El Mundo

1 octubre, 2015

Finalizó el II Encuentro Latinoamericano Progresista en Ecuador

Bajo el eje “democracias en revolución”, intelectuales, militantes y dirigentes políticos discutieron durante tres días sobre la actualidad y futuro de la región. La conferencia de Álvaro García Linera, el discurso del presidente Rafael Correa y la videoconferencia de Julian Assange fueron los momentos destacados del encuentro

Bajo el eje “democracias en revolución”, intelectuales, militantes y dirigentes políticos discutieron durante tres días sobre la actualidad y futuro de la región. La conferencia de Álvaro García Linera, el discurso del presidente Rafael Correa y la videoconferencia de Julian Assange fueron los momentos destacados del encuentro.

Delegaciones de 23 países se hicieron presentes en Quito desde el lunes 28, para la segunda edición del Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP) que recorrió, mediante paneles y conferencias, distintos ejes de la coyuntura latinoamericana y mundial y las perspectivas para la región.

El cierre estuvo a cargo del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que sostuvo que la pobreza socioeconómica, en una región con 178 millones de pobres –la más inequitativa del mundo- solo se cambiará desde el poder, reformando las estructuras injustas “que siempre han acompañado a nuestra América”.

“Mucho se ha conseguido en estos años porque hay una izquierda que se animó a tomar el poder y dejar de lado las conversaciones de café sobre la revolución inmaculada”, planteó el mandatario, luego de su paso por la Asamblea General de Naciones Unidas al comienzo de la semana.

Correa consideró que los ataques contra su gobierno por parte de una supuesta izquierda tradicional se deben en parte a la vanidad, “porque no son ellos los que hicieron las transformaciones que siempre aspiraron” y porque quieren mantenerse “impolutos”. Desde ese lugar, convocó a arriesgarse a “cruzar el pantano”. “Si cruzamos un pantano no podemos salir inmaculados. A arriesgarnos a tomar el poder, un poder en manos buenas, un poder en manos sanas, un poder en función del bien común”, afirmó.

“Nos quieren hacer creer que la política democrática es la política del consenso. Cabría preguntarse si hubiese sido posible consensuar en las dictaduras entre represores y reprimidos, o entre esclavistas y esclavos en la época de la esclavitud”, planteó Correa y agregó que la democracia del consenso es un posición profundamente conservadora que niega el pluralismo y el antagonismo, clave de cualquier política democrática.

El presidente ecuatoriano afirmó también que la política de la revolución ciudadana «no es ambigua ni amorfa, no puede colocarse en el centro ni en una falsa izquierda queriendo contentar a todo el mundo, que niega la necesidad de las diferencias, que rechaza la importancia de conformar identidades políticas claramente ubicadas en el espectro ideológico”.  

Por su parte, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera desarrolló en su ponencia del martes debates sobre el carácter del Estado y la participación popular en la democracia, discutiendo tanto con las posiciones de la izquierda tradicional como con el autonomismo.

“No puede haber izquierda revolucionaria que no opte por la toma del poder, es un falso debate”, planteó, “pero una izquierda revolucionaria entendiendo que el Estado, si bien, es comunidad, es también ilusoria, es también monopolio, no puede contentarse con la toma del poder”. Según el sociólogo, “está obligada a transformar ese poder, democratizarlo y construir poder social que democratice el poder mismo”.

En el mismo sentido planteó que “la democracia que estamos reinventado en América Latina es una democracia plebeya, de la calle, del parlamento, de acción colectiva, de participación y la movilización del pueblo”. También dejó en claro que los procesos revolucionarios de la región no son estáticos, sino se encuentran en constante movimiento, porque pertenecen “a un pueblo y a un continente de lucha”.

Otro conferencista que llamó la atención del público el martes fue el jefe del departamento de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Balaguer. Este se refirió al proceso de restablecimiento de los vínculos diplomáticos entre La Habana y Washington, denunció el bloqueo estadounidense a la isla caribeña y llamó a reforzar la integración latinoamericana.

En videoconferencia desde la embajada ecuatoriana en Londres, el australiano fundador de Wikileaks, Julian Assange, también participó, desde su asilo político, del encuentro. En su intervención señaló el “riesgo” de conectar a la humanidad a “una sola cultura” gracias a la tecnología.

“Nunca ha habido un momento en toda la historia de la civilización humana donde un mismo tema está pasando a todas las estructuras humanas al mismo tiempo en todas partes. Por ende, si algo falla en internet va mal para toda la humanidad”, advirtió.

Assange también subrayó la necesidad de crear plataformas en Latinoamérica que remplacen a redes sociales como Facebook o Twitter, “donde existe un total control de las agencias de inteligencia norteamericana”.

Para Alianza País, el partido de gobierno en Ecuador, uno de los objetivos del ELAP era analizar la correlación de fuerzas en la región y los principales problemas que atraviesa, en un contexto en que “la derecha intenta recuperar el poder en Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros países latinoamericanos gobernados actualmente por líderes progresistas”.

En el Encuentro participaron durante tres días representantes de 67 movimientos y partidos de izquierda y progresistas .

 

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