18 diciembre, 2015
Frente al marco, lejos del otro
Frente al mar, el tercer film como directora de Angelina Jolie, aborda la intimidad de una pareja en crisis, protagonizada por ella misma y por su marido, Brad Pitt. Una propuesta interesante y con buenas actuaciones que pierde potencia al presentarse como demasiado enunciativa.

Después de dos películas bélicas con historias de personalidades fuertes enfrentadas a grandes adversidades, en su tercer film como directora Angelina Jolie decide abordar la historia mínima de una pareja frágil encerrada en su propio universo mundano. Con un recorrido esquemático para mostrar intimidad, la película termina limitando la experiencia del espectador a la contemplación del aislamiento de los personajes centrales: Vanessa, interpretada por Jolie, y Roland, Brad Pitt, su esposo en la vida real.
La propuesta de Frente al mar (By the sea) arranca con un tono exquisito y a la vez clásico: una pareja viaja en un auto, por su gesto podemos ver que la distancia que recorren es similar a la que existe en entre ellos a pesar de que se encuentren lado a lado. Llegan a un hotel y a ella le llama la atención un sonido desconocido y pregunta qué es. Él contesta que es el mar. Siguen en silencio y esa novedad sonora se sugiere peligrosa.
El problema es que a lo largo del film, como también pasa con otros elementos sugestivos que no llegan a desarrollarse, el mar del que se habla no se oye. Apenas se ve. Como si con mencionarlo alcanzara, el guión simplifica el entorno y la relación de los protagonistas con los personajes secundarios para enfocarse casi excluyentemente en el dolor que atraviesan.
El mar esta ahí, los paisajes hermosos de una playa francesa están ahí. Una pareja joven en su luna de miel (Mélanie Laurent y Melvil Poupaud) está en la habitación de al lado y los protagonistas los espían a través de un hueco en la pared. Algo turbio que se sugiere desde su pasado también se hace presente. Todo eso parece estar dando vueltas, pero en términos de imagen y de guión vemos un desarrollo tan lineal del desencuentro afectivo que las posibilidades expresivas de los personajes y de la historia resultan limitadas.
No es que no digan ni demuestren nada, pasa que lo que dicen o lo que se ve está reducido al aislamiento de Vanessa y Roland. Él es un escritor que no encuentra inspiración y ella es su esposa, que no encuentra demasiados motivos para vivir. Se aman pero no saben cómo estar en el mismo lugar sin hacerse daño. Se van a un lugar paradisíaco pero aun así no pueden evitarlo. Se vuelven voyeurs de sus vecinos de habitación en el hotel, como si ver a los otros pudiera ser un medio para acercarse entre ellos. Los espían en un ejercicio consciente y conversado de ver lo que les falta. Se pasan la mayoría del tiempo encerrados en la habitación. Desde ahí, el mar ni se escucha. Y en ningún momento se los ve mojados.
Así, el agua que se ve por la ventana más que un mar parece un mero marco de representación. Porque el film no se toma el tiempo de mostrar un buen momento, ni de ellos ni de otros, ni siquiera para generar un contrapunto, y la hostilidad que viven parece reducirse a un problema de índole sexual. Se sugiere una causa más profunda de su malestar, pero el desarrollo de los diálogos termina desaprovechado por la fijación de la cámara en el rostro de Jolie y Pitt, entonces esa causa no llega a hacérsenos presente como parte de una narración integral.
Es interesante cómo intentan encontrarse a sí mismos espiando a los demás, pero a esos otros prácticamente ni los vemos. Roland le narra lo que le sucede a su esposa como si fuera parte de la novela que está escribiendo y la situación es emocionante, pero al igual que en ese momento, todas la reflexiones salen prefabricadas por la boca de los que hablan.
Al explicarse tan simplemente el conflicto, da la sensación de que la película solamente apunta a mostrar a un hombre y una mujer pasando un momento difícil. Lo que les hace mal también podría haber funcionado en cualquier otro contexto y parecería que nos tiene que alcanzar con ver a dos actores excelentes haciendo muy bien lo que les sale hacer muy bien.
Ver a un grupo de actores del mainstream actuar tan solventemente una historia sencilla está bueno, pero puede dejar gusto a poco. No hay mucho que pueda hacer el espectador en términos de construcción personal: la narración nos cuenta la historia y su devenir, mientras se enuncian las reflexiones de los autores al respecto, pero nos ofrece poco material para que elaboremos algo propio.
A pesar de todo, el film llega a mostrarnos que la vulnerabilidad en una pareja siempre tiene una doble vía y no se reduce a los problemas de uno. Así el film supera la victimización de los dos, esquiva el maniqueísmo y nos convida otra vez con dos interpretaciones brillantes de Brad Pitt y Melanie Laurent, que vuelven adorables y humanos a sus personajes en la medida en que la anécdota se los permite. Verlos a ellos, casi sin maquillaje y haciendo de personas simples ya es un buen motivo para ver cine en pantalla grande.
Gustavo Kreiman – @donnarrusa
Ficha técnica
Dirección: Angelina Jolie
Guión y Producción: Angelina Jolie y Brad Pitt
Actores: Angelina Jolie, Brad Pitt, Mélanie Laurent, Melvil Poupaud, Niels Arestrup
Duración: 132 minutos
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