabajo en la Biblioteca teniendo en cuenta que las labores más fuertes comenzaron ahora en marzo como en la mayoría de las instituciones ligadas a lo educativo y lo cultural?
– Si vos comparás con otros años la cantidad de actividades que tiene hoy, finalizando marzo, son muy pocas. Si tiene su clásica atención al público y las consultas de lectores, eso está funcionando. Pero se suspendieron los talleres que se daban a la comunidad. Se suspendió también la editorial de la Biblioteca. Se van a dejar de publicar los libros para que pase a ser, en teoría, exclusivamente digital.
– ¿Había libros a mitad de camino o libros ya editados que todavía no se imprimieron?
– Hay libros que habían sido licitados en diciembre que finalmente terminaron saliendo. Pero después hay toda una planificación de publicaciones para este año 2016 que quedó frenada.
– ¿Cuál es la situación actual de los trabajadores de la Biblioteca Nacional considerando los despidos de la semana pasada?
– Fueron en total 240 despidos que incluyeron a un arco muy variado de antigüedades. Hay un sector muy importante que había ingresado durante los últimos tres años, pero también hay una cantidad igualmente importante de trabajadores que llevan 10, 15 y hasta 20 años en la Biblioteca.
La situación es compleja porque estos despidos representan un número muy grande. Es el 25% de la planta estable de la institución.
Hay tres sindicatos acá. Uno es la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN) que es el más grande. Después viene la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) que de todas formas es muy importante en cantidad de afiliados. Y finalmente uno más pequeño que tiene influencia en los depósitos de hemeroteca que es el Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (SOEME).
En este momento, a partir de los despidos, se generó algo que es bastante inédito en el Estado que es un frente de unidad sindical entre UPCN, ATE y SOEME para ir a discutir con el Ministerio de Modernización que ya dispuso una mesa de negociación para este martes.
En principio no va a ir cada uno a negociar por separado, sino que van a ir los tres en representación del conjunto de los trabajadores. Algo inédito teniendo en cuenta las diferencias que hay sobre todo entre ATE y UPCN.
Esto tiene como precedente que el miércoles pasado se hizo un acto en la explanada de la Biblioteca donde hablaron representantes de los tres gremios.
– ¿Qué medidas han adoptado los sindicatos?
– Puedo hablar por ATE que ha convocado a permanecer en estado de alerta y movilización; a no realizar tareas en los sectores y a que los compañeros despedidos sigan asistiendo a su lugar de trabajo porque tienen su contrato hasta el 21 de abril. En base a lo que salga de la reunión con Modernización el martes se irá viendo como continúa la lucha.
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