Europa

10 julio, 2015

Veinte años después: Srebrenica entre el recuerdo y el debate

El 11 de julio se conmemora el vigésimo aniversario del asesinato de ocho mil varones bosnios musulmanes en Srebrenica, durante la guerra de Bosnia. Considerada la peor masacre en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial, y calificada como genocidio por dos tribunales de la ONU, aún hoy su definición es disputada en la comunidad internacional.

El 11 de julio se conmemora el vigésimo aniversario del asesinato de ocho mil varones bosnios musulmanes en Srebrenica, durante la guerra de Bosnia. Considerada la peor masacre en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial, y calificada como genocidio por dos tribunales de la ONU, aún hoy su definición es disputada en la comunidad internacional.

Guerra y genocidio

Si bien es el sábado 11 de julio el día en que se hará el homenaje que recordará los sucesos en Srebrenica, estos comenzaron antes y terminaron después de esa fecha. En el marco de la guerra de Bosnia, entre el 6 y el 16 de julio de 1995, las tropas serbobosnias tomaron dicha localidad, que había sido declarada dos años antes “área segura” por la ONU, y asesinaron a aproximadamente ocho mil varones bosnios musulmanes.

La guerra había comenzado en abril de 1992, luego de que la comunidad internacional reconociera a Bosnia-Herzegovina como un Estado independiente de (lo que quedaba) de Yugoslavia. Hacía un tiempo que las disputas políticas se desarrollaban a lo largo de líneas étnicas y mientras que los bosnios musulmanes (ahora llamados bosniacos) y los bosniocroatas apoyaban la secesión, no pretendían lo mismo los serbobosnios. En el conflicto armado se involucraron Serbia y Croacia, además de la ONU y la OTAN.

Lo sucedido en Srebrenica impulsó a la errática comunidad internacional a poner final a la contienda, lo que sucedió en noviembre de 1995 (luego de más de cien mil muertos y dos millones de desplazados), con la firma de los Acuerdos de Dayton. Estos consagraron una Bosnia-Herzegovina integrada por dos entidades: la Federación de Bosnia-Herzegovina, con mayoría de bosnios musulmanes y bosniocroatas, y la República Srpska, de mayoría serbia.

En Srebrenica, tras tomar la ciudad que era defendida por un contingente de 400 soldados holandeses, las tropas serbobosnias lideradas por el general Ratko Mladić procedieron a dividir a la población entre hombres, por un lado, y niños y mujeres, por el otro. Para escapar, miles de personas intentaron hacer a pie los más de cien kilómetros que separan a Srebrenica de Tuzla. Emboscados en distintos tramos, y agotados por el esfuerzo, muchos no lograron llegar.

En los días subsiguientes a la ocupación de la ciudad, los serbobosnios fueron trasladando a los bosnios musulmanes cautivos a distintos sitios, donde eran ejecutados. Hasta la fecha los restos de más de seis mil víctimas han sido recuperados, aunque se estima que más de 1200 permanecen desaparecidos.

La Cámara de Apelaciones del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) determinó en el año 2004 que en Srebrenica se había cometido un genocidio. Esto lo corroboró la Corte Internacional de Justicia en 2007. Ante una demanda iniciada por Bosnia-Herzegovina contra Serbia, la Corte encontró responsable del genocidio a las tropas serbobosnias, exculpando a Serbia, si bien consideró a este Estado responsable por no haber prevenido los hechos.

Hasta la fecha, la Corte Estatal de Bosnia ha condenado a 23 personas por crímenes relacionados con Srebrenica, mientras que el TPIY ha condenado a 14. Cabe mencionar que siguen los juicios a Ratko Mladić y a Radovan Karadžić (presidente de la República Srpska durante la guerra).

Las cosas por su nombre

Sin embargo, 20 años después, aun no hay consenso en la comunidad internacional sobre lo sucedido en esos días de julio.

En el año 2004, una comisión de investigadores encargada por el gobierno de la República Srpska, entidad en la cual se encuentra Srebrenica, concluyó que en esta localidad, entre el 10 y el 19 de julio de 1995, “miles de bosniacos fueron ejecutados de una manera que representó graves violaciones al derecho internacional humanitario”. Pero no se lo considera un genocidio, como sí lo hace la Federación de Bosnia-Herzegovina.

Así se entiende que la reciente propuesta del Reino Unido en la ONU de emitir una resolución que haga referencia al “genocidio” en Srebrenica haya suscitado una ola de debates. Milorad Dodik, presidente de la República Srpska, consideró que Rusia debía ejercer su derecho a vetar esta resolución, y que “es claro que nunca habrá una posición unificada sobre el documento en Bosnia”.

Mientras que el presidente de Serbia (en la cual este año se detuvieron por primera vez implicados en la matanza), Tomislav Nikolić, sostuvo que los hechos en Srebrenica ocurrieron “durante una guerra civil luego de numerosas masacres de residentes civiles serbios cerca” de esa localidad. Por esa situación es que este país pide la extradición de un ex comandante bosnio en Srebrenica, Naser Orić.

Finalmente, el pasado miércoles Rusia decidió vetar la resolución cuando se votó en el Consejo de Seguridad. Su embajador ante ese organismo, Vitaly Churkin, aseguró la necesidad de honrar la memoria de los muertos en Srebrenica e investigar todos los crímenes, pero sostuvo que el texto del borrador “según el cual hay un solo responsable de un crimen de guerra no es legítimo y puede resultar en divisiones aún mayores entre la sociedad bosnia”.

Ante esto, el alcalde de Srebrenica, Ćamil Duraković (bosniaco que retornó a Srebrenica luego de la guerra) dijo que la junta organizadora del homenaje “enviará inmediatamente una carta a la embajada de Rusia en Bosnia con el mensaje de que no son bienvenidos en Srebrenica”.

Hasta el momento en que esto se escribe, el primer ministro serbio, Aleksandr Vučić, sigue dispuesto a asistir a la conmemoración del sábado, lo cual se definirá en las próximas horas.

En otras declaraciones, tanto la Cámara de Representantes de Estados Unidos como el Parlamento Europeo emitieron resoluciones sancionando el genocidio. Este último postuló que “condena en los términos más fuertes posibles el genocidio en Srebrenica”, y “rechaza cualquier negación, relativización o malinterpretación” del mismo.

Por su parte, el gobierno holandés sigue expiando las culpas de las acciones de su batallón (el año pasado un tribunal de ese país juzgó que el Estado de Holanda fue responsable de la deportación de 300 varones bosnio musulmanes que luego fueron asesinados) y al día de hoy es el país que por lejos más dinero ha puesto en la reconstrucción de la ciudad.

Mientras tanto, los habitantes de Srebrenica tienen también otros motivos de preocupación. En un artículo reciente, Coen van de Ven y Kasper Goethals describen la actualidad de esta localidad, que una vez fue un destino vacacional de importancia en Yugoslavia, por la presencia de aguas minerales que se decía tenían capacidades curativas, y hoy se sumerge en el desempleo y la migración de sus jóvenes.

Sea como fuere que se denominen los hechos ocurridos en Srebrenica, sirven como un recordatorio de una guerra que legó una enorme cuota de muerte y destrucción. Pero si la reconciliación siempre será difícil, más lo será sin justicia. En tanto, este sábado, los restos de 136 víctimas hallados recientemente serán sepultados en el memorial de Potočari. Muchas familias siguen esperando esta posibilidad.

Matías Figal

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