América Latina

21 septiembre, 2015

El Papa en la Plaza de la Revolución

El Papa Francisco celebró este domingo una misa campal en la Plaza de la Revolución de La Habana y mantuvo reuniones tanto con el presidente de Cuba, Raúl Castro, como con el líder histórico de la revolución cubana, Fidel. Se convirtió así en el tercer papa consecutivo que visita la isla.

El Papa Francisco celebró este domingo una misa campal en la Plaza de la Revolución de La Habana y mantuvo reuniones tanto con el presidente de Cuba, Raúl Castro, como con el líder histórico de la revolución cubana, Fidel. Se convirtió así en el tercer papa consecutivo que visita la isla.

Francisco llegó el sábado a Cuba y permanecerá hasta el martes visitando, además de la capital, las ciudades de Holguín y Santiago. Luego partirá a Washington para continuar su gira.

Este domingo por la mañana el sumo pontífice brindó una misa en la Plaza de la Revolución donde se encuentra el memorial al prócer cubano José Martí, frente al cual se erigen las fachadas de dos ministerios con la imagen del Che Guevara y Camilo Cienfuegos. El escenario se ubicó en el medio de estas figuras.

Cuba Papa Francisco Plaza Revolucion
Crédito: Ismael Francisco

En la ceremonia religiosa, estuvieron presentes los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Argentina, Cristina Fernández, así como varios miembros del gobierno cubano, personalidades y representantes de numerosas confesiones.

Con un discurso relativamente breve, el Papa dio un mensaje como siempre cargado de simbolismo pero menos impactante que aquel planteado en Bolivia en el marco del encuentro de movimientos populares.

A partir de una conversación de Jesús con sus discípulos relatada en el Evangelio, Francisco centró su discurso en la importancia de servir al prójimo.

«Lejos de todo tipo de elitismo, el horizonte de Jesús no es para unos pocos privilegiados capaces de llegar al «conocimiento deseado» o a distintos niveles de espiritualidad. El horizonte de Jesús, siempre es una oferta para la vida cotidiana también aquí en «nuestra isla»; una oferta que siempre hace que el día a día tenga cierto sabor a eternidad», apuntó el obispo de Roma.

De esta forma se preguntó entonces «¿Quién es el más importante? Jesús es simple en su respuesta: «Quien quiera ser el primero, importante, que sea el último de todos y el servidor de todos». Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no que se sirva de los demás».

No obstante Francisco aclaró: «Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo. Son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los que Jesús propone mirar e invita concretamente a amar. Amor que se plasma en acciones y decisiones».

Asimismo advirtió a los miles de fieles reunidos en la histórica plaza, donde tantas veces ha hablado Fidel Castro a su pueblo, que «hay un «servicio» que sirve; pero debemos cuidarnos del otro servicio, de la tentación del «servicio» que «se» sirve de los otros». «Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas», añadió el Papa.

Finalmente caracterizó al pueblo cubano como «un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas. Es un pueblo que camina, que canta y alaba. Es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza. Así la sembraron sus próceres».

Por eso invitó a cuidar «esa vocación, a que cuiden estos dones que Dios les ha regalado, pero especialmente quiero invitarlos a que cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidad de sus hermanos». «Porque queridos hermanos y hermanos: «Quien no vive para servir, no sirve para vivir»», concluyó.

Durante su alocución también sostuvo que «no puede haber otro fracaso» en lo que denominó el «camino de paz y reconciliación» en Colombia. Allí mostró su apoyo a «todos los esfuerzos que se están haciendo, incluso en esta bella isla, para una definitiva reconciliación», en alusión a las conversaciones de paz en La Habana entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

«Me siento en el deber de dirigir mi pensamiento a la querida tierra de Colombia consciente de este momento en sus hijo s con esfuerzo renovados y movidos por la esperanza buscan construir una sociedad de paz», dijo.

El encuentro con Fidel y Raúl

Una vez finalizada la misa Francisco se dirigió a la residencia del líder histórico de la revolución, Fidel Castro, quién lo recibió junto a su esposa, hijos y nietos.

Según la información oficial difundida por El Vaticano el sumo pontífice llevó como regalo seis libros sobre diferentes temas referidos a la religión, mientras que Fidel le obsequió el libro en el cual el cura dominico brasilero, Frei Betto, lo entrevistó sobre la cuestión religiosa: Fidel y la religión.

Cuba Papa Francisco Fidel
Crédito: Alex Castro

En un encuentro que duró unos 40 minutos los temas abordados por los dos líderes giraron en torno a la situación internacional y los problemas ambientales.

Posteriormente se juntó en privado con el actual presidente de Cuba, Raúl Castro. Tras casi una hora de reunión, en la que el Papa recibió como regalo una gran cruz de madera y un cuadro de parte del presidente cubano, no se realizaron declaraciones a la prensa.

En el saludo oficial previo a la reunión, estuvieron presentes el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin; el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel; el canciller de la isla, Bruno Rodríguez; y el presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo.

También asistieron representantes de la jerarquía católica de la isla, como el cardenal y arzobispo de La Habana, Jaime Ortega; y el arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García, que es el presidente de la Conferencia de Obispos de Cuba.

El Papa con los jóvenes

Tras un breve paso por la Catedral de La Habana, donde realizó una plegaria, y un breve paso por una iglesia jesuita (orden a la que pertenece Francisco) de La Habana, el líder de la Iglesia Católica mantuvo una conversación con jóvenes en la entrada del Centro Cultural Félix Varela.

“La amistad social es buscar el bien común, la enemistad social destruye. Una familia se destruye por la enemistad, un país se destruye por la enemistad, el mundo se destruye por la enemistad y la enemistad más grande es la guerra y hoy día vemos que el mundo se está destruyendo por la guerra”, resaltó su santidad.

Asimismo invitó a los jóvenes a no perder la capacidad de soñar porque “en la objetividad de la vida tiene que entrar la capacidad de soñar y un joven que no es capaz de soñar está clausurado de sí mismo». «Buscá horizontes, soñá, que el mundo con vos puede ser distinto, soñá que si vos ponés lo mejor de vos vas a ayudar a que ese mundo sea distinto no se olviden sueñen”, agregó.

Finalmente llamó a practicar la cultura del encuentro. “No nos desencontremos de nosotros mismos, vayamos acompañados, encontrados, aunque pensemos distinto, aunque sintamos distinto. Hay algo que es superior, la grandeza de nuestro pueblo, de nuestra patria, esa dulce esperanza de la patria”, dijo.

Foto: Alessandra Tarantino

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