24 febrero, 2016
Secretaría de Derechos Humanos: despedir trabajadores para achicar la política de memoria
Notas entrevistó a Romina Chiesa, delegada de ATE en la Secretaría de Derechos Humanos y habló de la situación de los 56 despedidos, las medidas de fuerza y la perspectiva de un cambio en la política pública de memoria.

Notas entrevistó a Romina Chiesa, delegada de ATE en la Secretaría de Derechos Humanos y habló de la situación de los 56 despedidos, las medidas de fuerza y la perspectiva de un cambio en la política pública de memoria.
– ¿Cuál es la situación de los trabajadores que desarrollan su tarea en el predio de la ex ESMA?
– La situación general es complicada porque acá hay trabajadores de muchas dependencias diferentes. Por un lado, hay 55 despedidos de la Secretaría de Derechos Humanos que a su vez depende del Ministerio de Justicia. Pero también funciona el Ente Público que administra el predio de la ex ESMA y que no tuvo situaciones de despidos. Y hay que sumar, por ejemplo, a los compañeros del Museo Malvinas, que dependen del Ministerio de Cultura y que tuvieron otros 12 despidos en una planta de casi cien trabajadores.
– ¿Los despedidos de la Secretaría de Derechos Humanos qué funciones cumplían?
– Los que desempeñaban funciones en ex ESMA, en su mayoría, hacían tareas de mantenimiento y limpieza. Después hay despedidos del Instituto Ulloa, que hacía acompañamiento psicológico a las víctimas, algunos trabajadores en las oficinas de 25 de Mayo y algunos compañeros en el interior del país que dependían de la Dirección Nacional de Sitios de Memoria. También echaron compañeros del programa Verdad y Justicia y de la dirección de Leyes Reparatorias.
– ¿Ustedes evalúan que los despidos tienen una lógica política, de afectar áreas concretas, o una lógica económica de aprovechar la precarización de ciertos tipos de contratos?
– Es una cuestión política porque se piensa reducir la política pública y eso equivale a decir que se reduce el Estado como garante de derechos. Esa es nuestra mirada. Que no es lo mismo que decir: persecución ideológica. Ese no es el planteo que nos hacen a nosotros. No nos dicen: “Esto está lleno de kirchneristas”. Si bien lo construyeron de esa manera en los medios de comunicación, a la hora de hablar seriamente no hacen ese planteo. Porque todas las políticas públicas, del primer eslabón al último, las llevan adelante trabajadores. Entonces, cuando vos despedís al trabajador lo que estás haciendo es achicar el Estado.
– ¿Hubo algún tipo de evaluación de los trabajadores por parte de la gestión?
– No, no hubo nada. Y sabemos que en marzo va a haber más despidos y tampoco se evaluó a nadie. Cuando vos le hacés este planteo a algún funcionario lo que ellos te responden es que para lo que ellos tienen pensado, sobra dotación. Y es claro, porque lo que tienen pensado es reducir al mínimo las políticas públicas.
– ¿Cómo se enteraron de los despidos?
– Mauricio Macri asume el 10 de diciembre y una semana después tuvimos la primera reunión con el nuevo secretario, Claudio Avruj. Ahí él nos garantizó que no se iba a echar a nadie. Unos días después llegaron los primeros rumores de que echaban gente. En los primeros días de enero empezaron a llegar los telegramas. Y otros, fueron a sus puestos de trabajo y encontraron el usuario bloqueado. En otras áreas del Ministerio se los recibió con una lista y no los dejaron pasar. Todo muy violento pero además sabemos que no terminó ahí. A los que tenemos contratación anual se nos renovó sólo por tres meses. Por lo tanto, el 31 de marzo el contrato se termina y ahí veremos qué pasa.
– ¿Y qué dijeron los funcionarios?
– El discurso de ellos es que están despidiendo gente que no trabajaba. Nosotros le respondemos que no conocemos ñoquis, sólo conocemos trabajadores. Acá no hay ñoquis. El cuerpo de delegados de ATE de la Secretaría empezó a hablar con cada uno de los compañeros despedidos y relevamos que todos tenían función asignada y trabajo real. No era que no lo supiéramos, sino porque esa información era importante para dar la discusión con las autoridades.
– ¿Qué hicieron con esa información?
– Hablamos primero con el jefe de Gabinete de Avruj y después se armó una mesa de negociación con todos los despedidos del Ministerio. Pero sabemos que, en parte, son medidas dilatorias porque ellos te proponen ir revisando dos casos de despidos por semana.
– ¿Y cómo fueron las tareas de organización después de los despidos?
– Primero hubo una gran cantidad de afiliaciones a ATE. Y los delegados y delegadas de la Secretaría sabemos que las luchas se ganan en la calle, de modo que empezamos a organizarnos para visibilizar lo que estaba pasando. Y llevamos adelante tres medidas de fuerza. La primera fue en enero, una recorrida por el predio con todos los trabajadores de la Secretaría y que terminó con un corte parcial de Av. Libertador y una radio abierta. La segunda hicimos directamente un corte. Y la tercera medida fue hace diez días, hicimos un festival solidario. Ahí iniciamos el fondo de huelga para contener a los compañeros que no fueron reincorporados. Vinieron bandas a tocar y se vendieron bonos para juntar un fondo de desempleo.
– ¿Cómo ven la situación ante el nuevo protocolo de intervención en manifestaciones públicas?
– Mientras nosotros estamos planteando que no se criminalice la protesta, la respuesta del gobierno es este protocolo. Pero en relación al paro del miércoles, dijeron que íbamos a poder movilizar sin problemas. Para nosotros es importante tener esa tranquilidad porque hay cierto temor en la gente.
Fruto, en parte, de algunos gremios que estaban planteando la no adhesión y decían: “Si van sin nosotros, van a estar desprotegidos”. Por eso es importante saber que la decisión que nos transmitieron las autoridades es que no va haber represión. Por supuesto que el gremio igual se organiza con medidas lógicas de seguridad y sabemos que no esta vez, pero en otras oportunidades habrá que reorganizarse para poder cuidarnos entre nosotros.
– ¿Recibieron solidaridad de otros gremios frente a la decisión de ir al paro?
– Sí, hay gremios y sectores que están adhiriendo. Aunque nuestro análisis en diciembre decía que había que esperar hasta marzo, porque recién entonces íbamos a contar con el consenso para poder salir a la calle con una movilización fuerte y no sólo de los trabajadores del Estado. Lo que sucedió es que la avanzada fue muy fuerte y eso nos llevó a estar en un paro nacional el 24 de febrero. De cualquier forma hay que ir construyendo más unidad. Con gremios del sector privado, por ejemplo, que también está sufriendo despidos aunque todavía no se visibilizaron lo suficiente. Desde ATE Capital venimos hablando con otros sindicatos para poder generar un escenario cada vez más favorable. Sabemos también que la unidad no es declamatoria, es una construcción.
– ¿Además de los despidos, se nota un cambio de dirección política en los espacios de Memoria o en la política general de la Secretaría de Derechos Humanos?
– Hay muchos lugares donde todavía ni siquiera están designados los nuevos directores. En Museo Malvinas, Federico Llorens se presentó hace 15 días. Diría que es muy reciente para hablar de un cambio de rumbo. Lo que vemos son cosas que llaman la atención. Que al mes de la asunción de Avruj haya recibido al Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas es llamativo. No quiere decir que se vuelva a la teoría de los demonios, pero hace ruido que vengan precisamente a la ex ESMA. Y que esté en los planes de Obama, como dicen los medios, venir el 24 de marzo a la ex ESMA también nos preocupa.
Esos gestos parecen hablar de un rumbo distinto en las políticas de derechos humanos. Entonces, aunque todavía no sea tan visible o concreto, se deja entrever un cambio. A ATE no le preocupa solamente la defensa de los puestos de trabajo, siempre se caracterizó como gremio por la defensa de las políticas públicas. Y eso se logra desde la organización. Por eso cuando decimos que los trabajadores somos los efectos de las políticas de Estado tiene que ver con dar discusiones también políticas.
Juan Mattio – @juanmattio
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