Cultura

24 marzo, 2016

Mon roi: el discreto encanto de la manipulación

Este jueves se estrena Mon roi (Mi amor), filme premiado en Cannes, que aborda la problemática relación de la pareja conformada por Tony (Emmanuelle Bercot) y su marido (Vincent Cassel). Seducción, manipulación y presiones morales como elementos de dominación y sujeción conforman la cotidianeidad de este matrimonio.

Tony es una joven mujer que está internada en una clínica de rehabilitación, donde es tratada para recuperar el movimiento de su rodilla, dañada en un accidente con esquíes. Durante su estadía va rememorando la historia de la relación con su marido, con quien se casó y creyó haber hecho suyo, lo que sólo sucedió en parte, pues el también dejó que lo hicieran suyo otras mujeres y otros intereses. Cuando Tony queda embarazada la vida en pareja cambia y ya nada puede seguir siendo igual.

Alcohol, drogas, lujos y caprichos se encuentran presentes en todos los tramos del relato. La relación amorosa transita numerosos momentos tumultuosos. Él es un manipulador acostumbrado a obtener lo que se propone sin admitir negativas. Ella soporta sus infidelidades, mentiras y traiciones. Sufre, protesta y se deprime, pero no cuestiona la continuidad de la relación. Siempre encuentra justificaciones.

El film muestra dos aspectos que se unifican en la trama: el psicológico y el social.

Por un lado, el marido apela a la seducción, la manipulación y la presión moral como elementos de dominación y sujeción. Por el otro, la mujer acepta no sin queja esta situación pero va y viene en sus decisiones, aunque al final siempre decide permanecer dónde está. Aunque en algún momento abandona a su marido, ante la súplica y el pedido de perdón vuelve una y otra vez. Ambos se conducen en situaciones límites como adolecentes: puro impulso, pura necesidad imperiosa.

Por momentos parece percibirse que solo el sexo los reúne y justifica esa pasión destructiva.

En cuanto a lo social, tal vez sin habérselo propuesto, Maïwenn pinta con trazos sutiles un sector rico, ocioso y alienado, fiel reflejo de la sociedad europea. El hace negocios, no se sabe exactamente cuáles, pero vive como un hombre rico. Ella es abogada. Viajan, consumen lujo, se emborrachan y se divierten. El valor del trabajo no tiene entidad, es el ocio el valor con presencia excluyente.

Quizás el punto débil del guión este representado por la parte del relato que transcurre en la clínica de rehabilitación, donde se muestra a la protagonista en situaciones poco verosímiles que se podrían haber obviado y que no alteran el tratamiento de la historia.

La película avanza lentamente por cada una de las situaciones de acercamientos y separaciones de la pareja, con flashbacks hábilmente dosificados por la dirección. La fotografía y la música colaboran para crear el clima de agobio que produce la relación perversa de esta pareja.

Interesante, aunque no apta para impacientes.

Ben Davis Min

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