Batalla de Ideas

24 febrero, 2016

8 palabras que definen un paro histórico

Por Sebastián Tafuro. Este miércoles, luego de un verano muy caldeado que aún sigue su curso, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) saldrá a las calles en el marco de un paro nacional que promete tener un alto impacto a lo largo y ancho del país. En esta nota nos proponemos señalar 8 palabras que están vinculadas con la convocatoria a esta acción.

Por Sebastián Tafuro*. Este miércoles, luego de un verano muy caldeado que aún sigue su curso, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) saldrá a las calles una vez más, pero en esta ocasión será en el marco de un paro nacional que promete tener un alto impacto a lo largo y ancho del país. En esta nota nos proponemos señalar 8 palabras que están vinculadas con la convocatoria a esta acción y que cruzan además distintas aristas del panorama político general a más de dos meses de la asunción de Mauricio Macri como presidente de la Nación.

Despidos

En el epicentro del paro se encuentra la exigencia de reincorporación de todos los despedidos y las despedidas que, hasta la fecha, se cuentan por miles (entre 20 y 25 mil según distintos estudios realizados, desde ATE Capital hasta el sitio web El Despidómetro, pasando por el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma).

Bajo el amparo del decreto 254/2015, la gestión de Cambiemos -a través del Ministerio de Modernización- se propuso revisar todas las contrataciones existentes en el ámbito de la Administración Pública Nacional en lapsos que iban de los tres a los seis meses según la antigüedad de cada trabajador o, en el caso de los concursos, si los mismos habían concluido con la designación de “los ganadores y las ganadoras” de ese proceso o no.

Sin embargo en numerosos organismos ni siquiera esos tiempos han sido respetados y la oleada de despidos masivos tuvo lugar desde comienzos de enero en sitios como Fabricaciones Militares, Secretaría de Comercio, AFSCA, CCK, Ministerio de Cultura, Ministerio de Justicia y tantos más. En varios de ellos con la metodología nefasta de una lista en la puerta con los nombres propios de las trabajadoras y los trabajadores que no podían entrar al que, hasta el día anterior, era su lugar de trabajo.

Paritarias

“Cada sindicato sabrá dónde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleo” fue la desafortunada frase que enunció el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat-Gay, cuando despuntaba el 2016. Claramente un apriete discursivo para que desde el mundo gremial se adecúen las pretensiones salariales a los deseos del Gobierno. Ya que sino sobrevendrá la amenaza del desempleo.

Este es otro de los principales ejes de la convocatoria: las paritarias no pueden tener techo. Y no es una dicotomía que podamos aceptar los trabajadores. La inflación que no cesa y la cruda devaluación de diciembre son dos de los elementos centrales para dar una batalla por la recomposición del salario, tal como la están dando los y las docentes hoy en día ante las magras ofertas gubernamentales.

Criminalización

La marcha de este miércoles será el primer ensayo del Protocolo de Actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado en manifestaciones públicas, un claro intento de “regular” la protesta social en un contexto donde sobran los motivos para movilizarse. Desde ATE se presentó una nota al secretario de Seguridad Interior de la Nación, Gerardo Milman, donde se señala que “una resolución ministerial no puede reglamentar el ejercicio de derechos constitucionales como son la huelga y la manifestación” y en la cual se expresa el rechazo a la “invocación de tal instrumento, garantizando además, como es costumbre de nuestra organización, el democrático ejercicio de estos derechos”.

Pero además no sólo esta iniciativa aparece como un elemento de preocupación para cualquier organización social, sino que los antecedentes cercanos de Cambiemos se asocian muy fuertemente a la intención de criminalizar la protesta social, tal como lo expresan la detención de Milagro Sala en Jujuy y la detención y posterior liberación de Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE Río Negro.

Unidad

No es momento para mezquindades. Sabemos de las divisiones al interior del campo popular, como así también de las diferencias que existen en un sindicato de los más democráticos y plurales como es ATE. Pero la situación actual amerita potenciar aquellas cuestiones que unen ante el fuerte embate del macrismo. La más amplia unidad de acción es eso: ganar las calles convencidos de que golpear con un sólo puño, minimizando las tensiones entre las diversas identidades políticas, es lo único que permitirá frenar no sólo los despidos sino el ajuste más profundo que planea el Gobierno Nacional.

Solidaridad

El paro nacional de ATE ha alimentado solidaridades de distintos ángulos que también se manifestarán en las calles. Con los mismos reclamos y a su vez incorporando otros. Desde la adhesión de las dos CTA hasta la CTEP, pasando por los docentes, trabajadores y trabajadoras de Prensa aglutinados en el Sipreba y los metrodelegados de la AGTSYP, entre otros. Una confluencia semejante es la que nos permite pensar en que es posible hacer carne esa idea de unidad señalada en el párrafo anterior. La etapa política nos la demanda.

Estado

Tras la sucesión de despidos, se esconde una discusión sobre el rol que debe jugar el Estado. El macrismo pretende un Estado mucho más chico, menos presente que en la década pasada, y en esa línea es que necesita una cantidad reducida de trabajadores y trabajadoras. Por el momento ha apuntado a la desactivación completa de algunos programas o áreas -lo cual se vincula a una determinada matriz política de raigambre neoliberal- y en otros casos a una especie de “reducción por cupo”, más relacionado con los pedidos de Modernización que a un desarme ideológico puro.

Achicamiento y/o reorientación de sus funciones (priorizando aún más las que garantizan la hegemonía de ciertas facciones del capital) es el trasfondo de estos primeros pasos en relación al quehacer estatal de los próximos años.

Medios

La famosa “batalla cultural” de la que se jactaba el kirchnerismo en relación a ciertos tópicos, es la que hoy los y las estatales tenemos que resignificar para dar la disputa mediática ante la fuerte estigmatización que los principales medios de comunicación vienen llevando adelante al calificarnos de “ñoquis”, “vagos” o incluso utilizando despectivamente la definición de “militantes políticos” como si esa práctica encubriera algo negativo. La consigna “Nuestro Trabajo son tus Derechos”, impulsada por los compañeros y compañeras de ATE-Trabajo y luego retomada por distintos sectores, aparece como un acierto comunicacional que hay que seguir profundizando.

Disciplinamiento

Finalmente todo este embate contra el empleo público tiene una intención que va más allá de ese grupo de trabajadores y trabajadoras. Se trata de disciplinar al conjunto de la clase con la instalación de este miedo al desempleo y además un combo de medidas que favorecen a distintos sectores dominantes de la economía (devaluación, quita de retenciones, exención de determinados impuestos como a los autos de alta gama), como así también el golpe al bolsillo que implicará el fuerte aumento de las tarifas de luz y gas.

@tafurel

* Delegado gremial de la Junta Interna de ATE – Ministerio de Economía

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