18 septiembre, 2015
¿Qué esperar de la gira de Francisco por Cuba y Estados Unidos?
Este sábado el papa Francisco llegará a Cuba y luego partirá hacia Estados Unidos. Al igual que con su gira por América Latina de julio, expectativas y dudas se cruzan en la previa a su arribo.

Este sábado el papa Francisco llegará a Cuba y luego partirá hacia Estados Unidos. Al igual que con su gira por América Latina de julio, expectativas y dudas se cruzan en la previa a su arribo.
El Vaticano y Cuba mantienen relaciones diplomáticas desde el 7 de junio de 1935, hace 80 años, y la isla fue uno de los primeros países en la región en tener vínculos con la Santa Sede. Así también, se trata del único país del mundo en recibir visitas de los tres últimos papas: Juan Pablo II en 1998, Benedicto XVI en 2012 y ahora, Francisco. A su vez, tanto Fidel Castro como Raúl se hicieron presentes en Roma, el primero en 1996 y el segundo en mayo de este año.
Cuba y la religión
De acuerdo a la Constitución cubana, “el Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa. En la República de Cuba, las instituciones religiosas están separadas del Estado. Las distintas creencias y religiones gozan de igual consideración”.
“El Estado, que reconoce, respeta y garantiza la libertad de conciencia y de religión, reconoce, respeta y garantiza a la vez la libertad de cada ciudadano de cambiar de creencias religiosas o no tener ninguna, y a profesar, dentro del respeto a la ley, el culto religioso de su preferencia. La ley regula las relaciones del Estado con las instituciones religiosas”, indica además el artículo 55 de la Carta Magna.
Como bien se puede observar en la entrevista de 1985 que Frei Betto le realizó a Fidel Castro, la relación entre la revolución y la religión tuvo distintas etapas. En un comienzo el movimiento rechazó a la Iglesia Católica como institución ya que sus líderes se proclamaba en contra de la revolución y la participación de miembros de la iglesia estaba vetada en el Partido Comunista Cubano (PCC).
Pero nunca renegó de la religiosidad del pueblo y, años más tarde, Fidel le decía a Frei Betto: “La esperanza es que se resuelvan de una manera racional los problemas propios de la Iglesia, que la Iglesia comprenda los serios y dramáticos problemas actuales de nuestros países y les preste apoyo”. En 1991, con el desarrollo del IV Congreso del Partido, esa prohibición a los católicos de ser parte del PCC fue eliminada.
Fidel también planteaba, en 1985 y hablando desde el continente con mayor cantidad de católicos del mundo: “Es lógico que una teoría y una posición religiosa que vaya al reencuentro con lo mejor de la historia del cristianismo esté en absoluta contradicción con los intereses del imperialismo”.
Una gira cargada de coyuntura
“Quiero estar entre ustedes como misionero de la misericordia”, dijo Francisco en su mensaje a los cubanos emitido por el Servicio Informativo de la isla el jueves por la noche. Las expectativas por su llegada van de la mano con el rol que asumió el Papa de mediación entre Cuba y Estados Unidos. Además, el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, planteó que confían en que la restauración de las relaciones diplomáticas entre ambos países y este viaje se traduzcan en el fin del bloqueo comercial, económico y financiero que sufre la isla por parte de Washington desde hace casi 55 años.
Respecto a Cuba, el cardenal anticipó que su deseo es que esta nueva etapa de relaciones entre EEUU y la isla gobernada por Raúl Castro también tenga impacto en “una mayor apertura desde el punto de vista de la libertad y de los derechos humanos”, en consonancia con las habituales y constantes críticas del establishment mundial.
Parolin, en la misma entrevista con la TV vaticana, admitió que en Estados Unidos se recibe al Papa con fuertes críticas por su discurso económico y ambiental. Y adelantó que la inmigración será “uno de los temas más importantes de su visita”.
El debate migratorio pocas veces estuvo más en agenda internacional que en este 2015. Entre la crisis humanitaria que se vive por las grandes oleadas de inmigrantes de Siria, Medio Oriente y África hacia Europa –desplazados de sus lugares de origen por guerras civiles promovidas desde los países centrales– hasta la propia situación estadounidense. El por ahora principal candidato a la presidencia del país del Tío Sam, el multimillonario republicano Donald Trump, ha hecho el centro de su campaña un planteo racista contra los inmigrantes que ha generado un gran rechazo en la población, sobre todo en quienes son de origen latino.
Francisco intentará recuperar la memoria hispana y católica de los Estados Unidos, en particular de su costa oeste, al proclamar santo a Fray Junípero Serra, un misionero franciscano de California (otrora parte de México). Más de la mitad de los latinos estadounidenses son católicos y representan el 40% de los 51 millones de católicos que viven en el país americano.
La revista Rolling Stone dice que el discurso papal está “a la izquierda no solo de los republicanos sino también de la mayoría de los demócratas”. Destacan, sobre todo, lo expresado en la gira por América Latina de julio contra la pobreza y su encíclica Laudato Si, sobre el deterioro ambiental global y la explotación irracional de recursos naturales.
En la visita al Congreso estadounidense que tendrá lugar el 24 de septiembre, los sindicatos esperan que sea muy crítico con la situación actual de los trabajadores en el país del norte, sobre todo en lo relacionado con el sistema de salud. Richard Trumka, líder de una federación que representa a más de 12 millones de trabajadores de 56 gremios, opinó que “para el movimiento obrero, las lecciones de solidaridad e inclusión del papa Francisco son exactamente lo que necesitamos”.
Mientras en Estados Unidos se debate la inmigración, la violencia racial, exenciones de impuestos a los sectores más ricos, Francisco -como ya hizo en julio- no sólo hablará para las cúpulas religiosas locales y el poder político, sino que se reunirá con inmigrantes en Harlem, visitará una prisión en Filadelfia y participará de un encuentro multirreligioso en el Ground Zero de Nueva York, además de la masiva ceremonia religiosa que oficiará en el mítico estadio Madison Square Garden.
Francisco aprovechará gira para reunirse con mandatarios de otros países también. Verá a Cristina Fernández en La Habana y a Vladimir Putin en Nueva York, por ejemplo.
Un especial publicado por el New York Times, uno de los diarios más influyentes del país del norte, se pregunta en su título, ¿Cuán radical es el Papa? Seguramente sean muchos -en la Cuba socialista, pero sobre todo en Estados Unidos- que también lo hagan.
¿Veremos al Francisco que habló en Bolivia replicar sus palabras dentro del Capitolio? ¿Criticará la no ratificación yanqui del Protocolo de Kyoto sobre cambio climático? ¿Felicitará a Cuba por tener los mejores índices sociales del continente o llamará al pueblo, como opinaba cuando era sólo Jorge Bergoglio, a “sustituir regímenes corrompidos, dictatoriales o autoritarios por otros democráticos y participativos”?
¿Llamará a los trabajadores y desposeídos a la organización y lucha por Tierra, Techo y Trabajo desde el corazón del imperio, al hablar en las Naciones Unidas?
En la próxima semana habrá algunas respuestas a estas inquietudes y, seguramente, nuevas preguntas.
Julia de Titto – @julitadt
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