28 agosto, 2015
La tenencia de armas en EEUU: ¿un problema de salud pública?
El miércoles último, dos periodistas fueron asesinados en Virginia por un antiguo colega, quien filmó el tiroteo y lo subió a las redes sociales antes de suicidarse. La gravedad del hecho hizo resurgir el ya histórico debate por la tenencia de armas en EEUU.

El miércoles último, dos periodistas fueron asesinados en Virginia por un antiguo colega, quien filmó el tiroteo y lo subió a las redes sociales antes de suicidarse. La gravedad del hecho hizo resurgir el ya histórico debate por la tenencia de armas en EEUU. Ante la imposibilidad, o falta de voluntad, de los gobernantes de avanzar en una reforma de las leyes que rigen el acceso a las armas de fuego, desde distintos sectores surgen nuevas propuestas para bajar los índices de muerte por su uso indiscriminado.
Según el Centro de Control y Prevención de Muertes (CDCP, por sus siglas en inglés), en el 2013 se registraron 33 mil muertes, entre asesinatos y suicidios, por uso de armas en Norteamérica. Asimismo se registraron 84 mil heridos por la misma causa.
Estos alarmantes números llevaron a que miembros de la comunidad médica buscaran una alternativa a las inconducentes discusiones respecto de la Constitución y el derecho de los ciudadanos a portar armas: tratar el problema en su dimensión de salud pública.
De esta manera, pretenden que se puedan abordar campañas de prevención, comparables a las que se llevaron adelante para mejorar la seguridad vial o contra el tabaquismo, que busquen concientizar a la población sobre los peligros que implica tener un arma, así como también las precauciones necesarias. Además, buscan implementar algunas reglamentaciones sobre cómo deben ser guardadas o la averiguación de antecedentes que se debería hacer antes de aprobar la compra de un arma por parte de un ciudadano.
Nicholas Kristof, en su editorial del jueves en el New York Times, sostiene esta propuesta como la solución indicada para reducir el uso de armas en los Estados Unidos. Argumenta que, de la misma forma en la que se regula la mayoría de los elementos de la vida cotidiana de los norteamericanos, como los juguetes, los autos o las piletas domésticas, debería hacerse con las armas.
En su nota enumera los principales elementos de esta propuesta: límites en la cantidad de armas que se pueden comprar por mes, para evitar el tráfico; requerimientos de almacenamiento seguro; grabación del número serial más resistentes para que no se pueda borrar fácilmente; averiguación de antecedentes de los compradores más rigurosas y más investigaciones sobre qué debería hacerse para reducir el número de muertes. Parte de su denuncia afirma que el lobby armamentístico llegó a bloquear las investigaciones sobre posibles formas de reducción de las muertes por armas de fuego.
Esta serie de reflexiones, así como el gran lobby que existe y la inacción del poder político, llevan a pensar que la problemática de la tenencia de armas en los Estados Unidos no se reduce a una serie de hechos aislados de tiroteos masivos. Los principales defensores del derecho a tenencia usan el argumento de la excepcionalidad de estos hechos para endilgar la responsabilidad a los tiradores, que muchas veces son personas con problemas mentales.
Al igual que en el reciente tiroteo en Virginia, son muchos los que sostienen que lo que debe ser modificado es el sistema de salud para poder contener a aquellas personas que sufren de enfermedades mentales para poder prevenir hechos como estos.
De las más de 30 mil personas muertas al año, muy pocas son las que lo hacen en tiroteos masivos. Como explica el doctor George Benjamin, director ejecutivo de American Public Health Association, uno de los impulsores de la iniciativa para incorporar la problemática de las armas dentro de las que son consideradas de salud pública, hablar de la salud mental como problema no podría prevenir que un niño entre en contacto con un arma insegura en su casa o incidentes como problemas en los bares, entre otros.
El último 28 de julio, el rapero y activista Paris publicó una nota en la que reflexionaba sobre la necesidad de encarar un debate público sobre la tenencia de armas y llamaba a actuar al respecto: “Este continuará siendo el holocausto de mi comunidad (refiriéndose a la comunidad negra)”. En su nota apunta al aparato político que permite el fácil acceso a las armas y a los medios de comunicación, que fomentan mensajes de odio y violencia. Cabe destacar que, de acuerdo a las estadísticas oficiales, un ciudadano afroamericano tiene el doble de posibilidades de recibir un disparo que uno blanco.
Marina Gamba
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