Nacionales

27 octubre, 2015

Los barones del conurbano entre el recambio y las derrotas

Las elecciones de domingo 25 de octubre terminaron por configurar un panorama impensado antes de las PASO, la derrota de algunos barones del conurbano que marcaron fuertemente la dinámica política de la provincia.

La elección en la provincia de Buenos Aires se convirtió no solo en el epicentro de la disputa electoral librada este 25 de octubre, algo para nada novedoso, sino que confirmando lo sucedido en las elecciones primarias de agosto, arrojó cuantiosas novedades que es necesario ir desarmando.

Como se había indicado desde este medio tras conocerse los resultados de las PASO, algunos movimientos importantes se venían en el conurbano. Aquellos barones que incluso contaban con décadas de elecciones ganadas en sus espaldas, comenzaban a ver como se desmoronaba ese poder construido a lo largo de los años.

A los ya jubilados por el veredicto electoral de las primarias, Mariano West de Moreno y Raúl Othacehé de Merlo, imposibilitados de participar tras perder en las internas, al igual que Darío Giustozzi de Almirante Brown, es preciso sumar como principales novedades la derrota de Hugo Curto a manos de Diego Valenzuela, de Cambiemos y la de Jesús Cariglino ante Luis Nardini del Frente para la Victoria. Quilmes, con la derrota del Francisco “Barba” Gutiérrez completa el panorama.

Hugo Curto venia de gobernar Tres de Febrero desde el año 1991 de forma ininterrumpida, convirtiendo a dicho municipio en un bastión del peronismo dentro de la primera sección electoral. El rumbo que comenzó a torcerse en las PASO, tras una muy ajustada victoria, se quebró definitivamente este domingo 25, cuando el candidato de Cambiemos lo superó ampliamente, 43% a 30%, con unos 27 mil votos de diferencia.

En Malvinas Argentinas Jesús Cariglino, quien finalmente decidió presentarse bajo el sello UNA conducido por Sergio Massa, había sido derrotado en otra de las muy reñidas elecciones que dejaron las primarias. Las diferencias para estas elecciones generales se ensancharon y Leonardo Nardini se alzó por dos puntos porcentuales, obteniendo el 44% de los sufragios.

Tanto en Moreno como en Merlo los derrotados West y Othacehé deberán entregar el poder a quien los venció en las primarias del Frente para la Victoria. En ambos distritos, Walter Festa (Moreno) y Gustavo Méndez (Merlo) no tuvieron problema para vencer y de esta manera ofrecer un recambio ante dos conocidos barones.

Una de las principales sorpresas la constituyó la derrota del “Barba” Gutiérrez en Quilmes. El ex dirigente de la UOM y vencedor en la primaria ante Daniel Gurzi no pudo recoger los votos de su rival dentro del Frente para la Victoria, quien llegó a denunciar robo de boletas y apriete de fiscales, y perdió de esta manera con el ex cocinero Martiniano Molina, de Cambiemos. En Quilmes Scioli obtuvo más votos que Aníbal Fernández, pero el jefe de gabinete superó a Gutiérrez.

Hurlingham y Morón también registraron cambios a nivel municipal, aunque de diferente color partidario. Mientras Luis Acuña del Frente Renovador no pudo mantener Hurlingham y fue vencido por Juan Zavaleta del Frente para la Victoria, en Morón, Hernán Sabatella (FPV) cayó derrotado ante Ramiro Tagliaferro (Cambiemos), marido de María Eugenia Vidal por 42% a 32%, obteniendo este ultimo, diez puntos más que en las primarias.

Lanús y Pilar también resultaron favorables a la fuerza conducida por Mauricio Macri. En el sur del conurbano Néstor Grindetti, actual ministro de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires, derrotó al camporista Julián Álvarez por una diferencia de 1,5 puntos porcentuales. En Pilar, Humberto Zúccaro, uno de los que volvió del Frente Renovador al kirchnerismo, y debió soportar una dura interna en su distrito, cayó ante Nicolás Ducote de Cambiemos, por un margen de 11 puntos, 46% a 35%, según marca el escrutinio provisorio.

Estas variaciones respecto de las PASO, donde como ya se señaló varios pesos pesados habían tenido que dar un paso al costado por perder la interna, terminan por configurar un nuevo mapa que viene a dar por tierra con algunos supuestos sobre la capacidad de la maquinaria electoral y el tan mentado aparato político del que dispondrían algunos candidatos.

Si bien las novedades no distan de ser más focalizadas que generalizadas, y muchos de los hombres fuertes de la provincia continúan al frente de sus distritos como el caso de Julio Pereyra en Florencio Varela, Alberto Descalzo en Ituzaingó, o el regresado Mario Ishii en José C. Paz, es un indicador que no debe ser menospreciado.

En este sentido el conurbano bonaerense, con sus más de diez millones de habitantes, terminó por desmontar otra máxima repetida y amparada por los distintos desempeños electorales desde el regreso de la democracia: la baja importancia del corte de boleta y la centralidad del candidato a presidente por sobre el candidato a gobernador.

Este elemento no solo salta a la vista en los casi 450 mil votos que Vidal obtuvo de diferencia en relación a Macri y que pavimentaron el triunfo de la actual vicejefa de gobierno por sobre Aníbal Fernández. Triunfo que se construyó principalmente en las grandes ciudades y el interior de la provincia, aunque con un importante papel del área metropolitana.

En gran parte del conurbano, tanto en la primera como en la tercera sección electoral, y en algunas importantes ciudades de la provincia, la performance del candidato a gobernador del Frente para la Victoria estuvo por debajo no solo de lo obtenido por Daniel Scioli, sino también por los propios intendentes de cada municipio, con variaciones que van desde el 10% a un 20% a favor de estos últimos y en detrimento de Fernández. Es decir la boleta se cortó por el medio, algo impensado en los análisis que hasta el domingo circularon.

 

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