Cultura

21 octubre, 2015

El futuro llegó hace un rato

Este 21 de octubre de 2015 es el día global de Volver al futuro. En su segunda aventura temporal, Marty McFly y el Doctor Brown viajaron casi 30 años al futuro para llegar al día de hoy. Paradojas temporales, promesas incumplidas y un futuro que ya es pasado.

Hace algo más de un cuarto de siglo siglo, en diciembre de 1989, salía asombrado del cine con mi viejo después de ver Volver al futuro II. Él estaba bastante enojado porque la película no era autoconclusiva y había que esperar a la inminente tercera parte para saber cómo se resolvían los embrollos temporales causados por Marty McFly. Por mi parte, poco me importaba cómo siguiera la cosa: ya había visitado el siglo XXI. 2015 y los cuarenta años estaba tan lejos que eran casi impensables. En fin.

martyEstá claro que mucha de la imaginería futurista que Robert Zemeckis desplegó en la secuela de la Volver al futuro de 1985 estaba de por sí condenada al desfasaje y a la imprecisión predictiva. Por ejemplo, a pesar de que algunas modas en el vestir se han esforzado, ninguna podrá superar la hipertrofia flúo horripilante estilo de los 80.

Pero eso Zemeckis ya lo sabía y de hecho se resistía a meterse en el siglo XXI por saber que cualquier película que transcurre en el futuro suele ver más temprano que tarde que sus anticipaciones no sólo fallan sino que casi infaliblemente tienden al ridículo. Las viejas películas «futuristas» que han pasado la prueba de las décadas pueden contarse con los dedos de la mano.

Además Zemeckis estaba ocupado. Después del hitazo protagonizado por Michael J. Fox y Christopher Lloyd, al que originalmente no se le imaginó secuela alguna, se había metido a trabajar en la genial ¿Quién engañó a Roger Rabit? (1988). Así, la primera versión de los guiones para la continuación de las aventuras de Marty McFly estuvo a cargo del guionista Bob Gale. Allí la historia de la segunda y tercera parte de la trilogía estaban comprimidas en una, pero luego Zemeckis se dio cuenta que había mucho que contar y decidió hacer dos filmes y rodarlos juntos (Volver al futuro III se estrenó en 1990).

patinetaLuego de reunir a buena parte del elenco original (con la polémica excepción de Crispin Glover, el George McFly original que pidió un millón de dólares y acabó siendo reemplazado por un extra con maquillaje y anteojos de sol) y de trabajar casi dos años preparando escenarios y utilería, finalmente el mítico DeLorean volvió a despegar en uno de los viajes en el tiempo más famosos del séptimo arte.

El escritor y astrofísico Carl Sagan sostuvo en algún momento que la trilogía conforma la mejor serie de películas jamás filmada sobre el viaje temporal, por la agudeza y calidad didáctica con que ilustra la hipótesis de las múltiples líneas de tiempo.

En su viaje al futuro para impedir que McFly Jr. vaya preso, Marty y el Doctor Emmet Brown fijan su destino temporal en el día de la fecha: 21 de octubre de 2015 (a las 4:29 pm, hora de California, para mayor precisión). Estamos en el futuro. En aquél futuro, al menos. A partir de hoy el futuro ha pasado a ser pasado.

deloreanEstá claro que el viaje en el tiempo conforma, junto con el teletransportador y los cinturones antigravitacionales, la trilogía mayor de promesas incumplidas del porvenir. Pero hay muchos otros elementos del futuro que muestra la película que ya deberíamos estar disfrutando en estos días: la patineta levitante, los autos voladores, las zapatillas autoajustables y la ropa autosecante.

Algunas están más lejos que otras. En 2011 Nike saco una edición especial de 1500 pares del modelo MAG imaginado para el filme para contribuir con una campaña de la Parkinson’s Research Foundation (Michael Fox es una de las más famosas víctimas de la enfermedad) y en estos días Pepsi venderá la misma Pepsi Perfect que aparece en la película. La cuenta no cierra, el futuro aún nos debe muchísimo.

Más allá de nuestra decepción por las promesas incumplidas, Volver al futuro sí puede anotarse varios logros predictivos, aunque tal vez no tan espectaculares: los anteojos inteligentes y de realidad virtual, las pantallas planas y las videollamadas habituales, las tablets y los lectores de huella digital como dispositivo de validación. Pero todo es un embole sin la patineta voladora. Es cierto que lo del robot que saca a pasear al perro ya está increíblemente cercano. Aunque no creo que podamos considerar como una buena el desarrollo preocupantes de estos parientes de Skynet.

jawsAdemás de las secuelas derivadas de la trilogía original (series animadas, videojuegos, cientos de ideas publicitarias y cinematográficas «inspiradas en»), también hay miles de sitios web en los que encontrar análisis acerca de cada noticia, cada objeto y cada referencia utilizados en la película. Que en la cartelera de Tiburón 19 el que figura como director es Max Spielberg (el hijo de Steven, productor del film, nacido ese año), que hay un Roger Rabit en una vidriera, que en 2015 presidía los EEUU una mujer, etcétera, etcétera.

En Volver al futuro 2 Robert Zemeckis utilizó todos los trucos conocidos hasta el momento en cuanto a efectos y algunos más, aunque sin abusar de los efectos generados por computadora (que se venían utilizando desde el principio de la década). Es público que la considera como su película favorita. Y tiene motivos.

volverPor eso también se planta firme contra la imparable tendencia hollywoodense a las remakes y dice que no sólo no permitirá una nueva versión mientras viva sino que además buscará mecanismos legales para que no puedan hacerla ni después de su muerte. En alguna entrevista afirmó que la misma idea es “indignante”: “Especialmente porque es una buena película. Es como decir ‘hagamos una remake de El ciudadano. ¿Quién va a hacer de Kane?’ ¿Qué locura es esa?”. Está bien, en la comparación con la obra maestra de Welles exagera, pero la verdad es que Volver al futuro ya es un clásico indiscutible.

En muchos aspectos estamos viviendo en un mundo de magia inimaginable hace 30 años (sólo diremos: internet), en otros los sueños más espaciales con los que se asociaba al siglo XXI siguen notoriamente verdes. Sin embargo, más allá de las promesas incumplidas de rayos, autos voladores y mochilas cohete, las maravillas realmente existentes no son para todo el mundo. Hoy buena parte de la humanidad sigue viviendo como hace siglos atrás.

“El futuro ya llegó, sólo que está distribuido inequitativamente”, supo decir William Gibson, uno que sabe lo que dice cuando habla de los tiempos por venir (su gran novela futurista Neuromante, de 1984, no ha envejecido ni un día).

Pedro Perucca – @PedroP71

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