Batalla de Ideas

5 octubre, 2015

Crisis edilicia en la Facultad de Humanidades de la UNR

Por Juan Manuel Teres, desde Rosario. Las graves heridas sufridas por una estudiante tras la caída de un vidrio del edificio nuevo de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) desató la movilización de un masivo movimiento docente estudiantil. El cuestionamiento a las autoridades y a su política edilicia están en el centro del debate.

Por Juan Manuel Teres, desde Rosario*. Las graves heridas sufridas por una estudiante de Viedma tras la caída de un vidrio desde el sexto piso del edificio nuevo de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) -ubicado en calle Corrientes- desató la movilización de un masivo movimiento docente estudiantil. El cuestionamiento a las autoridades y a su política edilicia están en el centro del debate.

Hoy los reclamos de la comunidad educativa movilizada son claros: renuncia de los responsables políticos de lo que podría haber sido una tragedia, el decano de la Facultad, José Goyti, y el secretario de Política Edilicia de la UNR, Juan José Perseo; y supervisión del nuevo edificio por parte de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo.

Los métodos de lucha, también: asambleas interclaustros, movilizaciones a rectorado y vigilias sostenidas en el edificio de calle Entre Ríos de la Facultad de Humanidades, vienen mostrando a un movimiento docente estudiantil democrático cuya estrategia se basa en una amplia unidad que permita avanzar en las reivindicaciones históricas de condiciones dignas de trabajo y de cursado.

Sin embargo, las autoridades de la facultad y la universidad, principales responsables de
una política que juega con la integridad física de la comunidad educativa, siguen dando la espalda al movimiento docente-estudiantil que está en pie de lucha.

El sábado 3 de octubre, en una reunión entre el actual rector Héctor Floriani y la conducción de COAD (el gremio que nuclea a los docentes), a la cual esta última llevó un pliego de reivindicaciones elaborado junto a los estudiantes, se logró que la máxima autoridad de la UNR se comprometa a levantar la suspensión de clases para este lunes, a clausurar el edificio nuevo hasta tanto el mismo esté en condiciones de ser utilizado y a garantizar el cursado digno transitoriamente en algunas de las dependencias que tiene la Universidad.

Estos avances fueron desestimados por el decano, José Goyti, quien un día después anunció la suspensión de clases para los días lunes y martes, buscando así deslegitimar el proceso de organización y negándole a los estudiantes estudiar y a los docentes trabajar.

La estrategia de las Autoridades y los “malos conocidos”

Dictar la suspensión de clases en lo que se conoce como “el viejo” edificio de calle Entre Ríos, distinto del “nuevo” de calle Corrientes que es en torno al cual se desarrolla el conflicto, no es una medida inocente. José Goyti intenta de esta forma llevar adelante la vieja estrategia de dividir para reinar, buscando responsabilizar a quienes luchamos de que no haya clases y de enfrentarnos al resto de los estudiantes.

Utilizando el poder mediático de que disponen quienes utilizan los recursos de la Universidad para sostener su aparato político, Goyti, una de las puntas de lanza de la Alianza Radical Kirchnerista gobernante en la UNR, se lanzó así a una campaña que no ahorró en disparates, como culpar a un “operario” por “los accidentes”, sostener como una elección correcta suspender unilateralmente una instancia de diálogo como el Consejo Directivo -máximo órgano de co-gobierno de la Facultad- y declarar que “el edificio nuevo no reporta ningún problema” (esta última afirmación hecha a pesar de que es de público conocimiento el informe del ingeniero Marcelo Hugo Ibañez, quien hace más de 20 días certificó que el edificio no era seguro).

En su accionar, las autoridades tienen otra herramienta, fundamental a la hora de instalar confusiones hacia dentro del movimiento: la Franja Morada (Plural 3), brazo estudiantil de la UCR, quienes vienen jugando un rol altamente regresivo en el conflicto, buscando deslegitimar a los que luchan e intentando desviar la discusión y sacar del foco de las responsabilidades al decano.

Un dato fundamental es que la trama de desidia desemboca, una vez más, también en Juan José Perseo, secretario de Política Edilicia de la UNR, quien hasta hoy se mantiene en las sombras sin realizar declaraciones.

Este personaje, viejo malo conocido en la UNR, tiene un historial complejo, donde las políticas que llevan a la precariedad edilicia y que ponen en riesgo la salud de cientos de estudiantes y docentes lo tienen como protagonista: el derrumbe de un techo en la Facultad de Psicología (y la posterior denuncia penal a quienes protagonizaban las movilizaciones estudiantiles), las pésimas condiciones en que se encuentra el edificio de la Escuela Pre-Universitaria Politécnico y la caída de un ventanal en la Facultad de Ciencia Política, son el resultado de una sistemática negligencia y de la completa cerrazón al diálogo, donde a la mala planificación se suman las sospechas de negociados con las empresas licitadas para las construcciones.

¿Cómo sigue el conflicto?

La principal certeza que existe es que con las respuestas necias y mezquinas por parte de las autoridades, el activo movimiento docente-estudiantil seguirá en pié de lucha.

Sin la reanudación de las clases, docentes y estudiantes convocan a toda la comunidad universitaria a participar de una masiva asamblea interclaustro en la Facultad de Humanidades, para discutir y acordar cómo continuar con el plan de lucha, el lunes 5 de octubre por la tarde.

Está claro que el camino es largo, pero también que la forma que se vienen dando estudiantes y docentes para transitarlo es el correcto. Quedan todavía por delante los mayores desafíos: profundizar la lucha por la renuncia de José Goyti y Juan José Perseo, dando el debate de que quienes no protegen nuestra integridad física no pueden seguir al frente de sus cargos; avanzar en la investigación de la licitación concedida a la empresa encargada de construir el nuevo edificio; y dar finalización a la obra y asegurar las condiciones de cursado y trabajo digno en el espacio hoy clausurado.

* Consejero Superior UNR, agrupación Santiago Pampillón – El Grito

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