América Latina

8 septiembre, 2015

Ayotzinapa: surge una nueva línea de investigación

El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) elaboró recientemente un informe que fue entregado al gobierno federal de México donde desmiente gran parte del planteo elaborado por la Procuraduría General de la República respecto al destino de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre de 2014. Además plantea una nueva hipótesis para la investigación.

El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) elaboró recientemente un informe que fue entregado al gobierno federal de México donde desmiente gran parte del planteo elaborado por la Procuraduría General de la República respecto al destino de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre de 2014. Además plantea una nueva hipótesis para la investigación.

La supuesta incineración de los cuerpos de las víctimas en un basurero por parte del grupo narco Guerreros Unidos es uno de los cuestionamientos más fuertes del GIEI al planteo oficial. Mientras que el gobierno asegura que los estudiantes fueron llevados por sicarios de los narcotraficantes a un vertedero donde, presuntamente, los asesinaron y quemaron vivos, el GIEI dice que no hay evidencias de esto.

El informe sostiene que «ese evento tal y como ha sido descrito no pasó». Para poder quemar a 43 cuerpos, explica el estudio, debieron usarse al menos 30 toneladas de madera y el fuego tendría que haber ardido por 60 horas, y no las 12 horas que había dicho la Procuraduría, en base a confesiones de los inculpados. Otro indicio que desmiente la posible incineración de los normalistas es que no se reportaron testimonios de los residentes de las localidades cercanas al basurero. Ante una quema de tantos cuerpos, las llamas debían alcanzar una altura de siete metros y el humo unos 300 metros más, lo que hubiera llamado la atención de toda la comunidad y hasta de los medios de comunicación.

Por otra parte el planteo del GIEI pone en discusión los motivos que llevaron a que el hecho suceda. La versión más difundida hasta el momento hacía referencia a que, debido a que los estudiantes se trasladaban hacia la ciudad de Iguala a realizar una manifestación contra el alcalde, fueron interceptados por la policía y luego quedaron a merced de los nacotraficantes que serían los responsables de su desaparición.

No obstante la hipótesis principal de este nuevo informe es que «la reacción extremadamente violenta y el carácter masivo del ataque» contra los jóvenes estudiantes está vinculada al negocio de la heroína. En Iguala opera una red de tráfico de esta droga hacia Estados Unidos, que mueve sus cargamentos en colectivos comerciales. El informe arribó a esta teoría mediante la recolección de evidencias obtenidas en investigaciones judiciales en Estados Unidos sobre la utilización de autobuses de transporte público para trasladar pasta de heroína desde Iguala al mercado estadounidense.

Aquel 26 de septiembre los normalistas se subieron sin permiso a varias unidades de transporte. Esta nueva línea de investigación plantea entonces que la intención era impedir que los autobuses abandonaran la ciudad, debido a que estos servían como mula para el tráfico de la heroína. Por eso para los cuerpos de policía que participaron en el ataque habría habido una motivación «con un objetivo de alto nivel que justificaba cualquier violencia, aunque fuera indiscriminada, evidente y con urgencia», añade el documento.

«El nivel de intervención de diferentes policías y escenarios (…) da cuenta de la coordinación y mando existente para llevar a cabo dicha acción. La necesidad operativa de coordinación entre fuerzas de dos cuerpos policiales municipales diferentes (…) que intervinieron esa noche señalan la necesidad de un nivel de coordinación central que dio las órdenes», señala en el mismo sentido el informe reciente.

Además los investigadores encontraron contradicciones en el expediente del caso ya que se menciona que los autobuses tomados por los estudiantes fueron cuatro, pero el testimonio de las víctimas siempre mencionó cinco. Según la investigación, uno de los vehículos tomados por los jóvenes de la Normal Rural de Ayotzinapa fue excluido de la investigación criminal.

El colectivo que desapareció de los informes oficiales es de la empresa Costa Line. Este dato había sido incluido en el expediente, pero luego no se volvió a mencionar ni a mostrar. El GIEI solicitó a la empresa transportista revisar esa unidad, sin embargo, la compañía presentó un autobús distinto. Además, las autoridades no realizaron investigaciones sobre ese colectivo en particular.

Cabe destacar que todos los estudiantes que viajaban en ese vehículo y los de uno de la empresa Estrella de Oro son los que fueron llevados por las policías en patrullas y hasta la fecha están desaparecidos. Juntos suman 43.

 

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