17 febrero, 2016
Sueños de Cartón: Eloísa Cartonera abrió un local en Almagro
El pasado domingo, en plena ceremonia de San Valentín, los vecinos del barrio de Almagro se encontraron con un nuevo local en la calle Venezuela 3892. Se trataba de una editorial y comercializadora de libros, pero para nada convencional. Su nombre: Eloísa Cartonera.

El pasado domingo, en plena ceremonia de San Valentín, los vecinos del barrio de Almagro se encontraron con un nuevo local en la calle Venezuela 3892. Se trataba de una editorial y comercializadora de libros, pero para nada convencional. Su nombre: Eloísa Cartonera.
Esta cooperativa en absoluto es una novedad, sus orígenes datan de la crisis del 2001 y su materia prima, tan simple como innovadora, son el cartón y las buenas ideas. La editorial, tras algunas mudanzas, se asentó en el barrio de la Boca y se hizo popular entre los cartoneros de la zona, a quienes le compraban (a un precio mayor del mercado) lo que iban juntando para poder confeccionar libros. Fueron los primeros en el mundo en publicar literatura de esta manera. ¿Qué mejor poesía que la impresa sobre los desechos de la sociedad?
Esta editorial, con mucha humildad y no menos trabajo, fue ganándose un lugar en nuestro país, y con ello llegaron los premios. Algunos de ellos fueron el “Premio Principal Príncipe Claus”, en 2012, que se entrega en Amsterdam (Holanda) y reconoce el impacto positivo del candidato dentro del campo cultural y social en que se desarrolla. Otro fue el premio de la fundación Konex en 2014.
Mucho tuvo que ver en esto el referente y fervoroso sostén de esta utopía, el poeta y escritor Washington Cucurto. Muy reconocido en el under literario sudamericano, pero no sólo por Eloísa Cartonera, sino por su talento en las letras. Su creatividad, su mordaz crítica social y su humor, muchas veces cercano a la ironía, le permitieron ganarse el cariño de sus colegas.
“Superamos todos nuestros sueños con Eloísa Cartonera. El primer sueño era la editorial en sí misma, su plena existencia, después todo lo demás es puro sueño. Ahora con local propio, podremos desarrollar mejores actividades y organizarnos con mayor fuerza”, se confiesa Cucurto o “Cucu” para quienes lo aprecian.
En la noche del domingo se sirven vasos de vino y gaseosa. Se brinda en cada oportunidad. Miriam (una cartonera que sumó a la filas de la editorial en sus comienzos) saluda con un beso a todo aquel que se acerca a curiosear. Su sonrisa no se le va de la cara en ningún momento y no es para menos.
En la variedad está el gusto, dicen muchas veces los chefs. Y también se aplica a la literatura. En los dos stands dispuestos sobre la vereda se encuentran libros de los más variados y a precios casi simbólicos (3 libros por 50 pesos). Poesía, narrativa, compilaciones, reediciones y todo eso junto también. Cartones pintados con sus títulos, o su autor. Ningún libro es igual a otro.
Esta variedad estuvo presente también en las lecturas que llevaron adelante los autores que publicaron a lo largo de los años en Eloísa, presentes por supuesto en semejante acontecimiento. Algunos de ellos eran Gustavo Yuste, Gabriela Luzzi, Gabriel Juarez y Walter Lezcano.
El carisma de Cucurto le ha permitido a la editorial disponer de autores de prestigio como el reconocido César Aira o, también, Ricardo Piglia. Se encuentran también Fabián Casas, Alan Pauls e internacionales como Lihn, sólo por citar algunos.
«César (Aira) y Ricardo (Piglia) son fuera de serie, además de ser grandes escritores son dos personas maravillosas, realmente adelantadas, sensibles y muy comprometidos con su entorno social. Por eso, por su flexibilidad, su gran apertura y su modernidad es que pudimos publicar sus libros de los cuales nos sentimos muy orgullosos. Ni decirte lo importante que han sido para nuestro proyecto», declara emocionado Cucurto.
Ya con un local propio, una dirección fija y el mismo sueño de 10 años atrás intacto, Eloísa Cartonera piensa en el 2016 con las mismas ganas de seguir creciendo. Su objetivo son las “primeras ediciones” de autores locales, buscarán engrosar su staff de artistas y piensan en seguir los festejos en su nueva casa.
Cucurto se refiere, en varias ocasiones, a Eloísa como un “pequeño proyecto”, pero sabe al igual que todos sus compañeros, que este gran paso convierte al sueño en una realidad sostenida. Los sueños se pueden convertir en hechos fehacientes, siempre y cuando no se bajen nunca los brazos. Sino pasen por Venezuela al 3800 y pregúntenle a “Cucu”.
Matías Pertini
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