9 diciembre, 2015
El chavismo busca el contraataque
Por Ulises Bosia. Encabezado por el presidente Nicolás Maduro, el chavismo está procesando el análisis de los resultados en función de rearmarse ante la nueva etapa política que se abrió en Venezuela.

Por Ulises Bosia. Encabezado por el presidente Nicolás Maduro, el chavismo está procesando el análisis de los resultados en función de rearmarse ante la nueva etapa política que se abrió en Venezuela.
«La respuesta que vamos a dar, ante cada agresión de la derecha, será contundente, socialista, bolivariana, democrática, chavista y popular», afirmó Maduro este martes durante su programa televisivo “En contacto con Maduro”.
El presidente obrero de Venezuela realizó la transmisión desde el Cuartel de la Montaña, en el centro de Caracas, sitio donde reposan los restos físicos de Hugo Chávez. No eligió ese lugar solamente para expresar la voluntad de lealtad al legado del líder bolivariano, sino porque en el 8 de diciembre se cumplieron tres años de la última -y recordada- comunicación pública de Chávez. En aquella oportunidad, sus palabras fueron proféticas y hoy cobran mayor actualidad:
«No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria».
Una agenda para reorganizarse
El calibre de la derrota necesariamente impuso un debate al interior del chavismo, de carácter autocrítico, para buscar las razones del triunfo opositor y los caminos para reconstruir una mayoría revolucionaria. Se quiera o no, más allá del carácter legislativo de la elección, el voto popular puso en cuestión el liderazgo bolivariano.
Ante esta situación, los principales dirigentes de la revolución rápidamente salieron a ocupar la escena pública, en un gesto positivo que deja entrever carácter y voluntad de lucha.
El propio domingo, inmediatamente después del anuncio del Consejo Nacional Electoral con los primeros resultados, Maduro realizó una cadena nacional para manifestar su aceptación democrática de los resultados.
Y el lunes, anunció una agenda de debate con los principales actores del proceso. En primer lugar un encuentro con los secretarios generales del conjunto de los partidos políticos integrantes del Gran Polo Patriótico. En segundo lugar, convocó a los casi un millar de delegados del Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para el jueves y viernes de esta semana. Y en tercer lugar a un encuentro de los 12 Consejos Presidenciales del Gobierno Popular -espacios de diálogo directo entre el gobierno y las principales expresiones del poder popular-, donde Maduro se reunirá con campesinos, trabajadores, comuneros, indígenas, mujeres, etcétera.
Tal como dijo Diosdado Cabello, el todavía presidente de la Asamblea Nacional y diputado reelecto, “es hora de profunda revisión, identificar fallas y rectificar, siempre unidos». En ese marco, después de dar las gracias a todos sus ministros y ministras, Maduro les solicitó que pongan su cargo a la orden para hacer un proceso de renovación, rectificación y reimpulso, en función de promover cambios profundos en la estructura de gobierno.
Nueva etapa, crisis política y doble poder
Ante la adversidad, es determinante la capacidad del liderazgo revolucionario para emerger unido -en especial en su carácter cívico-militar- y determinado a enfrentar el avance de la derecha, haciendo las rectificaciones necesarias, y sobre todo atacando las causas de la guerra económica.
La nueva etapa política venezolana todavía está precisándose, mientras terminan de anunciarse los números oficiales de la elección.
Un elemento importante a tener en cuenta para el análisis es la diferencia entre la cantidad de votos totales absolutos -donde aproximadamente la oposición reunió el 56% contra el 41% del chavismo- y la cantidad de representantes en la Asamblea Nacional -donde la oposición alcanza el 65% de las bancas contra el 35% del chavismo, muy probablemente logrando la mayoría calificada-.
Otro es que el año que viene se cumplirá la mitad del mandato del presidente Maduro, momento a partir del cual la Constitución venezolana permite la realización de un referéndum revocatorio, que seguramente será el principal objetivo de la oposición en 2016.
Una tercera cuestión será el carácter de inestabilidad y crisis política que tendrá la nueva etapa, en la medida en que mientras el poder Legislativo esté en manos de la oposición y el poder Ejecutivo en manos del chavismo, serán cotidianos los cruces, contradicciones y enfrentamientos al interior del Estado. Con más razón teniendo en cuenta que este escenario se desarrollará en el marco de una Asamblea a la que la Constitución bolivariana le atribuye más competencias que sólo la potestad legislativa.
En este contexto, el poder popular, las comunas y movimientos sociales tendrán un rol determinante para sostener y empujar el proceso revolucionario junto a la dirección encabezada por Maduro, desde la trinchera de cada barrio popular. La fuerza organizada desde abajo es el sostén principal de la revolución en la nueva etapa y su mayor posibilidad de reconstrucción.
@ulibosia
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