Batalla de Ideas

24 noviembre, 2015

Algunas razones del arrollador triunfo de Macri en Córdoba

Por Andrés Carbel, desde Córdoba. Al mirar el resultado de las últimas elecciones nacionales nos encontramos con que la Provincia de Córdoba fue determinante en el resultado final, con una diferencia a favor de Cambiemos de más de 900 mil votos. Cuatro claves para entender este resultado.

Por Andrés Carbel, desde Córdoba. Al mirar el resultado de las últimas elecciones nacionales nos encontramos con que la Provincia de Córdoba fue determinante en el resultado final, con una diferencia a favor de Cambiemos de más de 900 mil votos. Mauricio Macri obtuvo el 72,51% de los votos (1.540.018 sufragios), contra el 28,49% de Scioli (613.611). En la capital cordobesa la diferencia fue mayor, llegando el líder del PRO a obtener casi el 75% del total.

De todas maneras, no es una excepción. Cambiemos triunfó en los principales centros urbanos como Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza. Además, buena parte de su apoyo vino de la pampa húmeda con la que el kirchnerismo se enfrentó en el año 2008. Sin embargo en Córdoba esta tendencia se expresó con mayor nitidez. Es preciso indagar en las causas de este resultado.

Vanguardia de la retaguardia

Si a principio de año podíamos analizar un viraje a la derecha del sistema político-institucional nacional, en Córdoba eso significaba un reacomodamiento del escenario local.

La provincia se encuentra gobernada hace ya 16 años por Unión Por Córdoba (UPC), coalición encabezada por el PJ provincial. Esta alianza ha ungido gobernador a De la Sota durante tres períodos y a Schiaretti en dos ocasiones. UPC practicó un ferviente antikirchnerismo desde el peronismo opositor cuestionando por derecha al gobierno nacional.

La segunda fuerza provincial, lejos de ubicarse en un terreno progresista, está encabezada por el radicalismo. Aquí encontramos a representantes como Oscar Aguad, ala derecha del radicalismo con vínculos con la última dictadura militar y posible ministro de Defensa de Cambiemos. A su vez, el intendente de la Ciudad de Córdoba es Ramón Mestre, quien en cuatro años aumentó un 366% el boleto urbano de pasajeros. Estos actores, hace tiempo que venían impulsando un acuerdo con el PRO y encontraban en Mauricio Macri un referente político más adecuado que algunas figuras de su propio partido.

El pueblo cordobés viene eligiendo hace años estos sectores para gestionar su provincia y sus municipios mayoritariamente. En las elecciones provinciales, las fórmulas para la gobernación de Cambiemos y Unión por Córdoba concentraron casi el 70% de los votos. En las primarias nacionales, lo superaron por poco, resultado que se mantuvo en las generales y que fue trasladado íntegramente a Mauricio Macri en el ballotage del domingo.

Vacancia por el flanco izquierdo

Este acaparamiento del espectro electoral, puede y debe ser complementado por la vacancia de un espacio político de centro-izquierda o progresista. Hubo dos experiencias de este tipo en los últimos años: una navegó sin mucho rumbo hasta naufragar, la otra se dirigió sin escrúpulos al candidato amarillo.

El Frente para la Victoria encontró siempre en Córdoba un terreno esquivo. Por ello y por otras causas en ocasiones De la Sota fue un aliado táctico. En 2011 el kirchnerismo no presentó candidato propio a cambio de negociar un apoyo para las elecciones presidenciales del delasotismo. En 2013 sí presentó candidaturas para las elecciones parlamentarias. Con una buena performance, Carolina Scotto resultó electa diputada, pero renunció al poco tiempo evaporando todas las esperanzas depositadas en ella. Finalmente este año fue el primero en que el kirchnerismo enfrentó al delasotismo con un candidato de peso para gobernador de la provincia: Eduardo Accastello.

La otra experiencia de este tipo fue el Frente Cívico de Luis Juez que, a su modo, ocupaba un lugar de oposición progresista en la provincia. Aquí primó el republicanismo opositor y cierto oportunismo por la supervivencia, entregando su apoyo a Cambiemos.

Los votantes cordobeses no encontraron en Córdoba una expresión propia del proyecto kirchnerista que los entusiasmara. En cambio, la mayor experiencia alternativa de la provincia, en medio de su crisis, se encolumnó detrás de Mauricio Macri, dotándolo de mayor apoyo político.

Corazón del periodismo opositor

Esta victoria del PRO a nivel nacional debe mucho al periodismo de los grandes grupos económicos. La demonización del kirchnerismo y la desligitimación de su gobierno han sido fundamentales.

En Córdoba estos medios concentran a la mayor parte de la audiencia de forma contundente. El diario más vendido y tradicional, La Voz del Interior, pertenece al Grupo Clarín. El canal televisivo de mayor audiencia, Canal 12, también. El espectro radiofónico es aún peor. La principal radio es Cadena 3, una AM que combina delasotismo y antikirchnerismo. Tiene entre su staff a Pablo Rossi, columnista estrella de Mariano Grondona. Es una radio con penetración en los sectores populares a lo largo y lo ancho del país con un despliegue único de corresponsales en cada pueblo o localidad del interior.

La instalación de un sentido común antikirchnerista como gobierno corrupto, autoritario y “que mantiene vagos” seguramente influyó en la elección del domingo pasado. Así también, el blindaje mediático otorgado a Mauricio Macri, presentado como renovación política y exitoso gobernante.

La provincia relegada

Finalmente, la provincia ha sido bastante descuidada por el gobierno nacional al tratarse de un distrito opositor. Incluso Scioli en su campaña lo reconoció al proponerle al pueblo cordobés trabajar junto al gobernador electo, dando a entender que esa era una de las cuentas pendientes.

Este “maltrato” se evidenció en dos cuestiones puntuales. La primera es el conflicto por la caja de jubilaciones que implica una retención de fondos previsionales por parte del Estado nacional. La segunda es el conflicto por los acuartelamientos policiales sucedidos en el año 2013. En aquel entonces, el Estado nacional se mantuvo al margen y se puso a disposición de manera tardía. En ambos conflictos, el gobierno provincial logró transferir su cuota de responsabilidad a la nación, haciendo ver los propios fracasos como consecuencia del abandono del gobierno nacional.

Con estos elementos intentamos salir de aquellas fórmulas fáciles que atribuyen un «gorilaje» o sentido común de derecha a los y las cordobesas, como si las ideas no afincaran en realidades políticas, sociales y económicas materiales. A su vez, pretendemos salir de aquellas fórmulas dicotómicas que ponen de un lado al cordobesismo delasotista y el Navarrazo (golpe de Estado llevado a cabo por la policía provincial en el año 1973), y del otro al Cordobazo y la reforma universitaria.

Sin dudas la realidad es más compleja, nuestras herencias contradictorias, nuestro presente ambiguo. Intentar entenderlo nos obliga a reparar en las deudas pendientes de las fuerzas populares y de izquierda con esta provincia, que aún está a la espera de un cambio social profundo, aguardando la construcción de una fuerza política con raigambre popular que se plantee como alternativa de masas.

@andrescarbel

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