2 octubre, 2015
Terminaron de declarar los testigos por el femicidio de Paola Acosta
El 23 de septiembre comenzó el juicio por el femicidio de Paola Acosta. El caso se suma a los múltiples femicidios sucedidos en Córdoba durante el 2014. A más de un año de su asesinato, hoy la Justicia podría sentenciar a Gonzalo Lizarralde, su ex-pareja, a cadena perpetua.

El 23 de septiembre comenzó el juicio por el femicidio de Paola Acosta. El caso se suma a los múltiples femicidios sucedidos en Córdoba durante el 2014. A más de un año de su asesinato, la Justicia podría sentenciar a Gonzalo Lizarralde, su ex pareja, a cadena perpetua.
Paola tenía 36 años cuando desapareció el 17 de Septiembre de 2014 junto a su hija Martina de un año y nueves meses. Ese día, salió de su departamento de barrio San Martín de la ciudad de Córdoba para encontrarse con Gonzalo Lizarralde, el padre biológico de Martina, luego de que un ADN lo ratificara ante la justicia y obligara a Lizarralde a hacerse cargo de la cuota alimentaria de 1.400 pesos mensuales.
La mañana del 21 de septiembre, Paola fue hallada sin vida en una alcantarilla de barrio Alberdi junto a Martina. Días después se confirmó que había muerto la misma noche de la desaparición, tras recibir cuatro puñaladas. La pequeña, también herida en el pecho, sobrevivió tras pasar 80 horas junto al cuerpo de su madre. El hecho fue inmediatamente conocido en la provincia y la noticia se extendió por todo el país: otro femicidio en la provincia de Córdoba, el onceavo en ese año.
La lucha de su familia
Gracias al reclamo de sus familiares, el caso de Paola fue adquiriendo impacto a través de los medios locales: “¿Dónde está Paola?” fue uno de los principales interrogantes durante el fin de semana que duró su búsqueda y la de su hija. Ese mismo sábado, Lizarralde había sido detenido por presión de la familia ante la policía que se negaba a investigar. Maru Acosta, hermana de Paola, recordó meses después lo que la policía le dijo al ir a realizar la denuncia: “Tu hermana ya es grande, seguro que se fue y vuelve en unos días”.
Fueron innumerables las denuncias y movilizaciones convocadas por la familia de Paola, acciones que posibilitaron finalmente la restitución de la causa al fiscal Miguel Oyhanarte por las demoras en la investigación y su insistencia en que se trataba de una desaparición por voluntad propia.
A Paola la encontró muerta un vecino de la zona de Alto Alberdi. Un año después, la Justicia confirmó ante la familia y las organizaciones sociales la elevación a juicio por femicidio. La fiscal Eve Flores, imputó finalmente a Lizarralde como autor de homicidio doblemente agravado por violencia de género y por alevosía. La misma imputación le correspondió, pero en grado de tentativa, para el intento de asesinato de Martina de sólo dos años de edad.
El juicio
El miércoles 23 de septiembre se inició finalmente el juicio, con Gonzalo Lizarralde como único imputado. Este jueves, cuando se llevó a cabo la quinta jornada de declaraciones, múltiples testigos dieron testimonio claro que lo comprometen con el asesinato.
Los y las familiares de Paola exigieron desde un comienzo prisión perpetua por homicidio agravado por el vínculo, lo que permite aplicar la figura de femicidio. El viernes pasado, el fiscal de Cámara Diego Albornoz advirtió la posibilidad del cambio de carátula al exponer que la figura del femicidio “hay que verlo bien” ya que podrían existir puntos de la carátula legal que no se correspondan con la actualmente vigente.
Según el fiscal, y haciendo alusión a la declaración de uno de los testigos de la tercera jornada, Luciano Bustamante, la relación entre Paola y Gonzalo no habría consistido de más de dos o tres encuentros, atendiendo a la posibilidad de rever la carátula de la acusación y poniendo en duda el femicidio. Maru Acosta, en posteriores declaraciones, advirtió: “Es muy irresponsable lo que viene diciendo el fiscal, no hay ninguna ley de indique que tenga que haber una relación de pareja para que exista violencia de género».
Es importante aclarar que “femicidio” es entendido, en términos legales, como “agravante” de la figura de homicidio del artículo 80. Como carátula legal, se utiliza ante casos de violencia de género hacia mujeres o identidades que se autoperciban como mujeres. El femicidio constituye por lo tanto, la expresión más brutal de violencia de género realizada por cónyuges, ex-cónyuges, o bien toda relación donde exista o haya existido un vínculo de pareja.
Aunque finalmente fue descartada esta posibilidad, familiares y organizaciones siguieron en alerta el desenvolvimiento del juicio por ese motivo.
La lectura realizada por el fiscal Albornoz sólo contempla, dentro de la carátula de “femicidio”, los crímenes cometidos por parejas o ex-parejas, invisibilizando las múltiples violencias a las que se encuentra expuesta una mujer, y en las que también se enmarcan la violencia psicológica, económica, de desigualdad de clases, entre otras. Entendiéndose como la expresión más brutal de violencia hacia la mujer, el femicidio no es sólo una carátula legal, sino que también es una expresión política que desnaturaliza la violencia hacia las mujeres.
Durante la jornada del jueves también se inspeccionó la camioneta que trasladó a la joven previamente a ser encontrada, pruebas que complican aún más al acusado y que permitirán el avance del caso.
Con la fase de testigos concluida, el próximo miércoles se retomará el juicio para los alegatos y, en caso de encontrar al acusado culpable, la sentencia en la Cámara 11 del Crimen en Tribunales II
Romina Guevara y Agustina Juarez Marcos, desde Córdoba
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