23 diciembre, 2015
Cresta Roja: de la represión a la quiebra
El conflicto de la avícola Rasic Hermanos que arrastra más de un año pasó en un sólo día de la represión a los trabajadores en la Autopista Richieri a la quiebra de la empresa decretada por la Justicia. ¿De dónde viene y a donde va?

El conflicto de la avícola Rasic Hermanos que arrastra más de un año pasó en un sólo día de la represión a los trabajadores en la Autopista Richieri a la quiebra de la empresa decretada por la Justicia. ¿De dónde viene y a donde va?
La mayoría de los medios de comunicación reseñaron este martes que hace 11 días los trabajadores que producen los pollos de la marca Cresta Roja comenzaron a realizar cortes en la Richieri para exigir el pago de salarios adeudados. La noticia llegó a las pantallas y los portales de noticias a partir de la represión de la Gendarmería: primero por la mañana para «despejar» el corte y luego por la tarde donde dispararon con balas de goma sobre los manifestantes. Sin embargo el conflicto tiene más de un año.
Despidos, reincorporaciones y salarios pagados en pollos
Cresta Roja viene siendo el territorio de un intenso conflicto -al menos desde septiembre de 2014- con tires y aflojes entre la empresa y los trabajadores y con la mediación del Estado a través del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires. Al principio fueron despedidos 1300 trabajadores y posteriormente se reincorporaron 650.
A mediados de julio Cresta Roja emitió 680 nuevos telegramas de despido y además cerró “temporalmente” su planta de Ezeiza, aduciendo que había dejado de ser rentable. Esto fue denunciado por el sindicato ya que, en los hechos, significaba el despido de todo el personal: 3400 personas en forma directa y otras 1600 indirectamente. Es decir cinco mil en total.
Ante distintas medidas de fuerza por parte de los empleados que incluyeron cortes de la autopista que va al aeropuerto internacional de Ezeiza, a la altura del kilómetro 31, finalmente durante ese mismo mes se acordó la reapertura de la fábrica y se garantizaron los puestos de trabajo. Al acuerdo se llegó luego de negociaciones con el Ministerio de Trabajo bonaerense, la empresa y los trabajadores.
Sin embargo el conflicto persistió y en el mes de octubre la empresa ofreció a sus empleados pagarles el sueldo con cajones de pollos por falta de dinero lo cual fue rechazado por los empleados.
Así se llegó a diciembre donde la inflación, la devaluación y la llegada de las fiestas de fin de año agudizaron la necesidad de los trabajadores de garantizar su salario y su empleo.
La quiebra y la negociación
La titular del Juzgado en lo Comercial número 36, Valeria Pérez Casado, había intimado el viernes pasado a los propietarios de Rasic Hermanos a que en 48 horas presentaran un plan para retomar el funcionamiento y pagar los salarios adeudados.
Ante la falta de respuesta decretó la quiebra de la empresa Cresta Roja, dando por terminado el proceso judicial. La decisión de la magistrada se conoció en el mismo momento en que delegados de los trabajadores ingresaban al Ministerio de Trabajo para negociar con su titular, Jorge Triaca. Una vez finalizada esa reunión, Triaca y el delegado Cristian Villalba dieron una conferencia de prensa.
«Entendemos que es una circunstancia de mucho sufrimiento pero estamos al lado de ellos y vamos a seguir al lado de ellos», expresó el ministro hablando de los trabajadores. En ese sentido añadió: «Pedimos que entiendan que estamos haciendo los esfuerzos posibles y que a partir de esta mesa de trabajo vamos a encontrar soluciones en conjunto con la jueza. Si no encontramos una situación de paz se hará más difícil».
Triaca señaló que «la jueza estableció que la conducción de la empresa no está en manos de Rasic» por lo que ahora será tarea del gobierno «subsanar los problemas de los trabajadores».
Por ello se comprometió a dar seis mil pesos por trabajador «a partir de enero y se le acercarán bolsones para las fiestas». «Estamos todas las áreas del Gobierno trabajando para que tengamos una solución de manera definitiva», agregó.
Por su parte el delegado Villalba dijo: «Empezamos un nuevo camino que es el correspondiente. Nosotros estamos predispuestos y esperamos que la ayuda sea lo que nos dijeron. Que en el corto plaza haya un nuevo comprador y que la empresa salga a producir».
Decretada la quiebra se iniciará un proceso de liquidación de activos que tendrá como propósito retomar la actividad y resguardar las fuentes de trabajo. Con el fallo, la jueza dio intervención al Poder Ejecutivo en la empresa y por ello deberá resolver la situación del personal y de la firma. Ante la falta de compradores, Pérez Casado dispuso la clausura definitiva y ahora se espera que ingrese algún comprador.
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