América Latina

4 marzo, 2016

Chávez: el derrotado que construyó victorias

Por Lucas Villasenin. Nicolás Maduro anunció el 5 de marzo de 2013 la partida física del entonces presidente venezolano, Hugo Chávez. Tres años después, en Venezuela y en todo el continente se presencia una fuerte ofensiva del imperialismo y de la nueva derecha latinoamericana.

Por Lucas Villasenin. Nicolás Maduro anunció el 5 de marzo de 2013 la partida física del entonces presidente venezolano, Hugo Chávez. Tres años después, en Venezuela y en todo el continente se presencia una fuerte ofensiva del imperialismo y de la nueva derecha latinoamericana.

Los recientes resultados electorales en Argentina, Venezuela y Bolivia marcaron la derrota de fuerzas políticas que han enfrentado el neoliberalismo y que permitieron frenar el proyecto del ALCA en 2005. A esto, se suma la complicada situación que atraviesa Dilma Rousseff en Brasil y la del anuncio de Rafael Correa de que no se presentará como candidato a presidente de Ecuador en febrero de 2017. Una nueva etapa política se ha abierto.

Hugo Chávez fue la principal referencia de la lucha contra el neoliberalismo desde los gobiernos latinoamericanos. Fue él, quien en soledad se opuso al proyecto del ALCA en la Cumbre de las Américas de Québec en 2001 y finalmente en 2005, con el respaldo de otros países, logró enterrarlo.

No obstante, considerando el momento político de la región no alcanza con señalar solo los éxitos para recordar el legado de Chávez. La revolución bolivariana, que lo tuvo a él como un protagonista fundamental, no es un camino plagado de éxitos. También sufrió derrotas y su líder tuvo la capacidad para transformarlas en triunfos.

De de la insurrección derrotada al gobierno popular

La rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992 tenía como propósito terminar con el gobierno de Carlos Andrés Pérez y convocar a una asamblea constituyente. Se proponía terminar con la democracia representativa del régimen del llamado puntofijismo para lograr una democracia que abra las puertas a la participación política de las mayorías.

La operación Ezequiel Zamora planificada para ese día fracasó. Los equipos de comunicación no llegaron al lugar dónde debían, las tropas de algunos destacamentos militares no pudieron actuar y los pocos civiles que pudieron hacerlo no lo hicieron de acuerdo a lo esperado. Además, el Alto Mando militar ya estaba advertido de la operación insurreccional.

Cuando los datos informaban que el triunfo ya no era posible, para evitar un mayor derramamiento de sangre, Chávez tuvo la valentía de asumir la derrota. «Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital; es decir, nosotros acá en Caracas, no logramos controlar el poder», fueron sus palabras.

Alcanzó un minuto en televisión para que importantes sectores de la sociedad venezolana identificaran al joven teniente-coronel como un referente que a diferencia del resto de los políticos profesionales se hacía responsable por sus actos. La irrupción de Chávez destruiría el mapa político existente en el país. En 1999 él llegaría a la presidencia por la vía electoral y abriría inmediatamente un proceso constituyente. Asumir responsabilidad histórica ante las mayorías y no atarse al método insurreccional hicieron que ello fuera posible.

Todo 11 tiene su 13

El 11 de abril de 2002 Chávez fue presionado por empresarios, medios de comunicación, políticos opositores y militares para que abandonara la presidencia. Lo amenazaron con la muerte y con desatar una masacre contra sus seguidores para que renunciara. Chávez no lo hizo y cuando abandono el Palacio de Miraflores dejó el documento con su renuncia -que había sido enviado por los golpistas- sin firmar. El líder bolivariano -como lo relatara tiempo después- había asumido que así no podía continuar en la presidencia, no iba renunciar pero que si estaba negociando por pedido de Fidel Castro intentar salir del país.

La historia es conocida. Al presidente lo tuvieron secuestrado hasta la noche del 13 de abril y el levantamiento popular con el apoyo de sectores leales del ejercito no permitieron que se perpetrara el golpe de Estado. Chávez podía estar derrotado pero al costo de su vida misma no iba a claudicar al mandato que le había conferido su pueblo.

Haciendo memoria de lo sucedido en aquellas jornadas, en enero de 2005 ante la asamblea legislativa Chávez establecía como lección: «Como decía Trotsky: A toda revolución le hace falta el látigo de la contrarrevolución. El látigo la fortalece, si sobrevive a él. Nosotros no solo hemos sobrevivido a los látigos de las agresiones contrarrevolucionarias, sino que hemos salido fortalecidos».

Sin cambio constitucional pero con más poder del pueblo

Luego de una campaña electoral que unificó a toda la oposición el 2 de diciembre de 2007 el chavismo sufrió su primera derrota electoral nacional. Desde el gobierno se propuso una nueva constitución que reconocía al poder popular como un nuevo poder público y se buscaba agudizar las contradicciones del Estado existente para encaminarse hacia un Estado comunal y socialista. Solo por 120 mil votos el «no» derrotó la propuesta de cambiar la constitución.

A comienzo de 2008 el líder de la revolución bolivariana, lejos de echar culpas de la derrota al pueblo, fue el principal impulsor de las política de las tres R (revisión, rectificación y reimpulso). En los años sucesivos desde el gobierno se impulsaron las expropiaciones que habilitaron al empoderamiento de los trabajadores y se sancionaron las leyes del poder popular que permitieron el desarrollo del movimiento comunero.

Luego de la derrota, la oposición condenó Chávez a no poder presentarse nuevamente como candidato en 2012. Pero en 2009 se convocó a una enmienda constitucional y el 54% de los votantes se lo permitieron. De esa manera, se demostró que las leyes y las constituciones eran importantes, pero lo que marca el curso de la revolución es el empoderamiento del pueblo.

«Chávez vive, la lucha sigue»

La partida física del líder feminista y partidario de construir el socialismo del siglo XXI fue una perdida material y simbólica para millones de oprimidos del mundo. Sus discursos y sus textos son retomados por quienes lejos de subestimar sus aportes, encuentran en ellos herramientas políticas para transformar la realidad en la que viven. El Plan de la Patria redactado en 2012 y su conferencia titulada «Golpe de Timón» son documentos históricos del movimiento socialista mundial.

El cáncer que derrotó al cuerpo del líder boliviariano, no puede evitar que millones de personas en el mundo repitan con orgullo este 5 de marzo que: «Chavez vive, la lucha sigue». Este grito se da en un escenario adverso para sus compañeros de ruta, pero que con su ejemplo podrán transformar estas derrotas en nuevas victorias.

@villaseninl

Foto: Tomás Bravo / Reuters

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