América Latina

28 julio, 2015

Indígenas panameños piden intervención del Papa en conflicto ambiental

Voceros de la comunidad indígena Ngbe Buglé de Panamá hicieron un llamado público al Papa Francisco para que medie en el conflicto que tienen hace años con el gobierno de su país por la construcción de la represa Barro Blanco. Según denuncian, se producirán serios daños ambientales en su territorio.

Voceros de la comunidad indígena Ngbe Buglé de Panamá hicieron un llamado público al Papa Francisco para que medie en el conflicto que tienen hace años con el gobierno de su país por la construcción de la represa Barro Blanco. Según denuncian, se producirán serios daños ambientales en su territorio.

En una carta que fue entregada ante la Nunciatura Apostólica de Panamá por el secretario ejecutivo de la Comisión Indígena que dialoga con el Gobierno por esta problemática, Ricardo Miranda, los originarios exponen el motivo de su lucha y exigen justicia.

«Esperamos las palabras inteligentes y sabias del Papa Francisco que apele pues ante el Gobierno Nacional para que proceda a cancelar Barro Blanco y evitar derramamiento de sangre», remarcó Miranda a los medios de prensa luego de entregar la carta en la Nunciatura.

El viernes pasado los manifestantes bloquearon la ruta internacional Panamericana de Tolé a modo de protesta. Allí exigieron que se anule la obra de una vez por todas, e insistieron en retomar el diálogo con el gobierno paralizado en mayo por falta de acuerdo.

La vicepresidenta Isabel Saint Malo (quién ha venido actuando como representante del gobierno en las negociaciones) cedió finalmente el sábado al petitorio de los indígenas y anunció el reinicio del diálogo con la participación también de representantes de la ONU.

Breve historia del conflicto

En febrero de este año, la comunidad Ngbe Buglé participó con el Gobierno y la contratista de la obra, Generadora del Istmo (Genisa) de origen Hondureño, en un diálogo que buscaba solucionar las demandas de los indígenas. Sin embargo no se logró avanzar y en el mes de mayo los habitantes de la región declinaron las negociaciones debido a que el Ejecutivo no respondió si demolerá o no la construcción.

Estos últimos denuncian el impacto ambiental que generará la obra que se desarrolla en el río Tabasará en la localidad de Tolé (oeste de Panamá) y es financiada por los bancos DEG (Alemania), FMO (Holanda) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Desde la suspensión del proyecto en febrero el gobierno del presidente Juan Carlos Varela no ha logrado contentar a ninguna de las partes. Mientras los indígenas realizan medidas de fuerza, la empresa contratista le exige que se reinicien las obras. “Los inversionistas de la empresa solicitan a las autoridades resolver la providencia que mantiene la suspensión en las instancias correspondientes”, destacaron desde Genisa.

La planta de Barro Blanco comenzó a construirse en 2011 pero desde el principio fue resistida por los habitantes locales que denunciaron que la represa inundará sus tierras. En 2012 masivas manifestaciones de la comunidad Ngbe Buglé terminaron en una brutal represión con decenas de muertos y cientos de heridos.

En caso de que el gobierno decida suspender la obra, Genisa anticipó demandas millonarias contra el Estado panameño ya que las pérdidas podrían superar los 130 millones de dólares.

 

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