Economía

4 diciembre, 2015

Los precios ya comenzaron la transición

Preparándose para la devaluación prometida por el equipo económico de Mauricio Macri, importantes sectores de la economía registraron una fuerte suba de precios. La respuesta desde la Secretaria de Comercio y la economía según los referentes del PRO.

Las semanas posteriores a las elecciones del 25 de octubre comenzaron a ofrecer un sostenido aumento de precios, en su mayoría referidos a alimentos, con impacto directo en el bolsillo de los asalariados, pero trasladándose también a los insumos utilizados en diferentes sectores de la industria.

Envalentonados primero con las perspectivas, y luego la constatación del triunfo de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales, sectores concentrados de la economía, con carácter de formadores de precios, dieron rienda a aumentos semanales que en las últimas dos semanas fueron de entre el 10% y el 40%.

Ante las expectativas de una futura devaluación asegurada por los economistas que acompañan a Mauricio Macri, los diferentes actores económicos comenzaron a prepararse para la futura estructura de costos.

Así, por ejemplo, la bolsa de harina pasó de costar $140 a ubicarse en los $220, con un aumento futuro -según señalan desde el propio sector- que se ubicará en $240, es decir una suba del 70%. La señal de largada la dieron el propio Macri y su futuro ministro de Agricultura, el ex Sociedad Rural y Confederaciones Rurales Argentinas, Ricardo Buryaile, al sostener que eliminarán las retenciones al trigo, al maíz, al girasol y a la carne, mientras bajarán las de la soja un 5% anual.

Las carnes acompañaron esta suba de precios con alzas de alrededor del 30%. “El kilo de carne de media res está $54 cuando hace un mes era de $42. Y esto se traslada a los cortes. En pollos sucede lo mismo, el aumento fue del 25%. El cajón de 20 kilos se comercializa a $500 cuando hace un mes rondaba entre los $390 y los $410”, describió Alberto Williams, integrante de la Cámara de Propietarios de Carnicerías.

Las subas de precios también llegaron a frutas y verduras como la papa y el zapallo. En este sentido quienes llevaron la delantera fueron los supermercados con un aumento del 25% y el aviso de que en semanas próximas volverán a remarcar los precios.

La respuesta por parte de la Secretaría de Comercio conducida por Augusto Costa fue una sanción de $8,4 millones a los principales supermercados y una intimación a empresas como Unilever, Arcor, Mastellone, Molinos Rio de la Plata y Bimbo.

Esta situación también se hizo presente en los productores y proveedores de insumos industriales. En sectores como el químico y el siderúrgico se comenzó a facturar con un dólar a $16, mientras se retacea el envió de mercadería y se reducen los plazos de cobro de 45 a siete días. Los aumentos van del 10% al 40%.

La movida fue aprovechada dentro del rubro farmacéutico para remarcar con aumentos que llegaron hasta el 30%, muy lejos del 3% acordado con la Secretaria de Comercio. Más de 50 farmacéuticas fueron intimidas a informar sobre estas variaciones de precios, entre ellas se cuentan Casasco, Bagó, Roemmers, Raffo y Pfzer.

Las expectativas ante una futura devaluación y las promesas del levantamiento de las retenciones llevaron a actores poderosos dentro de la cadena productiva a adelantar la transición.

Desde la alianza Cambiemos se afirma que esto es producto de que la devaluación ya ocurrió, y lo que faltaría es un “sinceramiento” de las variables económicas, mientras por otro lado es necesario comenzar a decir la verdad sobre la marcha de la economía.

Así lo afirmó Rogelio Frigerio, futuro ministro del Interior, para quien “en la Argentina ya se devaluó demasiado” y es necesario “decirle la verdad a la gente a partir del 10 de diciembre respecto a la inflación”, mientras repitió que “no se va a devaluar”.

Bajo los mismos conceptos se explayó en sus apariciones públicas el ex JP Morgan y futuro titular del Palacio de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Para el administrador de la fortuna de Amalia Fortabat la devaluación ya habría ocurrido, tal cual señala Frigerio, mientras solo resta una “corrección cambiaria”, eufemismo para referirse a la devaluación, ya que “el precio del dólar es uno y lo que va a suceder es que va a subir el oficial, que no afecta prácticamente a nadie, y van a bajar todos los otros, que afectan a la gran mayoría de la población”. Esta omisión por parte de Prat-Gay oculta que en un país como la Argentina cualquier devaluación provoca una disparada de precios.

La respuesta ante estas declaraciones llegó de parte del actual titular de la cartera de Economía, Axel Kicillof, para quien “una variación brusca del tipo de cambio siempre se ha traducido en la Argentina en un aumento de los precios. Espero que los empresarios actúen con responsabilidad y que no tomen decisiones apresuradas”.

Las ideas del sinceramiento de la economía y la corrección cambiaria son acompañadas por aquel otro discurso de la “pesada herencia recibida”, buscando cubrirse ante cualquier futuro reclamo.

El combo que incluye devaluación, levantamiento de retenciones y suba de tarifas se completa con un llamado al pacto social sugerido tanto por el propio Macri como por los sectores empresarios nucleados en el Foro de Convergencia Empresarial. Una discusión paritaria que busca reflotar aumentos por productividad y el miedo a la pérdida del empleo latente como disciplinador ante reclamos laborales en una economía en contracción, son el bosquejo del escenario ante la transición del 10 de diciembre próximo.

Leandro Navarro – @navarro_lean

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