26 agosto, 2015
Ya despiértate, Susan
Wake up, Susan, la divertidísima obra protagonizada y dirigida por Brenda Howlin, arrancó su segunda temporada. Esta tragicomedia amorosa, con actuaciones impecables, vuelve a escena en el Teatro La Comedia, siempre acompañada por la mejor música country en vivo.
Se conocieron en un bar, bailando country y bebiendo whisky. Él es un Wailon Jennings apuesto y melenudo y ella una belleza tejana en botas, jeans y camisa cuadrillé. Luego de que ambos cayeran en el anillo de fuego el tiempo siguió pasando inclemente y las llamas se hicieron más débiles. Hoy Jack y Susan están casados y tratan de llevar adelante su granja texana (con T de Texas, T de Tennessee) y su matrimonio.
Puede que Jack, como buen cowboy, no sea fácil de amar pero, contra la caracterización de Willie Nelson, parece ser bastante fácil de retener. Da la sensación de que bastaría con que Susan se tranquilice un poco nomás. Porque Jack le echa bastante onda a la cosa. Pero ella no ayuda. Las cowgirls tampoco son fáciles de amar.
Jack es el dúctil y divertidísimo Alejandro Gigena, pero un solo cuerpo es incapaz de contener a la inconstante Susan. Así que Carolina Darling y Brenda Howlin (además productora y autora del guion) deben turnarse para darle vida. De una escena a otra, Susan pasa de un comportamiento pasivo-agresivo a otro meramente agresivo. Se entiende que la vida doméstica la agobia y que las horas sin Jack se le hacen eternas. Y se lo hace pagar con creces. Llora, busca llamar la atención, se asusta, grita, demanda, trata de imponer sus fantasías y habla, habla, habla.
El besa a su ángel por las mañanas y se va a trabajar en su vieja camioneta. Ella se queda en casa lidiando con los animales de granja, con el clima y los quehaceres domésticos, que claramente no son su fuerte. Pero la paz en el valle no dura demasiado. Cuando Jack vuelve del trabajo sólo quiere descansar, mirar la tele y tocar la guitarra. Pero ella no lo deja. Los sueños de Jack de embocarla con algún hitazo country se pierden en el huracán Susan. Aunque a veces parece estar al borde de un desenlace «Cocaine blues» que lo llevaría directo a la Prisión Folsom, él trata de caminar la línea. Pero la línea de Susan es imposible.
Como siempre, la culpa es de los padres. Aquí, los padres de Susan (a quienes dan vida las divertidísimas voces grabadas como mensajes telefónicos de Dalia Gutmann y Sebastián Wainraich) le han transmitido a su retoño todas sus frustraciones y manías. Susan hace lo que puede con lo que han hecho con ella. Lo que no puede es dejar de joder, aunque la pase mal y sepa que el aguante de Jack tiene límites. El le pide que lo ayude a entender, trata de convencerla, pero en el fondo sabe que cuando la deje ella despertará sola algún día y llorará, llorará y llorará. Ojos azules llorando en la lluvia.
El country, como muchos otros ritmos hondamente populares, puede ser tan básico como certero. A veces el bolero, la cumbia, el corrido o el rock más cabeza alcanzan las mismas cumbres de impúdica verdad. No temiéndole al ridículo, a la elementalidad, se logra plantear sencillamente algunas de las verdades más profundamente humanas.
Howlin ha contado alguna vez que la primera idea para la obra nació de la canción Surrender Susan, de Kevin Johansen: “Tiene un hermoso ritmo country, allí un hombre le pide a una tal Susan que se entregue. El la ama pero se están separando y haciendo la división de bienes. Eso me conectó con lo insoportables que podemos llegar a ser las mujeres cuando estamos desequilibradas o insatisfechas”.
La obra tuvo una primera temporada en el teatro Gargantúa y este 6 de agosto se reestrenó en el Teatro La Comedia con algunos cambios, aunque manteniendo la estructura básica que combina la puesta en escena teatral con música country en vivo. Los músicos junto al escenario no sólo interpretan bellos covers de temas de Creedence o Johnny Cash sino que también interactúan con los personajes, dándole voz y aportando clima a sus fantasías.
Así, Susan y Jack llevan adelante su vida marital como dos gorriones en un huracán. Se aman -o amaron- pero ya no saben encontrar el camino. Él tendrá que aprender a hablarle (en una maravillosa escena en la que Gigena la rompe) y ella deberá enfrentarse consigo misma, mirar su cara monstruosa en el espejo. El final es previsible, pero no por eso menos interesante. No hay demasiado riesgo de spoilers. Tampoco es una gran sorpresa lo que puede pasar al fin de un largo matrimonio o lo que una cierta vida de pareja puede hacerle a cada uno de sus miembros. Pero los chicos del campo saben sobrevivir. Aunque luego lloren abrazados a la botella de Jim Beam.
En este sentido, si bien la iconografía country genera un cierto extrañamiento (y a la vez nos remite a algo tan profundamente instalado en nuestra cultura audiovisual como el lejano oeste), la historia podría transcurrir, como dice Howlin, “tranquilamente en el norte argentino con música folklórica o en España con flamenco”. Es que los estereotipos son herramientas como cualquier otra, que pueden ser usados con criterio al servicio de una idea clara e ingeniosa. Los grandes temas son tres o cuatro, la cuestión es saber abordarlos. Y Wake up, Susan lo hace con altura, originalidad y sentido del humor.
Los rubros técnicos están perfectos, la dirección de Santiago Swi hace que la acción fluya, la música en vivo es un personaje más y las actuaciones son parejamente cumplidoras. El amor, el desamor, el aprendizaje, la incomprensión, el perdón, la nostalgia, el dolor y la música encuentran su lugar en esta divertida obra tan redonda como poco pretensiosa. Lo que es otra de sus grandes virtudes.
Pedro Perucca – @PedroP71
Ficha técnico artística
Wake up Susan – Un western teatral
Autoría: Brenda Howlin
Actúan: Carolina Darling, Alejandro Gigena, Brenda Howlin
Músicos: Alan Gancberg, Lucía Ramos, Martin Tabak
Voz en Off: Dalia Gutmann, Sebastián Wainraich
Música original: Andrés Yayo Marando, Maximiliano Padín, Poli Salustro, Martin Tabak
Asistencia de dirección: Marcos Murano
Producción: Brenda Howlin
Colaboración en dramaturgia: Santiago Swi
Dirección de arte: Marcos Murano
Dirección: Santiago Swi
Duración: 90 minutos
TEATRO LA COMEDIA
Rodriguez Peña 1062 – Capital Federal
Teléfonos: 4815-5665 / 4812-4228
Web: http://www.lacomedia.com.ar
Jueves – 21:00 hs – Del 06/08/2015 al 24/09/2015
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